Blanquivioletas
  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN
Blanquivioletas

El galope empieza en los costados

por Redacción
21 de diciembre de 2012
Adriano

“El punto de partida es tener autocrítica”

Aridane Hernández, 20 años después

Cadena SER: robo de cobre en Zorrilla

Junto a la introducción del cuadrado en el medio del campo, en detrimento del triángulo, el Fútbol Club Barcelona ha experimentado este curso otro cambio, que los hombres de banda estiran y profundizan más que en la anterior etapa.

 

Jesús Domínguez || Cristian Padilla

 

Foto: SportYou
Foto: SportYou

Pese a que el Barça sigue consiguiendo el mismo efecto, arrollar a la mayoría de sus rivales con un fútbol atractivo y mucha posesión de balón, Tito Villanova no ha calcado la fórmula de su antecesor Pep Guardiola. El concepto de jugar al fútbol de ambos beben del estilo de Johan Cruyff, aunque sus adaptaciones difieren en varios puntos, uno de ellos es la mayor importancia que le da Tito al juego por las bandas.

La era Pep se acabó en el Barça y el conjunto azulgrana ha sabido adaptarse de la mejor manera al cambio. El equipo entrenado ahora por Tito Villanova ha conseguido batir los récords que ya había superado el de Guardiola y amenaza con superar todos los registros estadísticos de la Liga española.¿La clave para seguir mejorando? No estancarse en un estilo al que los rivales ya estaban consiguiendo frenar.

Si Pep se fijó en el método Cruyff y lo mejoró, ahora Tito ha conseguido hacer lo mismo con la adaptación de Pep y eso ha convertido al conjunto azulgrana en más temible todavía. Junto a las variaciones que se perciben en la disposición en mediocampo, otra diferencia sustancial que tiene el ‘nuevo’ Barça con respecto al anterior, el juego por las bandas.

El juego que ha implantado Tito es la máxima expresión del fútbol moderno. El papel del juego por las bandas dota al equipo de una mayor amplitud que la que tenía con Guardiola, con el que los ataques se daban por dentro un mayor número de veces. Ahora, los laterales se suman al ataque más, sorprendiendo a los rivales, e incluso, llegan a marcar gol. El golazo de Adriano -que lleva cinco en lo que va de año- el pasado domingo ante el Atleti es una buena prueba de ello, también los dos tantos de Jordi Alba que ha marcado otro en Champions.

Esta mayor vocación ofensiva de los laterales también hace que el conjunto azulgrana sea más débil en defensa. Dieciocho goles ha encajado el Barça en los dieciséis partidos de Liga, pocos comparado con el resto de equipos, pero muchos si los equiparamos a los que llevaba el equipo de Guardiola el año pasado a estas altura, nueve, por tanto la mitad.

Djukic deberá tener especial cuidado a las incorporaciones de Jordi Alba por la banda de Rukavina, que tiende a subir mucho, pues el vendaval ofensivo azulgrana suele volcarse por un lado en el que el serbio debe contar con ayudas permanentes para no verse superado. Aunque, por contra, si Omar Ramos repite por la banda derecha, podría aprovecharse de los espacios que dejen las subidas del internacional.

AdrianoEn el otro costado ha empezado a perder protagonismo Dani Alves, quizá el carrilero más largo del mundo, en beneficio del canterano Martín Montoya, lateral más que correcto en el dominio del juego posicional, y especialmente de Adriano, sin duda alguna la gran sorpresa de la temporada vestida de azul y grana.

El brasileño, reputado extremo izquierdo en tiempos del Sevilla de Joaquín Caparrós, se ha reciclado en un defensa capaz incluso de actuar como central en caso de extremísima necesidad, recurso utilizado por Tito Vilanova ante el Real Madrid en Liga y que habla a las mil maravillas de las capacidades defensivas aprehendidas con Pep Guardiola en el banquillo culé.

Si ya como sevillista comenzó a retrasar su posición para convertirse -como Alba- en un lateral de continuas idas y venidas, ha sido capaz de mejorar sus habilidades en defensa hasta convertirse en un jugador a caballo entre zaga y vanguardia, tan capaz de ser denominado lateral con alma de extremo como extremo con destreza suficiente para actuar en retaguardia.

