Participantes los tres durante el triunfo del Real Valladolid en el Estadio de la Cerámica, vivieron sobre el césped la última ocasión en que los blanquivioletas sumaron tres puntos en el entonces Madrigal
Han cambiado tanto las cosas que el Madrigal ya no es el Madrigal, sino el Estadio de la Cerámica. Carlos Suárez no era dueño, ni lo es ya, pero sí lo fue durante un intervalo entre la última vez que el Real Valladolid ganó en Villarreal y esta ocasión. También era otoño, pero algo más tardío la última vez que sucedió. Corría entonces el veintidós de noviembre de 2008, como recordarán los más viejos del lugar. Sobre el verde, dos de los que estuvieron esta vez; en el banco un tercero observó aquel cero a tres.

Porque por increíble que parezca, Asenjo, Cazorla y Borja sobreviven, siguen en activo. Vivieron en esta década infinidad de avatares, los suficientes como para que tener que rememorar aquello sea algo que les haga sentirse mayores. Entonces también estuvo Asenjo, joven imberbe, bajo de los palos del Real Valladolid, con apenas diecinueve años y las rodillas sanas. Cazorla, con ese tobillo que hizo peligrar que incluso volviera a caminar aún intacto, fue titula en el ‘submarino amarillo’. Y en el banquillo, Borja, ya entradito en años –con perdón–, al menos los suficientes para quizá no imaginarse que diez años después viviría otra vez esa sensación de vencer en un campo donde el Real Valladolid lo ha hecho en liga solo por segunda vez, aquella y esta, aunque en competición haya que sumar una tercera en Copa del Rey incluso anterior, de enero de 2007… y en la que sí, también estuvo ‘El Abuelo’.
Era el Madrigal un campo maldito, pero parece que con el cambio de nombre lo es menos, porque el triunfo conseguido gracias al gol de Leo Suárez –quién iba a pensar que por una vez la ley del ex iba a ser favorable– llega en la primera visita con la nueva denominación. Aunque el penalti de Olivas amenazó el resultado, el Pucela rompió el mal fario como el que rompe una vajilla y respira tras conseguir siete puntos en una semana, que le aúpan a la mitad alta de la tabla gracias a las nueve totales de lo que va de competición.
