El lateral jienense no conocía la sensación vivida en liga en Sevilla desde junio del año pasado

Foto: Juan Postigo
Y en la segunda jornada, Javi Moyano ha vivido un sensación que hace muchísimo que no experimentaba, la de ser suplente. Si en la primera compartió banda con Antoñito en Zorrilla, contra el Sevilla Atlético fue este, y no el jienense, el que recibió el peto de titular de manos de Luis César.
El capitán jamás se vio en esa tesitura la temporada pasada, en la que se perdió un partido por sanción. En las otras 41 fue titular y lo jugó prácticamente todo, siendo sustituido dos veces: la primera, precisamente contra el Sevilla Atlético, en el minuto 74, y la segunda ante el Cádiz en la última fecha, a falta de veinte minutos para el final.
Así, hay que remontarse al cuatro de junio de 2016 para encontrar su última suplencia, en aquel curso funesto que supuso el primero del andaluz como blanquivioleta. Fue en la última jornada liguera, en un encuentro contra el Mallorca en el que los vallisoletanos perdieron en Zorrilla por uno a tres y en el que Javi Chica, con quien se disputaba la plaza, saltó de inicio y disputó los noventa minutos y en el que él se quedó sin jugar ni uno.
Desde entonces parece han pasado 448 días que parecen toda una vida, después de aquella pírrica salvación y tras no conseguir la pasada campaña, primera en la que portó el brazalete de capitán, el objetivo, obsesión incluso, de acabar entre los seis primeros, deseo que de nuevo tiene el Real Valladolid este año.