Es, en la zona trasera del equipo azulgrana, la viva personificación de la evolución del modelo de juego, pues a pesar de su posición en el campo su incidencia en el juego ha crecido tanto como la de Cesc Fàbregas en la zona ancha de un terreno que pisa con la firmeza del mejor Dani Alves, ya sea por su perfil natural o allí donde Eric Abidal se hizo indiscutible antes de su enfermedad.

 

Versatilidad extrema

Con el fichaje de Jordi Alba y la ascensión al primer equipo de Martín Montoya, el Fútbol Club Barcelona ha dejado a un lado la asimetría conocida en tiempos de Guardiola en lo que atañe a los costados defensivos. Y es que si bien es cierto que en determinadas ocasiones probó con tres defensas, uno de ellos acostumbraba a ser corrector, habitualmente en el lado izquierdo.

Los problemas de salud de Eric Abidal impidieron, quizá, ahondar en una idea que pasaba por adelantar la posición bien de Dani Alves o bien del propio Adriano, siempre en el flanco derecho, hoy abandonada. ¿Por qué? Fácil; porque Tito quiere apuñalar a sus rivales por los costados por rápida aparición, no por una posición estática en la que muchas veces ese carrilero diestro se encontraba.

TelloEl anhelo de diversión, latente en Pep y patente en Vilanova, ha llevado al actual técnico azulgrana a prescindir de defensa de tres debido a la pérdida del factor sorpresa que conlleva, a los problemas defensivos que experimentaba el equipo en algunos encuentros con ese dibujo y a que por la vocación ofensiva de sus laterales no lo necesita, debido al dolor que pueden infringir con la ruptura.

Esta manera de obrar, llegando, y no estando, va unida a la sublimación del juego posicional, pues supone la unión del tradicional juego posicional a la carrera, la posibilidad, casi deseo, de galopar desbocado, y no solo tocar en horizontal dando sensación de ‘simple’ trote.

Pero en esta variación influye no solo la aparición de dos nuevas piezas que apoyan esa propuesta, sino también la nueva disposición que en diversas fases del encuentro se percibe en el entramado azulgrana; el paso del triángulo al cuadrado, que debido a la superpoblación existente en zonas interiores obliga a que los extremos se encuentren siempre bien abiertos.

La norma, no obstante, es líquida, en buena medida por culpa de Jordi Alba, que ha girado el eje de actuación del Fútbol Club Barcelona hacia la izquierda con su asociación con Andrés Iniesta. Y lo es porque el hombre al que todos quieren vuelve a ser un habitual en el extremo zurdo, pero con un rico matiz antes poco habitual: no solo se acuesta en ese flanco, sino que profundiza pegado a la línea de cal.

No es extraño, por esto, verle llegar hasta la línea de fondo o habilitando espacios para que Jordi Alba la alcance no solo junto a la línea de banda, sino también en pasillos interiores. Lo hace sobre todo él, pero no solo, pues Pedro Rodríguez habilita los mismos espacios por la derecha, con la diferencia de que cuando Cesc no está, Iniesta llega menos hasta el fondo que el canario.

El crecimiento de la influencia de Fàbregas ha hecho que de su presencia o no dependan determinadas condiciones del juego culé, como la comentada. Cuando no está, el Barça es un poco más ‘guardiolista’, Messi es más ‘falso nueve’, los extremos asimétricos y, en ocasiones, el de Fuentealbilla interior.

Foto: blaugranas.com
Foto: blaugranas.com

Esta asimetría se expone también cuando son otros los que ocupan las posiciones abiertas del ataque, ya que Tello es un extremo purísimo, Alexis ataca los espacios entre lateral y central más que el carril externo y Villa lanza diagonales con más saña que el chileno, más acostumbrado a asistir que a marcar, cosa que el asturiano, en calidad de ‘nueve’ alejado de su hábitat natural, sigue intentando.

La versatilidad del frente de ataque permite al equipo de Tito Vilanova, por tanto, atacar a la vez igual y distinto. Esto es, exponer la mezcla de fútbol vertical y combinativo que su técnico pretende con ciertas diferencias en función de quién aparezca en el verde, ya que los cinco jugadores que acompañan en esa zona a Messi son distintos entre sí, lo que permite que, esté quien esté sobre el césped, siempre pueda haber un carril libre para la aparición en segunda jugada de un centrocampista o, al galope, de un lateral.

  • Aviso legal
  • Política de cookies
  • Contacto

© 2025 Blanquivioletas

  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN

© 2025 Blanquivioletas