Javi Chica y Javi Moyano se disputan esta campaña el lateral derecho, una demarcación que de momento se lleva el jienense

Varios son los puestos en los que el Real Valladolid ha cojeado en las últimas temporadas. Cuando no ha sido la portería, ha sido el lateral izquierdo, o los extremos, incluso la delantera. Pero si hay una demarcación que ha estado bien defendida es, sin duda, la del lateral derecho. Echemos la vista unos cuantos años atrás y empecemos a hacer memoria blanquivioleta. Sin duda, aparecen nombres que los pucelanos recuerdan con cariño, como es el caso de Javi Torres Gómez o Pedro López; también Barragán, Rukavina o Balenziaga –aquella temporada en la que jugó a pierna cambiada–.
Y, desde la temporada pasada, Javi Chica. Fue el primer fichaje de la era Rubi para intentar devolver al equipo a Primera División. El catalán fue, durante buena parte de la temporada, uno de los jugadores más destacados por su buen hacer en el terreno de juego y su lucha hasta el último minuto en cada partido. Su titularidad nunca se puso en duda. Además, no tuvo competencia directa; no había otro lateral derecho que le disputara el puesto o que le sustituyese cuando el ‘dos’ se lesionó y no volvió a ser el que es.
Pero esta campaña se acabó todo eso. Faltaban pocos días para el cierre del mercado cuando en Tenerife saltó la noticia de que Javi Moyano tenía contactos muy avanzados con el Real Valladolid. La nueva tardó en llegar a la capital del Pisuerga lo mismo que se tarda en hacer un par de retuits. Total, que en un par de horas el club confirmaba la noticia: Moyano era ya jugador blanquivioleta.
Al empezar la temporada de forma oficial, Garitano decidió confiar en Javi Chica, toda vez que ya estaba recuperado, en principio, de las molestias de final de campaña. Así, el catalán fue titular solo en los dos primeros partidos, ante el Córdoba y el Alcorcón, fuera y en casa y con derrota y victoria, respectivamente. No volveríamos a verle sobre el césped hasta el choque contra el Numancia, en el que salió desde el banquillo para disputar dieciséis minutos.
Por su parte, Javi Moyano se hizo con la titularidad en el partido para olvidar de Ponferrada. Sin duda, no fue un debut dulce para el jienense, aunque a partir de entonces ha sido titular en todos los encuentros disputados hasta la fecha y, además, jugados íntegramente (Ponferradina, Bilbao Athletic, Numancia, Nàstic de Tarragona y Huesca). Con esta permuta en el lateral derecho, unido al baile de centrales debido a las sanciones, el único fijo en la zaga blanquivioleta es el lateral izquierdo Mario Hermoso… de momento.
Los números
Se puede decir que a día de hoy, Moyano tiene ganada la batalla a Chica, por lo menos en cuanto a minutos disputados. El primero ya ha jugado 450 minutos en los partidos citados anteriormente, mientras que el segundo ha disfrutado de muchos menos, 196. En lo que a las estadísticas puramente futbolísticas se refiere, los números son dispares, obviamente influenciados por la cantidad de minutos que uno y otro han jugado.
Así pues, Moyano ha ganado un 58’5% de los duelos disputados, mientras que Chica lo ha hecho en un 66’7%. En los duelos aéreos, la diferencia es mayor, pero a favor del catalán. El jienense ha logrado un 46’2%, mientras que el exespanyolista lo ha hecho en un 100%.

Foto: Real Valladolid
En cuanto a la disciplina, ambos han visto una cartulina amarilla y han cometido tres y dos faltas, respectivamente. En las faltas recibidas, los números vuelven a ser dispares. El exchichaerrero ha sufrido siete; en cambio, Chica tan solo dos.
De estos números se puede leer entre líneas que, a pesar de ser dos laterales diferentes en cuanto a características y trayectoria, cumplen siempre que están sobre el terreno de juego. De momento, Gaizka Garitano se decanta por el Javi jienense, a la espera de que el Javi barcelonés recobre su óptimo estado de forma y pueda competir por el puesto al cien por cien.
Pero ninguno de los dos puede dar nada por sentado. Ni Moyano puede relajarse, pensando que ya tiene todo hecho, ni Chica va a estar eternamente en el banquillo. Porque si algo ha demostrado Garitano es que no se casa con nadie y no le tiembla el pulso en poner a uno una jornada y a la siguiente sentarle en el banquillo. Lo que está claro, hasta el momento, es que el lateral derecho goza de buena salud y que, como en temporadas anteriores, la afición blanquivioleta puede estar tranquila con respecto a esta demarcación.
