Miguel de la Fuente, juvenil de primer año, fue el jugador más destacado de la base blanquivioleta el último mes de 2015

No ha sido el de diciembre un mes excelso para la cantera del Real Valladolid. Cierto es, en parte, por los parones, que evitó que hubiera tiempo para algún despegue, individual o colectivo. Y es que, además del navideño, el Puente de la Constitución puso un freno a una parte importante de las categorías inferiores blanquivioletas.
No obstante, hubo el suficiente fútbol como para, como cada mes, destacar a alguna de las jóvenes promesas que desarrollan su actividad en Los Anexos. En esta ocasión, el merecedor de ser nombrado ‘El canterano del mes’ vueve a ser un juvenil, de primer año, el delantero Miguel de la Fuente, que milita en el Juvenil B de Liga Nacional.
El atacante vallisoletano ha seguido sumando minutos (194 en los tres partidos de diciembre) una categoría por encima de aquella en la que está licenciado, en un División de Honor con el que lleva ya 536 minutos este curso. Así, ha recibido la confianza tanto de Juan Carlos Pereira como de su sustituto, Paco de la Fuente.
Titular ante el Alcalá y contra el Puebla de la Calzada, actuando en banda, y con minutos ante el Alcorcón, de nuevo acostado junto a la cal, ha sido convocado en doce de los dieciséis partidos del primer juvenil vallisoletano, siendo, de facto, el suplente de David Costa, delantero titular en este. Y no solo eso, sino que se ha resuelto como una de las principales armas utilizadas como refresco o frente a un eventual atasco, aunque todavía no ha estrenado su casillero como goleador.
Por si esto fuera poco, a finales de diciembre fue un parte de la selección juvenil de Castilla y León que se enfrentó a Madrid y a Cataluña en Palencia. Así, jugó en ambos encuentros, en los dos en banda izquierda, acumulando 62 minutos a pesar de ser de primer año. De esta manera, cerró 2015 prosiguiendo con su formación compitiendo, en el sentido estricto de la palabra. Destacando, con todo, pese a su juventud.
Ante la escasez de efectivos en el Juvenil División de Honor, cabe esperar que siga en esa línea en el año recientemente estrenado. Más allá de ese salto de categoría eventual y ya ordinario, se prevé que, cuando juegue en su sitio natural –el Juvenil B– sea determinante como punta de lanza, una posición en la que ha venido destacando años atrás y que a pesar de las reubicaciones puntuales no ha abandonado.
