El doctor José Calabuig, experto en medicina deportiva y cardiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, analiza la recaída del extremo alemán.

Corriendo para presionar a Sergio Ramos en la salida de un balón. Al sprint para intentar cazar un pase al hueco de Óscar. Dos situaciones distintas, una misma lesión. Patrick Ebert, para desgracia de Djukic y de la afición blanquivioleta, volverá a estar al menos otras tres semanas de baja después de recaer de su rotura de fibras en el isquiotibial de la rodilla derecha.
Sabiendo que el alemán es la revelación de este Valladolid, y a vista de que es su cuarta lesión esta temporada, hay quien se ha atrevido a tildarle de un nuevo ‘caso Robben’. Un jugador increíble capaz de hacer maravillas, pero con el punto débil de un cuerpo de cristal. Nada más lejos de la realidad.
“Las lesiones de isquiotibiales suelen darse en jugadores que se entregan mucho sobre el terreno de juego. Se meten demasiado en el partido y se dejan la piel, por eso a veces con un movimiento brusco se lesionan. Podría considerarse un exceso de ímpetu”, asegura José Calabuig, experto en medicina deportiva y profesor de dicha especialidad en la carrera de Medicina de la Universidad de Navarra.
“Además, para el caso de Ebert, jugar de extremo significa que se pega unas carreras tremendas y es todavía más propicio a una rotura de isquiotibiales. Estas lesiones suelen darse porque curra mucho, no porque sea una persona débil o propensa a lesionarse”, concluye el cardiólogo de la Clínica Universitaria de Navarra.
Calabuig deshace de esta manera la teoría de que hay otros factores que hacen que Ebert se lesione. “No es algo que dependa del jugador, no implica ni una mala alimentación ni una debilidad de músculos. Se podría decir que es mala suerte, un lance del juego que le puede pasar a cualquiera, quizá debido a un mal movimiento o hasta por el suelo mojado o en mal estado”.
“Puede darse perfectamente en el minuto uno, cuarenta o noventa de partido, no depende del calentamiento y suele importar poco la edad”, explica el que fuera médico personal de Miguel Indurain.
Rehabilitación inadecuada
Pero no solo se puede hablar de las ganas de Ebert de competir o de que haya podido tener mala suerte el domingo ante el Zaragoza. Calabuig va más allá. “Si un jugador ha hecho la rehabilitación como es debido y ha cumplido los plazos, no debería haber nada que temer. Pero está claro que con Ebert no fue así”.
Entre la posibilidad de que los médicos hayan estado poco acertados, tanto los que le tratan en Alemania como los del Real Valladolid, o la de que el propio Ebert no haya cumplido a rajatabla la rehabilitación, el experto en medicina deportiva se inclina por la segunda. “Es posible que Ebert no hiciera la rehabilitación como debía en Navidad. Lesionarse justo antes vacaciones es algo malo, pese a que no te pierdas partidos”, explica.
“A veces el jugador no siente dolor en ese momento, en su casa, piensa que no hay necesidad de hacer los ejercicios indicados y la rotura no termina de cicatrizar como debería. Me inclino a pensar esto, que las fechas de recuperación se han cumplido, pero que no ha hecho los ejercicios de rehabilitación de la manera que debía”.
Aunque el doctor Calabuig tampoco descarta una metedura de pata por parte de los galenos. “La otra opción es que entre la primera y la segunda lesión de Ebert no hubiera pasado el tiempo suficiente y, por tanto, la herida interna no hubiera cicatrizado bien, cosa que deberían haber visto los médicos”, continúa.
Errar es humano
Lo que sí está claro para el experto en medicina deportiva es que ni Djukic ni Ebert estuvieron acertados al no buscar el cambio del alemán cuando este se retiró momentáneamente a la banda después de sentir molestias. “Fue un claro error por parte de Djukic no sustituir a Ebert cuando se quejó, aunque él tampoco estuvo listo. ¿Acabas de salir de una lesión muscular y te la juegas? No tiene sentido. Si se hubiera retirado a tiempo no hubiera sido más que un simple aviso, pero al forzar la rotura se reabrió por completo”.
En todo caso, ¿cuál debería ser el tiempo adecuado de baja, dado que se habla de una recaída y no de una lesión en primera instancia, como cuando Ebert se lesionó ante el Real Madrid? “Para estos problemas musculares, veintiún días es lo mínimo, veinticinco lo normal y treinta lo óptimo, no tiene por qué tratarse de más tiempo por tratarse de una recaída. Pero claro, los entrenadores buscan siempre el número mínimo de días para que el jugador vuelva a jugar. Djukic, como todos los demás, pecó de eso”.
Calabuig opina que esta vez el entrenador ha de saber jugar sus cartas con precaución. “Para esta segunda oportunidad, Djukic debería ser más prudente e incorporar a Ebert al ritmo normal poco a poco, jugando la primera vez veinte minutos, la segunda 45 y ya a la tercera el partido completo, para que el músculo se asiente. Si no, podría resentirse por el resto de la temporada, en el peor de los casos”.
Pero es complicado, muy complicado que el alemán se lo tome con tanta calma. No solo por el hecho de que la afición y Djukic quieran volverle a ver en acción cuanto antes, sino porque él mismo no soporta verse parado tanto tiempo. Y Ebert, que es de todo menos frágil, será el que tenga la última palabra.
