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El Detalle: Mariano Rajoy es del Pucela

por Juan Postigo
13 de junio de 2018
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A evitar la trampa tras la debacle copera

El Promesas vuelve a caer a domicilio

La Pizarra de Blanquivioletas | Granada CF

Uno de los guardias de seguridad de Los Pajaritos mantenía cierto parecido con el ex presidente… y la afición del Real Valladolid se encargó de recordárselo

 

Es un dicho que suele usarse mucho: nunca hay que mezclar fútbol y política. O no se debería. Pero hay ocasiones en las que merece la pena. ¿Cómo? Sí, sí. Contra todo pronóstico, la fiesta en la que se convirtió la victoria por 0-3 del Real Valladolid en Los Pajaritos terminó con un invitado inesperado: Mariano Rajoy. Bueno, quizá no fuera él, pero desde luego sí era alguien que se le parecía mucho.

Todo comenzó con el arranque del partido en territorio soriano. Poco a poco y según fueron cayendo los goles, los 414 seguidores blanquivioletas desplazados iban animándose y tomando tintes de festejo. Un gol, el de Kiko Olivas. Otro, el de Hervías. Uno más, el de Óscar Plano. Y entonces apareció él. A lo mejor recién llegado desde la Moncloa, a lo mejor desde Génova, pero la cuestión es que el ex presidente gallego hacía acto de presencia en un inusual escenario.

No vamos a negarlo, quizá fuera simplemente un guardia de seguridad que hacía su labor en el estadio. Pero ahí estaba. Y no hacía falta más para que el cachondeo fuera tomando cuerpo. “Es del Pucela, Mariano es del Pucela, es del Puceeeelaaaa”. Y él, que se gustaba, levantaba los pulgares al mismo tiempo que mantenía su pose de espaldas el terreno de juego.

“¡Que bote Mariano, que bote Mariano!”. ¿Lo adivinan? Sí, desde luego que votó. No en las urnas, simplemente dio un par de tímidos saltos que terminaron por desplazarle dentro del campo, menos mal que el árbitro no estaba mirando. Ni mociones de censura, ni Gürtel. Él estaba ahí para dar espectáculo, y miren que era difícil quitar el protagonismo al Real Valladolid tal y como estaba jugando.

Quién sabe cómo acabó ahí. Hay quien rumorea que de presidente del Gobierno a guardia de seguridad solo hay un paso. Que a cierta edad uno no está para ciertos trotes. Incluso alguno se atrevió a decir que era una estrategia para intentar recabar votos. Qué más da. Lo importante es que la afición del Pucela se lo pasó tan bien con él como con el equipo.

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