El extremeño disputó setenta minutos en la derrota frente al Leganés y dejó destellos de calidad y algunas asociaciones con Sergi Guardiola

En un partido tan gris como el que disputado por el Real Valladolid en Butarque, resulta difícil valorar positivamente el desempeño individual de ninguno de los pupilos de Sergio González. Con todo, hay un hombre que merece mención especial, aunque a buen seguro la derrota ante el Leganés no entraba en sus planes.
El protagonista en la enésima noche aciaga para el Pucela no fue otro que Waldo, que disputó sus primeros minutos con la elástica blanquivioleta tras ocupar la ficha del lesionado Pablo Hervías. En un choque tan vital, el técnico catalán confió en él y le ofreció la titularidad en una oportunidad que el extremeño no desaprovechó.
Tras un comienzo irregular, en sintonía con la tónica general del encuentro, fue soltándose y sintiéndose cada vez más cómodo en el costado izquiedo. Suyo fue el primer disparo del Real Valladolid: un zurdazo dentro del área que se marchó desviado.
Coincidiendo con los mejores minutos de los blanquivioletas sobre el verde de Butarque, comenzó a asociarse con Sergi Guardiola, poniendo un par de centros laterales que el balear remató muy forzado. Ya rozando el descanso, el extremeño volvió a probar fortuna con un disparo desde la frontal que Cuéllar repelió con seguridad.
Después de setenta minutos, se marchó sustiuido por Verde, dejando para el recuerdo de su debut varios destellos de la calidad que aportó en el Promesas y el único disparo que el Pucela mandó entre los tres palos en todo el partido. Mientras los blanquivioletas se hundían, Waldo comenzaba su vuelo en Primera División.
