El segundo futbolista con menos minutos de la plantilla sustituyó al jugador que más había disputado, Moyano, en el momento más importante de la temporada

El Real Valladolid empatando a cero y el Levante y el Huesca igualados a uno. Un gol colocaba momentáneamente a los blanquivioleta en los play-off. Minuto 71, se prepara un cambio en la banda, el segundo del Pucela. Markel Etxeberría va a saltar al campo. Un defensa. ¿Por quién será? Pues por otro zaguero, por uno que casi lo ha jugado todo, indiscutible incluso en sus peores momentos. Se va el 17, entra el 22. Se marcha Moyano, el jugador con más minutos de la plantilla —más de 3.600 minutos— y entra Markel, el segundo que menos ha disputado —menos de 200 minutos–.
Los cálculos estaban claros, había que sacar más puntos que el Huesca, pero el Pucela no podía con el Cádiz y el empate no servía, se necesitaban tres puntos. Las lesiones y las sanciones dejaron un plan B minimo; Drazic, Ángel, Guitián, Rafa, Pau Torres, Villar y el propio Markel eran los futbolistas que esperaban en el banco. Cuatro defensores, un portero y dos atacantes.
Paco Herrera, en el minuto 71, decidió hacer un cambio que parte de la afición llevaba tiempo pidiendo, sentó a Moyano e introdujo a Markel. El vasco, con vocación claramente más ofensiva que el capitán, mejoró las prestaciones del equipo en ataque. Se asomó por zonas peligrosas y, lo que es aún más, él fue el encargado de dar el pase a Juan Villar para que anotará el gol de la victoria.
Un gol estéril, tardío, sin valor pues el Huesca ya ganaba. Casi lo mismo que la participación del joven lateral diestro cedido por el Athletic Club de Bilbao. Paco Herrera no confió en él porque, tal y como declaró en alguna ocasión, Moyano era muy superior defensivamente, pero lo que nunca dijo el entrenador fue si ofensivamente Markel era superior, igual o inferior a su competidor por el puesto.
Nunca lo sabremos. Etxeberría ha disputado sus últimos minutos con la zamarra blanquivioleta, 185, en total, dando una asistencia, dejando un buen sabor de boca y dando la sensación de que pudo ser más de lo que fue.
