Mata mejora en la primera vuelta a sus predecesores desde el ascenso de Mendilibar. Ya suma más goles que los que Óscar, Javi Guerra o Llorente consiguieron en una campaña entera

Corría el verano de 2010 cuando la dirección deportiva del Real Valladolid presentó a Javi Guerra. El delantero que el club blanquivioleta necesitaba para devolver la ilusión a una hinchada desanimada y dolida por el descenso consumado ante el FC Barcelona. El objetivo no era otro que volver cuanto antes a Primera División y para eso hay que establecer pilares básicos en el equipo y uno, sin duda, es la delantera.
Durante esa campaña, la de Antonio Gómez y Abel Resino en el banquillo, el delantero malagueño consiguió la friolera de veintisiete goles (más uno en la promoción) que le valieron al Pucela para jugar play-off, pero no para ascender. Guerra rompió registros y se convirtió en el ‘9’ del equipo por excelencia y uno de los jugadores más queridos por la afición.
Desde entonces, el Real Valladolid no ha tenido a un jugador de ataque, bien ariete, mediapunta o extremo, que consiga ‘romperla’ de una forma demasiado evidente, aunque no se pueden olvidar los diecinueve goles de Víctor el año del ascenso de Mendilibar; los diecisiete y quince, respectivamente, de Guerra; los dieciséis de Óscar en su última campaña vistiendo la blanquivioleta o los doce de Jose Arnáiz, quien ya sabe lo que es jugar en Primera.
No lo tenía hasta esta campaña. Esta en la que Jaime Mata ha terminado la primera vuelta con, nada más y nada menos, dieciocho goles; algo que ni el propio Javi Guerra en la 2010/11 consiguió lograr puesto que a estas alturas llevaba solo doce. El delantero blanquivioleta está en un gran estado de forma y de confianza y eso se nota. Le da igual con la derecha, con la izquierda, de cabeza o desde el punto de penalti. El pichichi de la categoría de plata está de dulce y su temporada nada tiene que ver con la pasada. Con los datos en la mano y al cierre de la primera mitad de competición, Mata tiene una media de 0’85 goles por partido o lo que es lo mismo, un tanto cada 98’5 minutos y él solo lleva más goles que el Sevilla Atlético, Lorca, Albacete y Reus.
Unos datos de récord que se ven empañados por el gran debe del equipo, que no es otro que la parcela defensiva que tantos dolores de cabeza están causando a Luis César y a la afición. De poco sirve tener a un jugador de ataque con unos números impresionantes si el rival te hace más goles todavía. Con veintiún partidos disputados, el Real Valladolid es el segundo equipo más goleado de la categoría con 36 tantos. Muy cerca se ven los 44 goles que encajó el Pucela de Abel Resino cuando Guerra logró su mejor registro, por poner un ejemplo.
Es bastante claro que, o los datos en defensa y portería mejoran, o los goles que marque Jaime Mata van a ser en vano. A nivel personal será su mejor temporada sin ninguna duda, pero los objetivos del equipo no se podrán cumplir. Y es triste que teniendo al pichichi de la categoría entre sus filas, el Real Valladolid empiece a ver cómo el objetivo del ascenso se difumina en el horizonte; y la campaña que viene, cuando no esté, todo el mundo se acuerde de esos goles en vano que de tanto pudieron servir si el técnico hubiera encontrado desde el principio el equilibrio del equipo.

