Llegó el día. Anuar Tuhami dirá este domingo adiós a su casa, al estadio José Zorrilla en el que ha jugado como local en 79 de las 160 ocasiones que ha participado con el primer equipo. El centrocampista ceutí pasó de ejercer de recogepelotas a portar con orgullo y honor el brazalete de capitán del Real Valladolid, que se quedará un poco huérfano de sentimiento en el verde una vez él deje de defender en él su escudo y sus colores. Horas antes, se ha despedido del club y la afición en un emotivo mensaje publicado en sus redes sociales.
“Se acaba una etapa que ha durado diecisiete años. por esas cosas del fútbol, el club de mis amores y yo nos vemos obligados a separar nuestros caminos. Uno no está preparado para la despedida nunca, y menos después de tantos años entre vosotros. Cuando llegué a Valladolid era un niño lleno de ilusión y de sueños y había dejado mi familia y mis amigos en mi Ceuta natal”, recuerda Anuar, que arribó a la Residencia de Jóvenes Jugadores del Real Valladolid siendo apenas un niño de trece años, allá por 2008.
En su publicación, el canterano reconoce que no era “consciente” de todo lo que le esperaba, “de cada una de las muchas vicisitudes” que el club le iba “a ofrecer”. “Ahora veo pasar por mi mente a aquel niño que fue creciendo y se hizo adolescente y un día comenzó a creer que después de cada etapa en Los Anexos podría jugar en el estadio para seguir dándolo todo por el PUCELA, como siempre”, continúa Anuar, así, con el Pucela escrito en mayúsculas, detalle que encierra el gran sentimiento que tiene hacia la ciudad y hacia la entidad.
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“Días muy especiales y llenos de recuerdos”
No oculta Anuar que “están siendo unos días muy especiales, llenos de recuerdos, de sentimientos y de bellos momentos”. Tampoco, que en su memoria queda “una huella bonita y gratifican te de esta histórica ciudad”. “La primera palabra que me viene a la mente es de agradecimiento, porque a este club, que es mi club, le debo todo lo que soy. Aquí no solo cumplí años: crecí en estatura y me fui formando como deportista y persona”, recuerda.
No en vano, esta etapa no tiene solo que ver con el fútbol, sino también con la vida que forjó mientras vestía de blanquivioleta. “En Valladolid he pasado una etapa inolvidable de mi vida, ha nacido mi hija pequeña y ha crecido la mayor”, confiesa un Anuar agradecido con todos los entrenadores que tuvo “en la etapa formativa”, a Fernando Redondo, “por sus precisos y sabios consejos”, a la Prensa y, cómo no, a su familia; tanto a sus padres, “de manera especial”, como a su tío Mohamed, cercano a él “en los primeros años de esta aventura”.
Anuar, agradecimiento y perdón
Como no podía ser de otra manera, el capitán dedica un mensaje a su afición, a la que agradece haber sentido siempre su “apoyo y cariño incondicional en los buenos y en los malos momentos”. “Jamás olvidaré el entusiasta recibimiento con el que nos recibíais al llegar el autorcar al estadio en los últimios partidos de los ascensos directos y en los play-off de ascenso a Primera División. Se erizaba la piel y nos poníais las alas”, indica.
Con todo, Anuar cierra su mensaje pidiendo perdón y aseverando que le da “mucha pena dejar al Pucela en Segunda División” en esta temporada en la que no les ha “salido nada a derecho”. “Ojalá volver a Primera sea un camino corto. Muchas gracias a todos los que formamos esta gran familia que es el PUCELA. Allá donde la vida me lleve, siempre estaréis en mi corazón “, concluye, unas palabras llenas de sentimiento y sinceridad por parte de un futbolista que nunca negoció el esfuerzo para alcanzar la élite y honrar al Real Valladolid.