Anfield y el fútbol lloran la muerte de Diogo Jota. El portugués, a sus 28 años, perdía la vida esta madrugada en un accidente de tráfico. Junto a él, su hermano André Silva, de 26 años, también falleció. a la altura del kilómetro 65 de la A-52 en el término de Cernadilla, (Zamora), fuentes policiales informan del reventón de una rueda como principal motivo del accidente. Posteriormente el coche comenzó a arder y no se pudo hacer nada para salvar la vida de ninguno de los ocupantes del vehículo. Una noticia trágica que ha paralizado el deporte en general y que ha dejado en “shock”, sobre todo, a los clubes por los que pasó Jota.
Sus inicios en Portugal
Su debut como profesional llegaría en la 2014/15. Con la mayoría de edad recién cumplida, el habilidoso extremo comenzó a dar sus primeros pasos deportivos en el Paços de Ferreira. En su país y con su familia cerca, terminó de romperla en su primera andadura futbolística. Fueron dos temporadas las que jugó en el conjunto luso. 47 partidos en los que anotó 20 goles, 16 en la segunda temporada, y repartió tres asistencias. Sin duda, números sensacionales para el club en el que estaba y que le llevaran a colocarle en el radar de muchos clubes importantes de Europa. Entre ellos, el Atlético de Madrid.
Diogo Jota y el Atlético de Madrid: un fichaje que nunca debutó
El club rojiblanco apostó por él y curiosamente en el equipo de Simeone fue donde menos brilló. De hecho, ni debutó en partido oficial. Firmado por 7 millones de euros, realizó la pretemporada con el cuadro rojiblanco, sin embargo, se marchó cedido antes del comienzo de la temporada de nuevo a Portugal. Esta vez, al Oporto. Eso sí, se pudo estrenar con gol en un amistoso ante el Crotone.
Dos cesiones que le marcaron
Su periplo en el conjunto colchonero estuvo marcado por las cesiones. Primero al Oporto y después al Wolverhampton. En Do Dragao, en solo un año se ganó el cariño de la afición portuguesa. Su etapa fue corta, pero muy intensa. Una temporada y 38 partidos después, se despediría con nueve goles y cuatro asistencias bajo el brazo. Fue en la temporada 2016/17.
Posteriormente, volvería a hacer el camino hacia Madrid para volver a coger otro avión. Esta vez rumbo a Wolverhampton. Allí, en un equipo de los “lobos” plagado de portugueses, encontraría su verdadero hogar. Su adaptación no pudo ser más rápida y fructífera. En su primer año, anotó 18 goles y dio cinco asistencias en 46 partidos. Una temporada muy meritoria ya que fue la del último ascenso de los Wolves. Un año en el que parte de los méritos fueron de Diogo.
Tras el ascenso, el equipo inglés decidió firmarlo, rompiendo así su vinculación con el Atleti. Allí, serían dos las temporadas más en las que vestiría de naranja. En este periodo, anotó 26 goles y dio ocho asistencias en los 85 partidos que defendió la elástica del equipo británico. Un ciclo excepcional que le valió para que el Liverpool pusiese la directa para firmar al portugués.
Ídolo en Anfield
A base de mucho trabajo y sin hacer mucho ruido, el luso se había convertido en un jugador importantísimo tanto para Jurgen kloop como para Arne Slot. Compartiendo en sus primeros años vestuario con el mejor tridente de la historia del equipo red, supo encontrar su sitio junto a Mohammed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino. A una media de más de 30 partidos por campaña, esta última ha sido en la segunda que más veces ha intervenido. Un total de 37. Hoy, Liverpool, Inglaterra y el mundo del fútbol lloran la pérdida de un jugador diferente. Habilidoso y con mucho talento, vivía el mejor momento de su vida. Campeón de la Nations League con Portugal, hace apenas 10 días había contraído matrimonio.
