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El Atlético Tordesillas llora tras acariciar la épica

Un gol del Burgos en el minuto 93 lleva a la prórroga una dignísima eliminatoria, en la que nunca se vio netamente superado

por Jesús Domínguez
28 de octubre de 2025
Tordesillas, Abraham

Foto: Blanquivioletas

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El Atlético Tordesillas llora después de caer eliminado en una eliminatoria dignísima de los pupilos de Álex Izquierdo, en la que acarició la épica gracias a un gol de Chatún que hizo soñar a Las Salinas. El Burgos puede autoproclamarse bestia negra de un lugar único como es el feudo tordesillano, donde la magia se quedó a medias, ya que un tanto en el minuto 93 y otro en la prórroga acabaron haciendo hincar la rodilla al cuadro rojiblanco, que bregó tanto y lo hizo tan bien en tantas fases que nunca se vio netamente superado por su rival.

Como cabía esperar, el equipo de LaLiga Hypermotion llevó la manija desde los primeros compases. Con esa premisa que tenía el Atlético Tordesillas de hacer partido largo, juntó líneas, aunque sin replegarse. Chatún, con sus centímetros, causó muchos problemas a Saúl del Cerro, más liviano, y pronto marcó territorio ante él en una disputa de la que el zaguero se quejó. Sobre Chatún y sobre Torres se edificó la primera jugada de peligro de los tordesillanos, que terminó con Torres trastabillado y no siendo capaz de rematar en condiciones, encimado.

Tordesillas
El histórico once del Atlético Tordesillas frente al Burgos | Foto: Blanquivioletas

La ocasión más clara la generó Abel Conejo, que presionó y salió veloz, hasta regatearse a Jesús Ruiz. Cuando la fue a dar, al no tener casi ángulo, no fue capaz de entregarla donde estaban Chatún y Torres, que venían de segunda línea y con la puerta vacía. La réplica se la puso Mario González, en el minuto 23, con un mano a mano que no definió nada bien después de que aprovechar un envío largo ante el que la defensa tordesillana se creyó que había habido fuera de juego. Era lo lógico, que llegara alguna, pero, para entonces, el Burgos no había sido capaz de inquietar.

Alrededor de la media hora, el Torde notó ya el poseer un distinto ritmo. Que no le hizo ni acularse ni sufrir, pero sí llevó a los pupilos de Luis Miguel Ramis -que no contó con un solo titular de inicio; si acaso Appin-, que antes del descanso tuvieron otro disparo, que se marchó fuera. Eder Mallo, en ese tramo final, desquició un poco a la parroquia local con alguna que otra decisión a favor del ‘grande’, aunque sin incidencia, por suerte para los de la Villa del Tratado. Con todo, la primera parte terminó con el Tordesillas un tanto agobiado, recibiendo acciones a pelota parada en las que acabó resoplando.

Chatún
Chatún, encimado por Iván Martínez | Foto: Blanquivioletas

Chatún hace historia

El Torde salió con fuerzas renovadas del descanso y tuvo una primera intervención con marchamo peligroso: un centro de Dieguito que, de nuevo, nadie alcanzó a rematar (como tampoco el rechazo de Jesús Ruiz). A Ramis se veía que no le gustaba cómo cazaba la perrina y metio de golpe a Morante, Íñigo Córdoba y Mateo Mejía. Y, tras unos minutos encimando, antes y después del triple cambio, llegó el 1-0. Fer se giró en mediocampo al más puro ‘estilo Xavi Hernández’. Abrió a la banda izquierda, donde recibió Dani Diez, que la puso con tensión al área. Allí, en la distancia del dinero, Chatún apareció para remachar y hacer historia.

Como quien llama al ‘Equipo A’, la reacción del técnico del Burgos fue llamar a David González y a Fer Niño, sus dos máximos goleadores y que suman diez participaciones en gol en lo que va de LaLiga Hypermotion. Con ellos dos en el campo, la cosa empezó a pintar algo mejor. Es lo que tienen los buenos, que los escenarios no les pesan por muy desnaturalizados que estén. También Álex Izquierdo movió el equipo, mitad porque los titulares ya notaban la fatiga y mitad porque, además, varios de los sustituidos tenían tarjeta amarilla.

Tordesillas
La afición del Atlético Tordesillas celebra el gol de Chatún | Foto: Blanquivioletas

El Burgos empata en el añadido

A la fuerza ahorcan. Los blanquinegros apretaron; vaya si apretaron. La defensa del conjunto rojiblanco parecía más numantina que tordesillana, y no solo la última línea, contundente y jerarca. Fer, en el centro del campo, dio tal clínic que si a uno le cuentan que el profesional es él, se lo cree. El Atlético Tordesillas y su afición creían que la noche estaba para otra ronda y bregaron, vaya si bregaron. Y además encontraron en Escu la manera de salir de cuando en vez y de llegar a último tercio con tal ánimo que hasta tuvieron alguna llegada prometedora.

La enésima falta que Eder Mallo pitó con condescendencia hacia el ‘pequeño’ acabó en tragedia. El Tordesillas, que llegaba al partido sin encajar en los últimos cuatro, recibió de la manera más amarga: en el minuto 93 y en una segunda jugada. Salió el cuero del centro del campo, Íñigo Córdoba la puso e Iván Martínez ganó el duelo en el área para cabecear a la red. El tanto fue un mazazo, y eso que ‘solo’ llevaba el partido a la prórroga. Los tordesillanos habían corrido tanto, habían hecho tantas cosas, y tantas bien, que no merecían ese esfuerzo extra.

Álex Izquierdo, Tordesillas
Álex Izquierdo da indicaciones antes de la prórroga entre Tordesillas y Burgos | Foto: Blanquivioletas

Fer Niño asusta

Luis Miguel Ramis quemó la última nave que le quedaba: dio entrada a Lizancos en el impás previo a la prórroga. Quizás no tardó mucho en arrepentirse, porque Saúl del Cerro se lesionó y se encontró pronto sin poder hacer la permuta que necesitaba. Su lesión enfrió tanto el juego que la primera parte del tiempo suplementario fue como si no hubiera jugado, o eso cabría pensar de no ser por Farolo, que detuvo abajo la oportunidad más clara, un remate con poca fe Mateo Mejía (la misma que tuvo el siguiente tiro de Fer Niño).

La segunda mitad de la prórroga registró al inicio un susto doble: una caída de Fer Niño dentro del área que pudo ser penalti y un testarazo suyo que se perdió, incomprensiblemente, a la izquierda de Farolo. A la tercera, como se suele decir, fue la vencida, y de nuevo pizarra mediante. En otra falta dudosa, Fermín acarició con su guante la bola y puso el cuero en el área, donde Lizancos remató de cabeza a la red. No le quedaban al Atlético Tordesillas más que cinco minutos, y lo que es peor: no le quedaban fuerzas.

Sin ellas, Velázquez tiró en el 118′, pero a las manos de Jesús Ruiz, última intentona de un equipo que murió de pie y lloró como nunca; incluso, como no lo había hecho tras el último play-off contra el Burgos Promesas. Las Salinas, como en aquella promoción, se quedaron con la épica a medias: sus chicos, los del Atlético, los del Torde, los de todo el pueblo, no se dejaron nada, ni el último aliento. Merecerlo lo merecieron todo, aunque esta vez no pudiera ser.

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