Blanco, violeta, azul y grana, Huesca y Valladolid, pasado y presente, unen a Onésimo Sánchez, Alberto Marcos y Víctor Pérez, tres personas para las que el partido de este sábado en El Alcoraz no será uno más.

Blanco, violeta, azul y grana. Huesca y Valladolid. El Alcoraz y el Nuevo José Zorrilla. Pasado, presente y quién sabe si futuro unen a Onésimo Sánchez, Alberto Marcos y Víctor Pérez, tres personas para las que el partido de este sábado en el Alto Aragón no será uno más.
El técnico, ahora en paro, debutó con el Real Valladolid como jugador y como entrenador. sobre el césped, llegó a lo más alto cuando fichó por el FC Barcelona. En 2001 decidió dejar el fútbol, pero no quiso dejar el deporte rey. Siguió dedicándose a ello cuando se sacó el carnet de entrenador. Tras dirigir al Real Valladolid Promesas, en febrero de 2010 llegó su momento tras hacerse cargo del primer equipo. “Onésimo será el míster hasta final de temporada”, declaró Carlos Suárez, demostrando su confianza en él.
Pero el fútbol vive de resultados, y éstos no eran buenos. La imagen que el Real Valladolid estaba dando no tampoco era la adecuada. Con un vestuario salpicado por críticas que iban más allá de lo deportivo, la desidia y el poco compromiso de algunos integrantes de la plantilla, al presidente no le quedó otro remedio que recular y destituir a One. Su ciclo blanquivioleta había terminado.
En mayo de ese año, el equipo descendió. Con la pérdida de la máxima categoría, el club decidió hacer un cambio radical en su plantilla, y consideró que no se debía renovar a Alberto Marcos. Marcos, insignia blanquivioleta, gran capitán, ídolo de la afición, dejaba el Real Valladolid tras quince temporadas.
Abandonaba ‘su’ equipo pero quiso continuar en este mundo de dar patadas a un balón, y salió en busca de otro equipo. Esa salida fue Huesca, donde ya antes había estado el de La Pilarica. Y volvía a estar. Onésimo Sánchez y Marcos se encontraron de nuevo en la temporada 2010/11 tras dejar Valladolid, la única que pasarían en el club oscense.
La llegada del técnico a Huesca despertó cierto recelo “cierto recelo tras su mal paso por Valladolid”, según comenta Sergio, aficionado azulgrana. A la vez, el de La Pilarica afirma que “trabajó muy bien, le costó arrancar al equipo pero luego fue muy competitivo y no se sufrió casi nada para conseguir la permanencia, algo que para el Huesca es un éxito”.

