Todo lo bueno acaba. Sí, lo sentimos, si pensabas que las etiquetas medioambientales de la DGT eran para siempre, mejor siéntate que te tengo que contar. Resulta que el Congreso de los Diputados ya ha aprobado una nueva Ley de Movilidad Sostenible que pone sobre la mesa la revisión del famoso sistema de pegatinas.
Obviamente, esto implica volver a catalogar los vehículos y las pegatinas, por lo que la cosa puede cambiar mucho de aquí a un tiempo. De hecho, solo falta que el Senado dé su visto bueno para que esto empiece a suceder y que nos digan qué pasa con la pegatina que tenemos ahora mismo colocada. El mensaje, a pesar de todo, es claro: se avecinan cambios.
De momento, el Gobierno tendrá un año desde que la ley entre en vigor para presentar un estudio que analice de nuevo cómo actualizar esas etiquetas y proponer una serie de medidas, que pueden implicar ese cambio de categoría de los vehículos. Pero ojo, que será solo un estudio y no los cambios definitivos, por lo que, aunque esto sea una noticia que hay que seguir muy de cerca, haciendo la cuenta de la abuela, parece que los nuevos distintivos podrían llegar a finales de 2026… o incluso en 2027. La paciencia, sin duda, será parte del proceso.
¿Malas noticias o una mejor revisión del sistema de la DGT?
Calma, que lo que sí está asegurado es que los cambios no serán retroactivos y, si tienes un coche ya con la etiqueta cero emisiones, seguirás disfrutando de ella aunque tu modelo acabe “degradado” en esta nueva clasificación. Son, sin duda buenas noticias para algunos, por lo que cabe esperar cambios que afecten a nuevas matriculaciones y, sobre todo, para modelos que puedan recalar, ahora sí, en diferente categoría.
Porque esa es la gran contradicción del sistema actual, pues un Kia Picanto modesto con apenas 115 gramos de dióxido de carbono por kilómetro tiene etiqueta C, mientras que un Audi RS Q8 híbrido ligero (sí, un mastodonte de 640 caballos) luce orgulloso una etiqueta ECO. No parece tener sentido, ¿verdad? Pues no, no lo tiene, pero su motor de combustión lleva un pequeño apoyo eléctrico que apenas mueve el coche, pero le da carta verde para circular y aparcar sin límites, lo que permite hacerle trampa al sistema.
Esto es algo con lo que pretende aprender el Gobierno con el nuevo sistema. La DGT lleva años escuchando este tipo de críticas por las incongruencias que se han desatado con razón y, sabiendo que el sistema, implantado en 2016, se basa casi exclusivamente en el año de matriculación sin mirar realmente las emisiones de dióxido de carbono, el nuevo modelo pretende corregir todo esto. Vamos, que menos pegatinas y más coherencia medioambiental.
Y si hablamos de polémicas, sin duda los enchufables se llevan el premio gordo. En teoría, son la combinación perfecta, pues son motor eléctrico y de combustión, el típico híbrido con hasta 40 kilómetros de autonomía eléctrica. Pero, en la práctica, muchos usuarios ni los enchufan, pues literalmente son coches de empresa o particulares que disfrutan de los beneficios sin usarlos como deberían.
Y, ojo, que en esto los fabricantes chinos ya van muy por delante. Sus modelos PHEV ofrecen autonomías mucho mayores de las que se hacen en Europa y baterías más grandes, por lo que son un auténtico golpe en la mesa medioambiental frente a la industria europea, que todavía debate cómo adaptarse a las nuevas regulaciones.
La Comisión Europea ya les ha puesto la lupa encima, pues su consumo real es entre cuatro y cinco veces superior al homologado y eso puede traer cambios claros. Así que sí, parece que vienen cambios en este sentido, aunque si esperas que mañana tu coche cambie de pegatina drásticamente, tranquilo, que aún queda trámite para rato, además de todos los estudios necesarios para definir, esta vez sí, un sistema más justo. En resumen, lo de siempre.
