Un blando Leganés permite que el Real Valladolid recupere sensaciones antes de afrontar la fase decisiva de la temporada

No fue un domingo cualquiera. Ni siquiera el domingo de Oliver Stone y Al Pacino a finales del siglo XX. Fue un domingo de mensajes entre líneas, resurrecciones y reivindicaciones. Un domingo en el que Alejandro Sanz se juntó con María Teresa Campos en un plató demostrando, ambos, que continúan trabajando de lo suyo.
Fue un domingo en el que José Mourinho se proclamó campeón de la Premier League con el Chelsea. De cinco ligas que llevan los ‘Blues’, tres pertenecen a ‘The Special One’. Mourinho es como JIM, pero haciendo bien su trabajo. Fue un domingo en el que volvieron a poner ‘Los Vengadores’ en televisión. Está de moda eso de lanzar una película algo vieja a la parrilla justo cuando la nueva se acaba de estrenar en el cine. Ojalá vuelva ‘American Pie’.
Fue un domingo en el que el Real Valladolid recordó lo que era ganar. Y, visto lo visto, el triunfo tiene más peso anímico que de cara a la clasificación. El Pucela debe reforzarse moralmente ante la más que posible llegada de los play-off. A partir de ahora, las victorias son un colchón sobre el que poder acostarse en el futuro. Rubi lo sabe. Los jugadores, también. ¿Tres puntos? Sí. Pero no. Va más allá.
Fue un domingo en el que Álvaro Rubio se reencontró con un gol que maquilló su pobre partido. Un domingo en el que Óscar forzó un penalti cuando llevaba más de una hora perdido sobre el campo. Hay que valorar esto, ya que pocas veces encontramos un Valladolid capaz de sobrevivir a sí mismo. Este domingo lo hizo. Y Roger, a diferencia del domingo anterior, no perdonó el dos a cero. Se agradece.
Fíjate si fue un domingo diferente que, como diría mi amigo Carlos, el Pucela hizo una pillería por primera vez en años. La última vez que hicimos algo parecido, no existían los prefijos telefónicos. Por pillería me refiero a esa amarilla a Timor que le impedirá jugar en Huelva. No iba a jugar de todas maneras, pero queda mejor así. Los medios intentaron meterle el dedo en la nariz a Rubi en sala de prensa, pero no lo logró. Estaba todo tan estudiado que el técnico catalán supo aguantarse la risa.
En definitiva, un domingo nada común que dio paso a una semana en la que volvemos a la normalidad. Los telediarios seguirán dando malas noticias, Sálvame arrasará en audiencia, la ropa de El Corte Inglés continuará siendo carísima y el Atlético de Madrid verá la Champions League por televisión. Y el sábado, a Huelva. Pero ese es otro cantar…
