Contracrónica del CD Tenerife 2-1 Real Valladolid
El Real Valladolid cayó eliminado de la Copa del Rey. Lo hizo lejos del José Zorrilla. Ante un equipo de Segunda División, el Tenerife, que remontó el gol de Sandro. Sí, Sandro volvió a marcar. Quizá una de las mejores noticias de un nefasto partido.
No escribiré esta vez la contracrónica de otras veces. Es uno de esos días en los que cuesta plasmar la situación de tu equipo. No salen las palabras para explicar bien cómo te sientes. Lo peor de todo es que esta eliminación no nos pilla por sorpresa a ninguno. A lo mejor por eso celebré con mi hermano tan fuerte el gol del canario. Por un momento ambos pensábamos que por fin volveríamos a ver ganar a nuestro equipo y encima que se clasificaría para jugar una ronda más de Copa. Luego todo se vino abajo. El guion de una tragedia perfecta. Lesión del nuevo portero, gol del rival, penalti del canterano, remontada y adiós a la competición. Me ha dado mucha rabia…
Es un momento crítico. Para todos. Son días complicados para los futbolistas, los primeros culpables. Pero también son difíciles para el cuerpo técnico, que necesita cuando antes tocar la tecla que cambie la cara al equipo. Y para la directiva, que se ve incapaz de mejorar la plantilla. Pero sobre todo son días, semanas y meses jodidos para la afición. Es la que más sufren con todo esto. No me gusta verles así. Twitter arde con cada partido del Pucela. Ahora viene el Real Madrid y si no hay sorpresa la derrota está programada. Pero hay que tener paciencia. Sé que es difícil, pero hay que tenerla. Porque Sergio nos devolvió la sonrisa. Porque Ronaldo nos ha prometido la gloria. Por MAG nos conquistó. Y porque con estos jugadores hemos sido muy felices.
No nos podemos dividir ahora. Afición y club deben estar más unidos que nunca. Yo no me bajaré de este barco y el que lo haga, que después no se suba. Odio las críticas, no me gustan los insultos. Confío en cada uno de los que defienden este escudo. Están capacitados. Ya lo han hecho antes. Lo sé, son más de 80 días sin ganar. Pero todavía hay muchas razones por las que confiar. Algún día os las contaré todas. Hasta entonces… ¡Aúpa, Pucela!