El Real Valladolid se enfrenta este domingo a un Mirandés que, hoy por hoy, es su némesis

Hace seis días, los Golden State Warriors de los ‘Splash Brothers’ y los San Antonio Spurs del sempiterno Duncan, Aldridge y compañía se enfrentaban en un partido llamado a ser de los mejores de la temporada regular en la NBA.
Un tanteador bajo resultaría favorable para los texanos, mientras que un festival del baloncesto ofensivo propiciaría la victoria de la DubNation, como suele ser habitual este año. Sucedió lo primero y los Spurs dieron un duro revés a los Warriors en su particular camino para batir el récord de victorias de los Bulls de Jordan, Pippen, Rodman y compañía. Un duro golpe teniendo en cuenta que, además, se volverán a medir de nuevo en el penúltimo partido de la temporada para los de Golden State y que casi con toda seguridad protagonizarán la final de la conferencia oeste.
¿Y por qué perdieron Curry y sus secuaces de lujo? Básicamente, porque San Antonio llevó el partido a su terreno, y no solo por jugar en casa, ya que el partido se disputó en la pintura, adentro, y los magos del triple, Curry y Thompson, lograron un paupérrimo 2/19 desde más allá del perímetro.
Por si esto fuera poco, el juego interior de San Antonio, tan potente con Duncan, Aldridge o Diaw, estuvo muy acertado (entre los dos últimos sumaron 40 puntos) y se beneficiaron de la baja del center titular de GSW, Andrew Bogut.
El Real Valladolid llega a Anduva como los Warriors de Stephen Curry, que aquí es Juan Villar o algo parecido. El conjunto de Miguel Ángel Portugal viene lanzado, haciendo buenos partidos, y siendo, ofensivamente, una auténtica máquina de anotar goles. Enfrente, un Mirandés que ha ido de más a menos (aquí no se parecen en nada a los Spurs) y que pese a ser el conjunto más goleador de toda la liga, concentran su juego más por el interior.

A colación de esto último, recordemos como en el partido de ida, el Real Valladolid lograba desentramar el sistema de Carlos Terrazas gracias a la participación por fuera de Juan Villar, que se beneficiaba sobremanera del 1-3-3-3-1 que disponía el técnico mirandesista. Como si de un Curry on fire se tratara, el extremo onubense, y el Real Valladolid en conjunto, supo interpretar que a un equipo tan bien armado por dentro, solo se le podía hacer daño por fuera. Y así sucedió.
Sin embargo, el Real Valladolid tiene el peligro de hacer algo parecido a lo que hicieron los Warriors en casa de los Spurs hace seis fechas: jugar a lo que quiera el contrario. Pese a que Anduva no está siendo el fortín que ha sido otros años, conocemos de sobra cómo es habitual que el equipo visitante se contagie del juego local y el partido acabe siendo un choque continuo en el que temblar en cada acción a balón parado.
El conjunto de Miguel Ángel Portugal tiene el ejemplo en los Warriors de lo que no debe hacer en Anduva: jugar a lo que quiera el contrario. Para ello, será fundamental buscar la profundidad del ya citado Juan Villar y de un Mojica que atraviesa un buen momento. Eso sí, esperemos que los dos estén más acertados que Curry y Thompson en San Antonio.