Ángel Velasco, seguidor de ambos equipos, explica así la llegada de Onésimo: “En Huesca se afrontó la llegada de Onésimo con mucha sorpresa. Es extraño. El vallisoletano fue el entrenador que consiguió el ascenso de categoría tras muchos años intentándolo y parece que en el Alto Aragón no se le valora”.
“Es más, el año pasado realizó la mejor temporada de la historia del equipo azulgrana y aún tienen tiranteces con él”, apostilla.
Ángel lo ejemplifica así: “¿Cómo nos hubiera sentado en Valladolid que no se hubiera contado con Mendilibar tras el ascenso? Es algo parecido, grandes resultados pero, como diría Guardiola, no había feeling ni con la afición ni con los dirigentes”.
A orillas del Pisuerga, los hinchas vallisoletanos también han observado a One en su periplo por tierras aragonesas. Uno de ellos es Álvaro García. Álvaro cuenta que “no se puede comparar al Onésimo de Valladolid con el del Huesca debido a la situación de cada equipo. Él llegó a Huesca con toda la temporada por delante y aquí estábamos en una situación muy crítica, con poco apoyo”.
A pesar de lo bien que actuó Onésimo Sánchez en el Huesca, no renovó. Sergio considera que la razón principal es “la falta de sintonía con la directiva, que le gusta entrometerse demasiado en la parcela del entrenador”. Eso sí, “el recuerdo que tenemos en Huesca de él es excelente”.
Visto desde esta perspectiva, Onésimo es un entrenador válido, salido de la cantera blanquivioleta, pero la afición no cree que pueda regresar a los banquillos del club blanquivioleta de nuevo. “No dejó buenas sensaciones pese a que la situación en la que trabajó no era la adecuada”, confiesa Álvaro García.
Caso parecido –salvando las grandes distancias- es el de Marcos. El capitán del Valladolid fichó por el Huesca y solo estuvo allí una temporada, como Onésimo. La situación del lateral izquierdo la analiza Sergio de esta forma: “Marcos fue de menos a más. Al principio era sustituido casi todos los partidos porque físicamente no podía pero cuando estuvo bien fue indiscutible. No se complicaba y subía poco, pero cumplió”.
Ángel Velasco, en cambio, no lo ve tan claro, “Creo que Marcos no ha sido justo con la Sociedad Deportiva Huesca. Ellos le dieron un dorsal y una oportunidad cuando casi nadie habría contado con él y el propio futbolista tras una mala pretemporada decide colgar las botas y volver al Pucela. Eso sí, en los momentos duros a principio de la pasada campaña. el madrileño arrimó el hombro y lideró al vestuario”.
El Marcos del Valladolid no fue igual que el de Huesca, según opina Álvaro. Y es que “Marcos es un ejemplo de futbolista porque es esfuerzo y sacrificio, pero mucho más con la elástica blanquivioleta”. Quizá, por ese motivo, el ‘gran capitán’ salió junto a Onésimo de Huesca tras una única campaña, pese a la buena temporada que ambos fraguaron.
La afición de El Alcoraz se sorprendió por la forma tan rara en la que Marcos salió. “Sorprendió que se marchara en mitad de la pretemporada, creo que no renovó por partidos jugados e igual no estaba ya tan a gusto sin Onésimo en el banquillo. Los motivos fueron personales, pero aquí no están claros”, cuenta Sergio, aficionado oscense.
Álvaro expresa el sentir de muchos pucelanos y considera que Alberto Marcos “no tenía la cabeza ni en el campo ni en el Huesca así que fue honrado y decidió no seguir”. Tras dejar el equipo del Alto Aragín en verano, Marcos colgó las botas y se subió a los despachos. Volvió al Real Valladolid, su casa, donde acaba de ser nombrado secretario técnico.

Onésimo Sánchez, Víctor Pérez y Alberto Marcos compartieron el vestuario del Huesca la campaña pasada. Los tres salieron de allí con rumbos parejos este verano, pues el camino pucelano es el que ha querido tomar Víctor Pérez hace unos cuantos meses, dejando atrás el oscense.
Pérez llegó a Huesca en el año dos mil nueve. Sergio, hincha azulgrana, lo define como “un jugador con calidad. Es buen pasador, pero no encajaba del todo con el juego del Huesca que no es tan de toque y más de garra. La falta de gol y su poca velocidad le penalizaban en su puesto”.
Sergio también reconoce que “sorprende que en Valladolid juegue en una posición más retrasada debido al potencial que tiene arriba el Pucela”. Para Ángel Velasco, mientras tanto, “Víctor Pérez es el ejemplo de lo que hace en un futbolista la confianza. En Huesca no jugaba en el puesto en el que se le ve ahora. Jugaba más pegado a la banda, donde pierde amplitud de campo para jugar y donde necesita más velocidad de la que él mismo posee”.
En Valladolid parece haberse hecho poco a poco con un hueco en el once confeccionado por el almirante Miroslav Djukic. Después de un inicio titubeante, la confianza con la que está contando en estas últimas jornadas hace que empiece a gustar a la parroquia albivioleta. Álvaro describe al albaceteño como “un futbolista de calidad con excesiva frialdad, donde la continuidad que le da Djukic puede ayudarle”.
Ambas aficiones, vallisoletana y oscense, coinciden en la técnica que atesora el mediapunta, algo que todavía no se ha visto demasiado en el Nuevo José Zorrilla, pero que, con confianza, terminará mostrando. Y, sin duda, el beneficiado será el Real Valladolid. Como antes se benefició de la aportación de One y Marcos. Como antes lo hizo el Huesca.
 
			