Jesús Zancada Lobato, árbitro asistente en Primera División, pasó en una semana de acompañar a Undiano Mallenco en el FC Barcelona – Atlético de Madrid a dirigir el Real Valladolid – Cultural Leonesa de Regional Infantil

de Regional Infantil
Siete días separaron al FC Barcelona – Atlético de Madrid de la llamada ‘Liga de las Estrellas’ del Real Valladolid – Cultural y Deportiva Leonesa de la Regional Infantil. En un partido, Messi, Iniesta, Arda Turan, Koke, Gabi, Oblak. En el otro, Álex, Iker, Popi, Andrei, Víctor, Jesús. Astros que cumplieron sus sueños de niño como protagonistas y niños que sueñan con llegar algún día a ser protagonistas y astros.
En el Camp Nou fueron más de 93.000 personas las que estuvieron pendientes, de manera consciente o no, del fallo de un trío arbitral. En Los Anexos había muchas menos. Pero “la importancia es la misma”, explica alguien presente en ambos encuentros. Se trata de Jesús Zancada Lobato, árbitro asistente en Primera División, y que siete días después de estar en el primer partido al que se ha hecho alusión, junto a Alberto Undiano Mallenco, dirigió el segundo con la misma atención.
Cuando uno pregunta la razón, se encuentra con una versión, digamos, oficial. “Trabajamos con el Comité Territorial, que es el que nos asigna partidos de este perfil”. Pero detrás de ella hay otra más humana y cercana. “No se nos puede olvidar de dónde venimos. Yo disfruto acompañando a mis compañeros, les intento ayudar. En una mañana así disfruto de lo que hago, de mi deporte y de mi ciudad”, expone Zancada Lobato con una franqueza que denota la mirada serena que acompaña sus palabras.
Desde el Comité, por tanto, no solo gusta que cambie de registro, sino que se busca. Zancada así lo prefiere. “Yo vengo del fútbol base de Valladolid. Para mí es importante no perder la conexión con él. En el vestuario me decían los chicos que me lo tomo como una final. Así debe ser; cada partido que pito es el partido”, reconoce, cargando peso sobre el artículo, como quien habla de eso, de una final, de que no existe nada más.
El trencilla, como el ser humano, ha aprendido a convivir con el error, aunque, como en la vida, se tiende o se pretende el error cero. Y para que no haya un solo error en un partido, sea el Barça – Atleti del Camp Nou o el Pucela – Cultural de Los Anexos, “lo primero que hay que ser es profesional y honesto”. Honesto con el propio trabajo y con el entorno, porque “todo lo que ocurre dentro del terreno de juego es igual, aunque el ruido mediático sea distinto”. “La preocupación es intentar hacerlo bien, con precisión”, alega.
La gran familia arbitral

y del trío arbitral que dirigió el Real Valladolid – Cultural Leonesa de Regional Cadete
El hijo de Zancada, adolescente, todavía juega. Dudaba antes sobre si el silbato sería su futuro. Ahora piensa en ser periodista. Deportivo, para más seña. Le sigue acompañando en estos partidos cuando puede. No es la única familia que lo hace. También va con otra, más grande. La arbitral. Así la reconoce el colegiado.
“Para mí, mis compañeros forman parte de una gran familia, la gran familia arbitral. Verles a ellos con esa ilusión en estos momentos… Hoy, porque así son las circunstancias, son ellos los que vienen conmigo, pero dentro de ‘x’ tiempo a lo mejor son ellos quienes están en la élite”, dice orgulloso. Habla como un padre, deportivo, porque esos a los que tantas veces se falta al respeto son tan deportistas como nuestros ídolos.
Cuidando su dieta, como deportista de élite, Zancada Lobato come en la cafetería de Los Anexos. Esta vez le toca doblar: no solo pita el citado encuentro entre infantiles, también va a acompañar a Óliver de la Fuente Ramos, joven árbitro vallisoletano de Segunda División, y a Roberto Posada Vega, asistente que debuta en División de Honor en el Real Valladolid – Trival Valderas.
Cuando este llega, le reconoce que se ha ganado la compañía con su trabajo. Cuando retoma la conversación con quien escribe explica que “disfrutar con ellos es un ejercicio de coherencia”, porque lo siente y porque, repite, ni quiere ni puede ni debe olvidar de dónde viene. “Ver la cara con la que te miran, la alegría que sienten porque les acompañes… Yo también disfruto con ellos”, reitera.
Su partido de la mañana ha sido de esos llamados de guante blanco; raro es el día que se ‘ensucia’ uno así. “La diferencia con un partido como el del otro día es que aquí estás más tranquilo. Para mí, pitar aquí también es especial. Cuando he abrazado al chico que se ha marcado un gol en propia, dos jugadores de cada equipo me han dado las gracias. Me quedo con eso. Para mí es importante que en partidos así se vea que hoy estás aquí y mañana puedes estar en una categoría profesional“, relata.
Pero volvamos a la gran familia arbitral.

del partido del Camp Nou
Jesús Zancada Lobato es uno de los promotores del programa ‘Talentos y Mentores’ del Comité Territorial. Así, imparte clases a los colegiados de la provincia, cada viernes, en las dependencias de la Federación de Castilla y León de Fútbol. “También hago prácticas con ellos, como la que hemos tenido este viernes [por el pasado] aquí en Los Anexos. Yo me subo a la grada e intento corregir cosas mientras juegan dos equipos”.
Además, entrena dos días con ellos en las pistas de Michelín. “Yo entreno cinco días a la semana. Dos acoplo los entrenamientos a ellos y los otros tres son ellos los que se me unen. Vamos hablando, te comentan jugadas, alguna duda, preguntas de examen, reglas de juego… Los viernes, las clases son teóricas; intentamos estar actualizados en todo y que estén lo más preparados que se pueda”, explica.
Para finalizar, la pregunta es obligada. ¿Cuál es el nivel actual del arbitraje vallisoletano? “Alto. Así nos lo reconoce y nos lo hace ver el Comité Territorial. A veces trabajas un poco en función de las hornadas, pero tenemos una cantera buena y joven. Intentamos inculcarles la creencia de que son deportistas también y de que ellos también pueden llegar si con los años siguen con la misma ilusión que al principio“. Esa con la que Zancada Lobato enfila a vestuarios para preparar un nuevo partido. Sea cual sea el escenario y sean quienes sean los equipos.
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