La lesión de Roger ha hecho que Rubi tenga que probar varias fórmulas en busca de la tecla

Los contratiempos, como inesperados que son, han llevado a Rubi a mover todas las piezas del puzzle. No ha podido contar con Roger desde la sexta jornada, cuando se tuvo que retirar lesionado en el partido contra el Sporting de Gijón. A partir de ese momento, Óscar Díaz ha sido su ‘9’, aunque los resultados no fueron positivos.
Buscar una solución no ha sido tarea sencilla. Al principio el equipo parecía no notar su ausencia en el aspecto goleador. Los parches funcionaban y tanto Mojica como Bergdich veían portería para ayudar al equipo. Pero eso, como todo en esta vida, tenía fecha de caducidad.
Fue entonces cuando el técnico comenzó a jugar sin nueve fijo. Empezó a rotar a sus hombres de ataque, buscando volver loca a la defensa rival. Eso sí, Óscar Díaz siempre partía como la referencia ofensiva. Su desamor con el gol lastró al equipo, que estuvo varios partidos sin ver portería.
La dirección deportiva apostó por quedarse con lo puesto en el pasado mercado estival. Roger era un goleador de garantías para afrontar, al menos, los primeros meses de competición. Pero la suerte dio la espalda al Real Valladolid, que se quedó sin el único delantero puro de la plantilla.
Sin el valenciano, el peso del ataque pucelano ha recaído sobre otros hombres. Uno de ellos es Óscar. Se esperaba que el mediapunta dejará atrás los fantasmas del pasado para volver a ser efectivo de cara a portería, como comenzó la temporada. Pero por el miedo escénico, o algo de eso, no ha sido capaz de echarse el equipo a la espalda en este aspecto.
Y no por números, ya que el salmantino había participado en la mitad de los goles. A estas alturas, más o menos, sigue siendo así. De los veintiséis tantos que ha marcado el Real Valladolid en Liga seis han sido suyos y ha dado otros cinco, por lo que ha sido protagonista en once. Pese a ello, su rendimiento está por debajo de lo que podría aportar.
Más alternativas

La otra opción para el ‘9’, dentro de la primera plantilla, ha sido Jeffren. El venezolano sigue jugando con las pesadillas de las lesiones en la mente. Esto no le permite dar el 100% sobre el campo, ya que corre con miedo de volver a recaer. Tiene mucha más calidad de la que, en líneas generales, ha demostrado. Pero si esprinta con el freno de mano puesto…
Incluso Bergdich ha actuado en punta en alguna ocasión. El franco-marroquí está viendo puerta con facilidad desde el extremo. Quizá por ello el míster decidiera que entrase en ese juego de la rotación ofensiva. Su compañero Mojica, el velocista, también ha conseguido batir al portero rival en varias ocasiones. Han marcado cinco tantos cada uno, hecho que les ha permitido ser los segundos máximos goleadores pucelanos.
Omar ha seguido igual de intermitente que siempre. Continúa siendo una “promesa” que puede despuntar en cualquier momento. O no… El caso es que ha sido el que menos ha aportado –de los sanos–. Los que no han podido gozar de ellas demasiado han sido Roger y Alfaro. Las lesiones de ambos están lastrando demasiado al equipo, puesto que se esperaba que fueran dos de los jugadores más importantes.
Al no haber una solución entre los jugadores del primer equipo, Rubi ha intentado que Guille Andrés fuera su hombre. Pero, a diferencia de ‘Pasión de Gavilanes’, el entrenador no le desnudaba; solo le miraba. En Copa sí que ha apostado por él, pero en Liga solo ha salido desde el banquillo. Pese a ello, el del Promesas ha seguido marcando goles con el filial, intentando llamar la atención del técnico para que se decidiera a dar el paso.
Del Promesas también ha subido a Jorge Hernández. Fue la primera apuesta del de Vilassar de Mar para el ataque. El mediapunta no ha sido titular en Liga, pero ha ido convocado en la mayoría de partidos. Es una de las perlas del filial, donde ha ido de más a menos. Calidad le sobra para Segunda B y ahora quiere demostrar que vale en categorías superiores.
El último resultado del año 2014 frente al FC Barcelona B, por siete tantos a cero, no tiene que tapar el bosque de la falta del gol. Desde las oficinas se ha trabajado en la búsqueda de un jugador que tale los árboles y se asiente como la referencia ofensiva de los blanquivioletas. El Real Valladolid espera que Jonathan Pereira sea su hombre. Pero mientras tanto, el sistema utilizado en aquel partido podría ser el de la tecla de la continuidad y, quizá, la del ascenso.
