Contracrónica del Real Valladolid 0-0 Levante UD
El Real Valladolid no pudo pasar del empate a cero –el sexto de la temporada– ante un Levante que no inquietó demasiado y al que terminó sosteniendo Aitor Fernández, el mejor portero de los ‘mortales’. La segunda parte dio cuenta del buen momento de los blanquivioletas, pero evidenció también la falta de gol en la figura de Enes Ünal, que marró varias ocasiones claras. De haber convertido alguna se habría dado otro paso hacia la permanencia. La falta de acierto no debe impedir ver el bosque.
Ansiedad. Resulta extraño pensar que un equipo con el margen que tiene el Real Valladolid pueda sufrir ansiedad, pero quien la conoce sabe que ni vivir un momento aparentemente bueno le exime a veces de ella. Porque los blanquivioletas están bien, desahogados en la tabla, y si bien es cierto que tras el parón solo ha ganado el primer partido, ha merecido vencer varios más. No hacerlo preocupa a un sector crítico de la afición, no sin parte de razón. Parece preocupar también al equipo, o al menos atenazarle, puesto que Sergio González ha hablado dos veces de que las prisas por salvarse les ha condicionado.
Faltó el gol. El técnico, como todos, quiere salvarse cuanto antes; resulta ilógico pensar lo contrario. Discrepar con el camino es incluso normal, pero, aun haciéndolo, no se debe negar que el equipo haya querido y se mereciera ganar partidos como el del Levante. Después de una primera parte gris, se soltó en la segunda y dispuso de unas cuantas ocasiones claras para ganar, principalmente en las botas de Enes Ünal. Creció, igual que los demás, tras la reanudación, sobre todo con la entrada de Sergi Guardiola. Su actuación bien habría merecido ser culminada con el gol, pero no marcar el penalti lo emborronó todo, al menos a ojos de unos cuantos.
Sexto empate a cero. El punto volvió a saber a poco, más si cabe al tratarse del sexto empate a cero del curso y del cuarto en toda la temporada cosechado en el José Zorrilla. Ya son quince los empates que acumula el Real Valladolid. Le cuesta ganar, pero también a los rivales les es difícil doblegarlo. El Levante venía en buena línea, con ocho puntos de quince tras el parón pese a su calendario difícil, y venía de marcar nueve goles en cinco partidos. Y se quedó seco. No corrió como acostumbra y Roger y Campaña pusieron a prueba a Masip solamente en acciones aisladas. Sigue sabiendo a poco, sí, pero la actuación fue buena. Para confirmar que la línea también lo es y dar un paso más hacia la permanencia, bueno sería vencer al Alavés.
