El valenciano cuajó una excepcional actuación frente al CD Numancia
El partido de Roger Martí frente al CD Numancia fue inconmensurable, pero no incomparable. Muy de vez en cuando un delantero del Real Valladolid ofrece exhibiciones que hacen que de dentro del pecho se te exhale la emoción en un: “¡Qué jodidamente bueno eres!”.
Y Roger lo es. Mucho. Ya sabíamos que era un fichaje invernal de garantías, pero lo que no conocíamos –y algunos ya empezamos a barruntar– es que Rubi saca menor provecho de este jugador. Que el año pasado pudiendo contar con ‘Billy el Niño’ durante toda la temporada, la cosa hubiera sido diferente, está claro, pero que el técnico el curso anterior y, sobre todo, en el Levante este no ha sabido sacar un rendimiento máximo a Roger empieza a ser algo razonable.
Porque frente al Numancia Roger se ha encumbrado en la historia reciente de la delantera blanquivioleta, al menos en lo que actuaciones individuales estelares se refiere. En estas, y sin tener que volver la vista a atrás demasiado, en un quiebro de cervicales que nos rompa el alma, encontramos a tres hombres: Manucho, Javi Guerra y Jonathan Pereira.
El partido estelar del angoleño se produjo en un 6-1 que el Real Valladolid endosó al Rayo Vallecano en Zorrilla en la temporada del último regreso a Primera División hasta la fecha. El equipo blanquivioleta se veía necesitado de puntos. tras un buen arranque que se truncó, y ahí apareció quien menos se esperaba, un descarte del propio Djukic, para anotar dos goles y dar dos asistencias en uno de los encuentros más grandes de los últimos años del Real Valladolid.
Eso fue en 2012, porque el diecisiete de diciembre de 2013, servidor se veía obligado a abrir de esta manera su sección postpartido:
“Luchando con espadas que apuntan al cielo, filos desgajando miembros, sangre que se evapora y se respira en un ambiente épico. La niebla parece despegar desde el cielo, buscando los riscos más elevados. Entonces, surge el héroe. Otra vez. Aquel que luchó durante cinco interminables días frente a Breka. Su nombre es Javi Guerra”.
Beowulf en la batalla fue aquel Javi Guerra que en medio de una niebla que apenas dejaba vislumbrar la portería contraria marcó un hat-trick excepcional, que yo recordé así en su momento: “Espadazo a la red, tras matarla con el pecho: el primero. Salto olímpico y volteo anti gravitacional del cuello: el segundo. Atrapando la varita de Óscar, Wiglaf, en el último”.
La última actuación inolvidable de un delantero del Real Valladolid hasta el día de hoy corría a cargo de Jonathan Pereira la anterior temporada, en un Mallorca – Real Valladolid fechado en veinticinco de enero de 2015. En aquella ocasión, Pereira anotó tres goles –alguno de ellos de una factura bellísima– y pareció ser el delantero que casi nunca más fue. Se nos apagó, nada más nacer, el ‘Chiki-Pucela’.
Pues todos ellos comparten algo que es lo que les diferencia de Roger: ellos consiguieron la victoria, pero ‘Billy el Niño’ no, por más que lo intentó fusilando a Munir tras una jugada excelente por banda derecha o, directamente, desde donde le vino en gana más allá del balcón del área. Su equipo empató a dos. pese a que, individualmente, su actuación será recordada años después, al igual que la de los otros tres.