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El Detalle: ¡Kepartido!

por Jesús A. Zalama
1 de noviembre de 2015

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Kepa, atendido tras la patada de Chuli
Kepa, atendido tras la patada de Chuli

Muy difícilmente podría imaginar el cancerbero del Real Valladolid lo que el partido frente al Almería le deparaba. Bueno, a él y a sus compañeros, porque sin duda que el encuentro fue tremendo, pese al raquítico juego desplegado por los dos conjuntos.

La primera efeméride llegó directamente por culpa de nuestro protagonista. Fue Kepa quien se durmió con el balón en los pies dentro del área pequeña, situación que muy avispadamente aprovechó el ex blanquivioleta Quique para adelantar a su equipo. Como no podía ser de otra manera, un expucelano nos machacaba y hundía –momentáneamente– a Kepa, tras su garrafal error.

Solo ocho minutos después empataba Mojica, en una de las pocas acciones corales de los chicos de Miguel Ángel Portugal en todo el partido. Sin embargo, fue una definición estratosférica –no exenta de cierta fortuna– de Mojica la que empataría el partido.

Trece minutos más tarde llegaría la redención de Kepa. El portero cedido por el Athletic de Bilbao estaba siendo de los más destacados –si no el mejor– durante esta temporada en Zorrilla. Sin embargo, su equipo en Los Juegos del Mediterráneo había encajado gol tras su ya comentado fallo individual. Pero Kepa está hecho de otra pasta y sabe sobreponerse de forma espléndida. En el undécimo error de Timor en esta temporada –quien parece que no llega nunca a tiempo– el colegiado decretó penalti. El encargado de ejecutarlo fue Chuli, quien no lo pudo hacer peor. El guardameta se tiró antes del golpeo, pero adivinó la trayectoria y detuvo el penalti.

El partido pareció coger algo de ritmo a partir de entonces, pero las imprecisiones y la presión por no perder seguían imperando. En una llegada del conjunto almeriense, Chuli tocaba ligeramente el balón antes de clavar los tacos en la cara de un Kepa que quedó tendido en el terreno de juego. El delantero almeriense fue increpado por varios jugadores blanquivioletas, sabedores de que el propio delantero conocía que podría dañar al portero vasco. Y así fue, el partido estuvo detenido unos instantes para que el cancerbero fuera atendido.

Para entonces, Kepa estaría convencido de que ya se habían agolpado demasiadas emociones en esta segunda parte para lo mal que estaban jugando los dos equipos; más aún si tenemos en cuenta que él fue el protagonista de muchas de ellas. Sin embargo, el colegiado concedía al Real Valladolid la oportunidad de llevarse el encuentro en el añadido, ya que concedió un penalti a los blanquivioletas por un empujón a Marcelo Silva dentro del área almeriense.

El encargado de ejecutar fue Mojica, quien demostró no ser demasiado dicho desde los once metros. El penalti fue detenido por Casto, lo que, a buen seguro, produjo en el portero del equipo contrario una expresión así como: ¡Kepartido!

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