Los equipos del Real Valladolid de la División de Honor y de la Liga Nacional –competición comandada por la UD Sur con mano de hierro- han arrancado con buenas sensaciones, aunque con unos resultados mejorables.
Cinco jornadas han transcurrido desde que los dos equipos de categoría juvenil del Real Valladolid han arrancado su competición y, si bien queda un mundo por delante, varias son las conclusiones que se pueden extraer de este inicio. Por un lado, en ambos casos se han visto ya momentos de buen juego. Por otro, a los dos conjuntos les está costando más de lo debido ganar, en parte, porque hasta ahora han sido incapaces de dejar la portería a cero en una sola ocasión. Pero vayamos por partes.
Chuchi Macón ha ascendido a la División de Honor con un nutrido número de jugadores a los que viene dirigiendo desde que llegó al club, en edad cadete, y como en los años precedentes, su apuesta por el fútbol alegre, de ataque y combinativo, es clara. Sin embargo, sigue arrastrando el mismo hándicap, y es que continúa sufriendo en exceso en labores defensivas, hecho que le impidió vencer en casa ante el Rayo Vallecano y le llevó a sufrir ante el Santa Ana en el debut.
No en vano, es el quinto equipo que más goles encaja. Para hacerse una idea de cómo les ha ido a quienes reciben más tantos, baste decir que ninguno de los cuatro que superan en este campo a los blanquivioletas ha conseguido ganar en ninguna de las cinco primeras jornadas. A cambio, son, después del Atlético de Madrid, tercero en la tabla, quienes más veces han alcanzado el summum del fútbol.
Para ser exactos, han sido catorce los goles anotados por el División de Honor, bastante repartidos entre sus hombres de ataque. Toni, Isma Casado y Fran han embocado en tres ocasiones, Álex en dos y Amit, Hassan y Jose en una. De entre ellos, vienen destacando sobremanera el recién llegado Fran Adeva, muy móvil y potente en la punta del ataque, y Toni, el diferente, el jugador de más calidad del equipo.
De no ser por la enorme competencia que existe en el filial para hacerse con un hueco, máxime de tres cuartos en adelante, no sería de extrañar que el murciano, de seguir con esta progresión, terminase sumando participaciones en el Real Valladolid Promesas. Técnico, con dribbling, clarividente, puede aparecer por dentro o por fuera y es un puñal al contraataque, algo a lo que el División de Honor juega muy bien.
Una vez la media recupera el balón, los cuatro atacantes se despliegan por lo ancho y galopan buscando la meta rival con una saña que no llegó a sufrir el Rayo al cien por cien, debido a las varias ocasiones de gol marradas. No obstante, el propio Toni, Jose, Amit y Fran o Isma Casado, el nueve que esté sobre el césped, manejan este arte con soltura, como se pudo comprobar ante los vallecanos.
Víctor, exjugador del Deportivo de La Coruña, es el escudero de Pelayo y Hassan, que acostumbra a jugar unos metros por delante, a pesar de que en el pasado se le ha visto hacerlo incluso como cabecero de área. Es Pelayo el encargado principal del ‘toco y me voy’, de ofrecerse e hilvanar, junto al mediocentro de origen africano.
Por detrás, sorprende ver la escasa participación de Rubén Adeva, a quien Deve ha relegado por el momento al banquillo. Tomás está asentado en el lado izquierdo, como Mario Robles como primera opción de salida de balón en el puesto de central, ya de modo definitivo. A su lado, Abel Pascual parece fijo, si bien todavía no ha terminado de dar el salto de calidad por el que se presupone que ha llegado.
Bajo los palos, es costumbre ver a uno de los principales valores de la cantera del Real Valladolid, Daniel Hernández, quien ha formado parte de la pretemporada del primer equipo y suele entrenar a las órdenes de Juan Ignacio Martínez. Aunque ha dejado de jugar un puñado de minutos, en el último partido, ante el Talavera, en el que debutó Carlos Duque.
El exbético, por quien la temporada pasada acabó de estallar el conflicto entre Pucela y Betis, acaba de llegar a la entidad blanquivioleta después de hacer escala en el Arces. Se ha hecho ipso facto con el puesto en el once de Paco de la Fuente, en un Juvenil B que, como su homólogo, trata de ser protagonista y está encontrándose con unos problemas semejantes en el arranque del curso.
Como el Juvenil División de Honor, han sido capaces de dejar la portería a cero en ninguno de los cinco partidos disputados. Pero, al contrario que los de Chuchi Macón, a ellos les cuesta hacer gol, cuestión que provocó que se les escapasen los tres puntos ante equipos más débiles como el Calasanz o el Colegios Diocesanos, contra los que no pudo sacar más que un empate.
En la defensa, Pistu es el capitán general. Y por delante, Yuste ha visto su posición retrasada al doble pivote, donde es el encargado de la creación, junto a un Maxi que ejerce de cabecero de área, labor en la que ha de ir creciendo, pues todavía le cuesta. Es Yuste, precisamente, el mejor jugador del equipo, aquel que más peligro genera, si bien los recién incorporados Miguel y Dani han dado ya buena cuenta de su movilidad y calidad.
Si estos dos, u otros, empiezan a tener más suerte de cara al gol, cabe esperar que el equipo siga ascendiendo en la tabla, donde se encuentra en quinta posición, en una línea ascendente desde la pasada temporada, desde que Juan Carlos Pereira tomó el mando de la generación. Y es que, si bien es cierto que han tropezado ante dos rivales inferiores, a cambio se les ha visto caer tan solo ante la CIA.
La Sur, líder y coco

Si hay un equipo vallisoletano que destaca en la Liga Nacional en la que juega el Real Valladolid B, sin duda es la Unión Deportiva Sur, que ha sido capaz de ganar los cinco partidos que ha disputado hasta la fecha con unos números que asustan: diecisiete goles a favor y tan solo uno en contra. Así, en poco más de un mes de competición, sacan tres puntos al Santa Marta, otro de los cocos, y ya ocho al Burgos, segundo el pasado curso.
De la mano de Jonathan Prado, quizá el mejor entrenador joven de Castilla y León, los del Felicísimo vienen desplegando un buen fútbol, que mezcla la pausa con la que inician jugada con la velocidad que imprimen de tres cuartos en adelante.
Cuentan con un gran guardameta como es Borja, con una defensa sólida en la que se mantiene el central Díez y ha irrumpido a un gran nivel el lateral izquierdo Álvaro, con el exblanquivioleta Félix Valentín en la media y dos de los mejores jugadores de toda la categoría, el extremo Oli y el mediapunta Iván, que después de superar una lesión de tobillo ha vuelto para continuar siendo el diferencial de su equipo.
A pesar de las importantes bajas de jugadores como Juan, Jaime, Jon o Isaac, el conjunto encarnado ha sido capaz de conformar una plantilla amplia, de veintiún hombres (ocho de ellos jugaron en el Infantil Regional del Pucela que dirigió David Alonso), y de gran calidad, que apunta a repetir o incluso mejorar –quién sabe si con un ascenso- el buen papel del pasado curso.
Pero no es la Sur el único equipo vallisoletano que ha empezado bien. El Betis, recién ascendido, suma ya diez puntos y se encuentra en la tercera posición, plaza quizá inesperada, pero hasta el momento merecida. Y el Arces, que el año pasado cuajó una grandísima temporada, aun cuando su objetivo era la permanencia, se encuentra por el momento apartado de las plazas de descenso.

