Heinz y Humberto Osorio comparecieron por primera vez públicamente como jugadores del Real Valladolid. El primero, después de vestir ya varias veces la blanquivioleta. El segundo, ansioso por hacerlo.
Como algo insólito. Así definió Juan Ignacio Martínez el hecho de tener que presentar a dos jugadores en apenas unas horas, máxime “después de haber tenido todo el año para ello”. El primero, el dominicano Heinz Barmettler, era ya conocido, aunque no hubiera comparecido ante los medios durante la estancia de Pinatar. Por su parte, al segundo, el colombiano Humberto Osorio, aunque fuese de fácil reconocimiento, estaba pendiente aún de posar con su nueva camiseta, la del Real Valladolid.
Cada cual por un motivo, las suyas han sido las llegadas más atípicas de lo que va de verano. El central, que llegó a su prueba con unas molestias físicas que arrastró durante toda la concentración de Pinatar Arena, reconoció que aunque “siempre es difícil llegar a prueba a un club nuevo”, donde, pese a tener que “adaptarse a mucha gente nueva y a un ritmo distinto”, la cosa fue bien en los diferentes partidos que disputó.
Estas sensaciones, positivas, le permitieron viajar a Suiza con una confianza moderada, relacionada, en parte, con una conversación que mantuvo con Juan Ignacio Martínez antes de partir. “Después de hablar con él tenía un buen presentimiento, aunque en el fútbol nunca se sabe qué puede pasar. Mientras esperaba, tenía la sensación de que algo bueno podía pasar. Estoy muy contento de estar aquí”.
Sus primeros partidos con el Real Valladolid dejaron un sabor dulce al técnico y a la dirección deportiva, en parte, gracias a que jugó “liberado, sin pensar que por hacer una falta no me iban a coger” y en parte porque, tal y como reconoció Juan Ignacio, “a los tres minutos, sin haber jugado, vimos in situ lo que Marcos conocía de él y lo que aparecía en los informes”.
Así, afirmó, la prueba se llevó a cabo como “una apuesta para conocerlo personalmente y ver algunos aspectos tácticos de su juego”, disposición que el entrenador agradeció en un jugador “de su prestigio, internacional y que ha jugado en Champions League”.
No obstante, pese a haber disputado en el pasado la máxima competición continental, el propio Heinz matizó que su fichaje por el Real Valladolid es “un paso adelante”, especialmente después de un último año “difícil”, en el que su objetivo será ayudar en la permanencia en Primera y sumar el máximo de minutos posibles. Su adaptación, por lo pronto, va por buen camino.
“Me llevo muy bien con los chicos. Hablaba con ellos después de los partidos. Ayuda que haya varios extranjeros y jugadores que hablen en inglés o francés”, concluyó en un perfecto español el tercer central con el que cuenta en nómina la entidad blanquivioleta.
La alegría de Osorio
La alegría de Heinz Barmettler se dibujaba, contenida, en una tímida sonrisa; bien diferente de la que esbozaba Humberto Osorio, el nuevo delantero del JIM Team, que por fin plasmó su firma con el Real Valladolid después de arduas negociaciones, “gracias a Dios”. Aunque no solo a él. También gracias a la cúpula técnica y directiva de la entidad y a sus representantes.
Todos ellos fueron cooperadores necesarios en el afán del punta de vestir la remera blanquivioleta, algo que, por un momento, llegó a creer que no ocurriría. “Creí que podría no salir, la cosa se dilató y se complicó un poco, pero todos hicimos un esfuerzo para que pudiera estar acá”, reconoció Osorio, conocido en Argentina también por su segundo apellido, Botello.
Esta buena disposición, en su caso, existió en todo momento. Es más, el jugador dijo que aquellas palabras puestas en su boca, que hablaban de una “falta de respeto” ante una de las ofertas presentadas por el club, no fueron reales. Más bien al contrario; siempre quiso jugar en el Valladolid para “cumplir el sueño de todo sudamericano de venir a Europa”, aun cuando había otros equipos interesados al otro lado del charco.
Sincero, no negó que la apuesta del club es recíproca, cuestión que guarda relación con la confianza que vio que se tenía en él a orillas del Pisuerga, que espera “retribuir con goles”. “Desde el primer instante me llamó la atención la liga española. Hace uno o dos años que sigo al equipo, desde que hubo el primer contacto para venir. Conozco a los jugadores; me he informado desde la distancia, gracias a Internet”, manifestó.
Antes de su primera toma de contacto, posterior a la presentación, ya pudo departir con sus compañeros, en Luarca, a donde viajó para seguir las evoluciones del que ya es, por fin, su nuevo equipo. “Parecen una familia. Eso me han transmitido. Espero caer bien en ella. Con la ayuda de Dios trataré de hacer las cosas bien. Tengo mucha fe y muchas ganas en que va a ser así. Voy a aprovechar la oportunidad”, finalizó.
Juan Ignacio Martínez, por su parte, reconoció que en los días previos el cuerpo técnico había mandado al jugador “hacer cosas para cuando pudiera estar a disposición del equipo”, no sin antes agradecer a todas las partes, como el propio Osorio, el “importante esfuerzo” hecho para que pudiera terminar vistiendo la camiseta del Real Valladolid, pese a todo lo que se prolongaron las negociaciones.
“Aunque él no lo dice, viene de pasar unos días con mucho estrés. Lo importante es que está encantado. Es un delantero que nos va a venir muy bien por los desmarques de apoyo y de ruptura, la continuidad que da al juego y sus caídas a bandas”, explicó el entrenador alicantino sin dejar de destacar la importancia del gol, suerte suprema que suele sonreír a un jugador, el colombiano, que ya hace lo propio, aliviado, después de poder estampar su firma como nuevo hombre del JIM Team.