Este grupo ultra del Real Oviedo dista de la concepción que se tiene en mente sobre los ultras en España
Hablar sobre el Real Oviedo, y sobre todo en Valladolid, es hablar sobre su afición. Aquella que algunos ojos lastimosos admiran a orillas del Pisuerga en un pasaje fugaz de lo que aquí pudo ser y no fue. Hablar sobre la afición del equipo asturiano y no hacer mención ninguna a Symmachiarii 1994 sería una falta de conocimiento y de respeto sin parangón.
Aquí, en Blanquivioletas, nos hemos puesto en contacto con ellos, con su grupo directivo, para que arrojen luz sobre quiénes son realmente. Para aquel aficionado medio con prejuicios hacia los grupos ultra, quizás esta sea una revelación, si acaso puntual y concreta, que derive en tornar su opinión hasta este momento.
Oviedismo, ‘antiesportinguismo’ y apoliticismo. Esos son los tres pilares inquebrantables de un Symmachiarii. El primero no merece explicación, pero sí el segundo, que se entiende como una lucha de contrarios, la misma que hace que en Valladolid, al no haber un oponente claro en la región, esto detone en una falta de competencia que no retroalimenta a la afición pucelana:
“En una comunidad como la nuestra, donde existen dos equipos de nivel, lo que favorece a uno perjudica a otro y viceversa, por tanto, el ‘antiesportiguismo’ va en el ADN de cualquiera que desee ser Symmachiarii”.
El apoliticismo es indiscutible dentro de la estructura Symmachiarii 1994. Antes de la creación de este grupo, esgrimen desde el mismo que “había continuas movidas políticas entre Chiribis y Brigadas. Muchas veces se prestaba más atención por parte de algunos sectores a sus consignas políticas que a lo futbolístico, y muchas veces esto se supeditaba a amistades ‘políticas’. Aquí, en Oviedo, durante una época, las amistades políticas en algunos casos prevalecieron sobre las deportivas, pese a que fueran ultras del Oviedo y del Sporting”.
La relación de Symmachiarii 1994 con el resto de estamentos del Real Oviedo es buena. Con los estamentos del club así es, ya que, siempre que se busque luchar por él, su viabilidad, y se haga una gestión correcta del mismo, este grupo ultra estará agradecido. Desde la entrada de Carlos Slim, la relación ha cambiado, es diferente, pero no peor: “Hay otros interlocutores, y la LFP trajo otras maneras de hacer determinadas cosas”, esgrimen, pero eso no quita para que todos los estamentos del club tengan confianza plena en cómo desarrollan su trabajo.
La buena sintonía es la predominante en su relación con el resto de aficionados del Carlos Tartiere: “A lo largo de los años nos hemos preocupado muy mucho de transmitir públicamente qué queremos que sea el grupo; que somos ultras, pero no los que vende la tele ni la prensa amarilla, sino unos ultras que su función es única y exclusivamente luchar por el club y eso creo que ha calado en el aficionado y creemos que, en general, nos respetan y apoyan de la misma manera que nosotros les respetamos a ellos por seguir ahí con nosotros en esta dura travesía”.
Convertirte en un Symmachiarii 1994 es, además de fácil, barato: por quince entras a formar parte del grupo ultra del Real Oviedo, mientras que la renovación tiene un coste de doce euros.
Sin embargo, para ellos no es el precio lo que hace atractivo al grupo, sino el respaldo que reciben. Ellos realizan sus viajes a otras ciudades de España, como lo será el de Valladolid, con una cierta independencia con respecto a la federación de peñas, a la que, obviamente, pertenecen.
Cuando aquí desembarquen, como todos sabemos, no habrá ningún problema con ellos ni con la afición carbayón en general, sino todo lo contrario.
El hermanamiento de las dos aficiones ya tiene un cierto recorrido, y para Symmachiarii 1994 también tiene su origen en la lucha de contrarios: “El Sporting de Gijón siempre tendió hacia Salamanca y nosotros hacia Pucela”.
Symmacharii no solo los noventa minutos
Hasta el momento, no hemos descubierto ningún agente extraño, dentro de lo que se entiende por regla general, como grupo ultra, más allá del apoliticismo. Sin embargo, es hora de descubrir de verdad a Symmachiarii 1994.
Al igual que este portal web tiene su ‘Trofeo Blanquivioletas al mejor jugador’ y ‘La mejor promesa’ para distinguir a los mejores jugadores, jornada tras jornada, del primer y segundo equipo vallisoletanos, el grupo ultra del Real Oviedo tiene su #TrofeoMarcos y su #TrofeoDiamantino para distinguir al mejor jugador del primer equipo y del filial respectivamente. El nombre de estas distinciones viene dado por el nombre de dos componentes del grupos fallecidos: Marcos del Agua y Diamantino.
Pero Symmachiarii 1994 es mucho más, también es radio y revista. La primera viene encarnada en el programa ‘Fonde Este’, que surgió como iniciativa complementaria a los actos del XX aniversario del grupo, celebrado el año pasado, y que tomó el relevo de un programa anterior con idénticos objetivos: medio de comunicación del grupo y entretenimiento.
‘Fanzine’ es el nombre de la revista. Surgió con el inicio del grupo, al igual que ocurre en otros lugares de España desde la década de los noventa, y también sirvió como método de financiación. La revista supera ya los 320 números editados, con unos cien ejemplares por partido al precio de uno o dos euros.
En Blanquivioletas sabéis que nos encanta todo el tema de corporativismo social, ayuda, iniciativas solidarias… y en Symmachiarii 1994 saben, y mucho, de esto. Desde la recogida de materiales de primera necesidad, a la de alimentos, pasando por diversas acciones más de este tipo.
Una de las más sonadas es el ‘Kilo Oviedista’, que ya va por su VI edición y que, con el esfuerzo del grupo, año a año sale adelante, al igual que todas las demás iniciativas:
“La idea es que nuestra vida, que como ultras llevamos a cabo toda la semana, no solo se limite a noventa minutos un domingo; realizamos tifos, fiestas, eventos para nuestros socios y también, por supuesto, colaboramos con iniciativas propias o ajenas en el ámbito solidario cuando se nos demanda”.
El Desván es el local por antonomasia de Symmachiarii 1994. No solo es un lugar donde se celebran fiestas o eventos, sino que es el centro neurálgico del grupo, el entorno de su día a día. Desde planificar los viajes, como el que acometerán este domingo rumbo Valladolid, hasta tomar unas pintas con los amigos. El Desván es el dónde.
Aquí, en Valladolid, esto no existe, casi nada de lo anteriormente mencionado en este artículo está siendo llevado a cabo. A orillas del Pisuerga es evidente que no hay la misma identificación que hay en Oviedo con su equipo de fútbol –negar la máxima sería un acto de irreflexión–.
Preguntamos a Symmachiarii 1994 el porqué de esto: “Pues es complicado, allí tenéis varios deportes que en un momento u otro han estado en la élite. Pero está claro que Valladolid es y debe ser el Real Valladolid. Quizás un campo tan a las afueras desvirtúe un poco esa sensación de pertenencia. Lo ideal para toda afición sería que los propios aficionados tirasen del carro para promocionar en la ciudad a su club: locales engalanados, fiestas, eventos, exposiciones y que la gente le prestase más atención al fútbol y al Pucela”.
Quizás, y al hilo de esto último, el problema no sea tanto cuantitativo como cualitativo, algo de lo que son plenamente conscientes en Symmachiarii 1994, grupo que se aleja de los convencionalismos ultra y que ha evolucionado, y sigue evolucionando, para convertirse en algo más que eso; Plus Ultra.