Tras dos años alejado de los terrenos de juego por una sanción por consumo de cocaína, el centrocampista busca en el Alcorcón una nueva oportunidad para resarcirse de los errores del pasado
A priori, ningún aficionado al fútbol tardaría más de diez segundos en asociar el nombre de Dani Benítez a la palabra escándalo. Y razón no le faltaría. Pero no van por ahí los tiros, o al menos no del todo. Si bien es cierto que sería ingenuo mirar para otro lado ante los numerosos errores del balear, hoy su nombre es noticia por otro motivo.
A punto de cumplirse el fin de su sanción de dos años por consumo de cocaína, Dani Benítez se ha incorporado a la disciplina del Alcorcón en este mercado invernal. Será la enésima oportunidad para que, después tocar fondo, el balear vuelva a sentirse futbolista.
Tras debutar en cadete con el Mallorca, Dani Benítez comenzó a cuajar su carrera como futbolista en el club bermellón. En la temporada 2005/06 –y a pesar de ser juvenil– el centrocampista dio el salto al filial mallorquín, con el que se quedó a las puertas de conseguir el ascenso a Segunda B en dos ocasiones.
Después de pasar un año en el Pontevedra, con el cual militó en la división de bronce del fútbol español (por aquel entonces era conocido como Dani González, pues es González su primer apellido), el balear puso rumbo a Elche. Ya en Segunda, Benítez comenzó a despuntar tras un año bajo las órdenes de David Vidal y Claudio Barragán.
Fue entonces cuando el Udinese Calcio se hizo con sus servicios, aunque el centrocampista nunca llegó a disputar minutos en la liga italiana. Su siguiente destino fue el Granada, al que llegó en calidad de cedido y en el que militó durante cinco temporadas. Sin duda alguna su nombre siempre estará vinculado al club nazarí, con el que vivió sus mejores momentos como futbolista. Y también sus horas más bajas.
Sus mayores logros y errores, de la mano del Granada
Su primer año en la ciudad de la Alhambra se cerró de manera impecable. Por fin Benítez hacía realidad su sueño y conseguía un ascenso. Se convirtió así en héroe del Granada, que tras más de veinte años volvía a militar en Segunda División. Fue precisamente ante el Alcorcón, su actual equipo, donde el centrocampista comenzó a ‘apuntar maneras’.
Su actitud en el partido de vuelta de la eliminatoria en Santo Domingo provocó que algunos aficionados amarillos no profesen precisamente simpatía hacia su persona. Un hecho que el propio jugador ha recordado en su presentación hace unos días, y del que quiere resarcirse.
Foto: Marca
Un año más tarde, el destino quiso que el balear volviese a conseguir un nuevo ascenso ante otro exequipo: el Elche. Los nazaríes lograron el regreso a Primera 35 temporadas después, con Benítez consolidado como su mejor arma. Y las oferta comenzaron a llegar. Betis, Valencia e incluso Atlético de Madrid estuvieron interesados en hacerse con él, aunque su ya más que demostrado carácter hizo que todo se quedara en un sueño.
En su primer año en la élite del fútbol español, Dani Benítez cuajó una buena actuación. Al menos, así fue hasta el 5 de mayo de 2012. El Real Madrid ganó in extremis al Granada en Los Cármenes, lo que dejaba al equipo nazarí al borde de precipicio. Con el pitido final, y tras una controvertida actuación del árbitro Clos Gómez, se montó una tangana entre los jugadores de ambos equipos.
Los nervios le pasaron factura. pues cogió una botella del césped y la tiró a la cara del colegiado. El resultado fueron quince partidos de sanción por la agresión, lo que provocó que el centrocampista se perdiera el final de la temporada y el comienzo de la siguiente.
Inmediatamente después del incidente, Dani Benítez compareció ante los medios y pidió perdón por su actuación. “Ya sabía lo que se me venía encima. Ha sido una cagada y estoy totalmente arrepentido“, reconoció el balear. Sus disculpas inmediatas sirvieron para atenuar su sanción, ya que el centrocampista se enfrentaba a un máximo de seis meses sin volver a jugar.
Después de una temporada en la que le costó volver a engancharse a la disciplina nazarí –apenas disputó diez partidos–, la 2013/14 supuso su caída a los infiernos. Después de una noche en la que el propio jugador aseguró que había bebido más de la cuenta, Benítez consumió cocaína para poder entrenar con normalidad al día siguiente.
La mala suerte quiso que ese mismo fin de semana, en un control antidoping después de jugar contra el Betis, el balear diera positivo por consumo de drogas. Tras el grave incidente, el Granada rescindió inmediatamente su contrato y Benítez fue sancionado con dos años sin poder pisar un terreno de juego.
Alcorcón, nueva oportunidad para resarcirse del pasado
Cuando se había cumplido un año de su sanción, y con otros 365 días todavía por delante, Dani Benítez volvió a entrenar. Se incorporó a la disciplina del Constancia, equipo de su ciudad, con el que volvió a recuperar la forma física que había perdido.
Tuvo tiempo también para reflexionar acerca de lo ocurrido, y en diversas entrevistas reconoció que era algo que le había cambiado la vida y de lo que se arrepentía, aunque le había servido para crecer como persona.
Con su sanción a punto de expirar –a partir del dieciséis de febrero podrá volver a jugar–, el mercado invernal puso de nuevo en la palestra al balear. El siete de enero fue anunciado por la SD Huesca, con la que estaría a prueba durante dos semanas.
Sin embargo, y debido a su fuerte carácter, poco le duró la aventura en tierras aragonesas. Benítez se retiró de su primer entrenamiento antes de tiempo, ya que el club no había aceptado su subida de salario, lo que provocó que otra vez se quedara sin equipo.
Pero esta vez la suerte sonrió al balear, que hace dos semanas se incorporó a la disciplina del Alcorcón. Con la cuenta atrás ya comenzada, y a solamente veinte días de volver a pisar un terreno de juego, Dani Benítez está dispuesto a aprovechar la oportunidad.
Será difícil, ya que aún debe coger el ritmo de juego, pero tal y como el propio jugador aseguró ilusión no le falta. Solo queda esperar y ver si esta vez es la definitiva y, por fin, se habla de Dani Benítez solo por su calidad futbolística.