La capital del Pisuerga es la localidad con mayor número de participantes en la marcha a favor de la lucha contra el cáncer
No crean que no me gusta que la gente acuda a Zorrilla. En la dicotomía establecida entre entradas ‘semiregaladas’ o no en el play-off de ascenso, yo me decanto porque estas se abaraten con tal de llenar el estadio. Y sí, obviamente soy abonado y soy el primer ‘perjudicado’ –si es que hay perjudicados– por este tipo de medidas, pero, al fin y al cabo, me abono por mi equipo, y si para este es positivo que animen 20.000 en vez de 10.000, pues bienvenidos sean.
Ahora, me gustaría ver otros lugares llenos antes que Zorrilla, como, por ejemplo, una biblioteca municipal. Vaya, que al final la afición al Real Valladolid es algo ocioso y personal, pero el interés general por la cultura y la formación, por ejemplo, debe ser algo primordial y de interés colectivo, o así debería ser. 
Y mal está decir este tipo de cosas en una página web que vive por y para el fútbol en Valladolid (y provincia), pero que, ante todo, está integrada por personas, y los valores de las mismas ostentan una preponderancia mayor que cualquier color, y eso que aquí morimos por el blanco y el violeta. Ojalá alguien leyéndonos aprenda a eso mismo, a leer, aunque sea leyendo lo mal que le va a su equipo. Y aunque nosotros, y menos yo mismo, no seamos ejemplo de nada.
Bueno, tras el partido frente al Mirandés, al Real Valladolid le van mejor las cosas. No solo por los tres puntos, aunque sí principalmente, sino porque no estuvimos tan mal como hace una semana, sin ir más lejos. Juan Villar en la primera parte y Kepa en la segunda nos auparon a una muy necesaria victoria. Portugal empieza de forma correcta, no excelsa, aunque apoyándose, de igual forma que Garitano lo hacía, en aquellos que con el técnico vasco daban la cara.
Y esto es importante, qué duda cabe. Si no fuera así, yo no estaría hablándoos de ello, pero como se habrá podido ir observando en estas líneas, hay cosas más importantes. Alguno de los 9.377 espectadores –en realidad supongo que muchos– que se dieron cita en Zorrilla para el debut de Portugal, saben que el partido más importante de esta jornada dominical no se jugaba en la Avenida del Mundial 82 a partir de las cinco de la tarde, sino que se jugó por la mañana por la calles de la ciudad. Porque Valladolid no podrá presumir de ser la ciudad ni con el mejor equipo de fútbol del mundo ni con la afición más animosa de España, pero sí tiene muy claras sus prioridades, sus valores, y por eso sí puede presumir de ser la ciudad española con mayor número de participantes en la marcha contra el cáncer. Porque hoy me quedo con esas 28.000 personas que sí me representan, y que también representan a los otros 9.376 espectadores que nos dimos cita en Zorrilla. La victoria más importante en el día de hoy es suya.
