Marc Valiente regresa al Camp Nou como jugador blanquivioleta una vez más, después de doce años habiendo vestido la camiseta blaugrana en las categorías inferiores.

Cuando Marc Valiente traspase el túnel de vestuarios del Camp Nou, cientos de recuerdos se le arremolinarán en la mente.
Es posible, muy posible, que sienta nostalgia tras los casi doce años que pasó en la cantera blaugrana, soñando con triunfar allí. Por si fuera poco, lo hará mientras unos 75.000 espectadores estén coreando el himno del FC Barcelona.
Y es que tantas temporadas vistiendo la camiseta blaugrana no se olvidan fácilmente. Marc solo era un chiquillo cuando se convirtió en canterano culé, con apenas doce primaveras. Comenzó entonces su periplo como jugador de uno de los mejores equipos del mundo antes de acabar de blanquivioleta, aunque el mundo le haría dar un par de vueltas antes.
Pronto se abrió hueco en los onces de prácticamente todas las categorías inferiores gracias a su jerarquía y madurez, pese a su corta edad. Tampoco tardaría en enfundarse el brazalete de capitán. Sin ir más lejos, una de sus épocas más prolíficas fue la de Juvenil B, donde compartió vestuario con unos tales Cesc Fábregas, Gerard Piqué o Leo Messi. Mucha tela que cortar la que tenía el Barcelona mientras Rivaldo, Cocu u Overmars ponían en pie al Camp Nou.
El de Granollers siguió dando pasos a un ritmo sorprendente. Llegó la temporada 2005/2006 en el Barcelona B, con la mayoría de edad recién cumplida. Era la última etapa por quemar antes de llegar a la gloria del primer equipo, y lo cierto es que el protagonismo de Marc estuvo más que presente en las alineaciones de Enrique Álvarez, llegando a disputar veintisiete partidos y marcando dos goles aquel año.
Europeo, victoria… y a Sevilla
Pero lo mejor estaba por llegar. Su buena temporada fue refrendada con la definitiva convocatoria para el Europeo sub 19 que se celebraría en Polonia, donde coincidió con Jeffren, Javi García, Mata, Mario Suárez o un futuro buen amigo, Alberto Bueno. Sin duda una de las mejores memorias del central en toda su carrera deportiva, ya que terminaron por levantar la Copa después de vencer a Escocia 2-1 en la final.
Llegó entonces el momento. Comenzaba una ilusionante campaña 2006/2007 en la que parecía que más pronto que tarde acabaría debutando con el primer equipo de sus amores. Y así fue. Era el 8 de noviembre cuando Frank Rijkaard decidió que el 2-0 era un resultado lo bastante favorable en un choque de Copa frente al Badalona para que Marc pudiera saltar al campo por primera vez como jugador de la primera plantilla del Barcelona. Por desgracia sería la única vez que lo haría.
Tocaba apretar los dientes y seguir trabajando en la Masía, y lo cierto es que tampoco fue mal, ya que el siguiente año sumó otro hito a su carrera. El Barcelona B militaba por aquel entonces en Tercera División y Pep Guardiola acababa de deshacer las maletas como técnico. Pedro y Busquets terminaron de asentarse también en aquel equipo y, como no podía ser de otra manera ante semejante cóctel de cracks, el filial terminó por conseguir el ascenso a Segunda B tras deshacerse del Barbastro en el play off. Eso sí, Valiente se perdió el último partido, el crucial, el más bonito de jugar, por lesión.

De repente todo dio un vuelco inesperado. Pese a la buena pinta y a la progresión del central, el Sevilla, por aquel entonces con su filial en Segunda, fijó su objetivo en Valiente. La oferta era tentadora, demasiado. La categoría de plata suponía dar el salto definitivo al fútbol profesional, con un puesto más que garantizado como titular en aquel equipo.
Así se cerró el acuerdo. El Barcelona se reservaba una opción de compra, pero en realidad Marc se despedía definitivamente de la Masía diez años después, dejando muchas experiencias y recuerdos atrás.
El resto es más o menos sabido. Su paso de dos años por Nervión no fue el más deseado, si bien llegó a debutar en Liga con el equipo hispalense, jugando tres partidos en el campeonato regular y dos más en Copa. Incluso tuvo tiempo de colocarse en el centro de las miradas de toda España en una noche peculiar.
Aquel día el Barcelona recibía la visita del Sevilla cuando, en el minuto 37, Marc agarró a Messi por la camiseta para que el argentino, como una exhalación, no se escapara hacia su área. El delantero en la pugna terminó por soltar un codazo… y no fue expulsado. De hecho, la tarjeta amarilla se la llevó el de Granollers por el agarrón que, las cosas como son, existió. A Marc siempre le quedará el consuelo de que este sábado no tendrá que vérselas con uno de los dos mejores jugadores del planeta.
Así las cosas, concluida la cláusula de recompra del Barcelona, Valiente terminó por firmar con el Valladolid al final de esa temporada, a principios de julio de 2010. Y ahora toca volver al principio, al Camp Nou, un estadio espectacular para el que él tiene reservado un pequeño rincón en su mente. Un compromiso que le hará vivir un dèjá vu de color blaugrana.
