Gracias a su carácter y a una plantilla muy completa, el conjunto naranja lleva desde el inicio en la lucha por la segunda posición, aunque la falta de regularidad a domicilio hace peligrar la gesta

Foto: Juan Díez
El límite está donde cada uno quiera ponérselo. No es postureo, es la realidad del CD Parquesol, que se planteó esa cuestión a principio de temporada, una vez más.
Cuando alguien emprende un camino tiene que saber cuál es objetivo: una opción era, como en el curso anterior, no proponerse retos y dejar que el partido a partido decidiera si el equipo tenía capacidad de luchar por el ascenso; otra, atacarlo de raíz, acecharlo desde el principio. Y, con medio curso consumido, tan solo en la cabeza de los más cínicos seguirá la idea de que este equipo no va de cabeza a por la División de Honor.
Valladolid busca, una temporada más, un segundo equipo en la máxima categoría juvenil y esa hazaña parece estar más cerca que nunca, gracias a un conjunto naranja que ya parece creerse que es un serio aspirante al ascenso. Y sin excusas, porque los ingredientes son los idóneos: una plantilla bañada de veteranía, complementada con nuevas caras que derrochan calidad y dirigida por un cuerpo técnico experimentado.
Y así lo ha demostrado en estas primeras catorce jornadas, permaneciendo en la pelea por el liderato, pero con una falta de regularidad que le roba algo de firmeza a su candidatura.
Pese a la derrota en la primera jornada en casa de la Cultural Leonesa, equipo que ahora mismo ascendería, el Parquesol tardó cinco jornadas en encabezar la pugna. Y, en la sexta, alcanzó el liderato, gracias a cinco victorias consecutivas. Una de ellas, la conseguida en Los Anexos, después de que la Federación, al incurrir el Real Valladolid B en alineación indebida, le diera los tres puntos a un conjunto naranja que en el terreno, eso sí, fue inferior. Más allá de eso, el primer puesto no era casual, sino causa de lo obtenido en el José Luis Saso, el feudo inexpugnable.
Solo el Numancia B pescó en el Saso

De los ocho rivales que pasaron por el campo del Parquesol, solo el Numancia B consiguió un punto. Los otros siete fueron víctima de los arrebatos locales, que siempre aparecían aunque el partido no fluyera. Los naranjas, sin hacer mucho ruido y, tras desactivar al rival, acaban conectando quince minutos de locura para encarrilar el convite, casi siempre en la primera mitad o, en otras ocasiones como la de esta última jornada contra la Segoviana, cuando son heridos tras un gol en contra.
A ello contribuyen, además, dos de sus grandes aliados: el balón parado y la épica. El ejemplo más claro en el partido contra el Diocesanos, que se decidió con un tanto de Daniel Santiago en el minuto 90, que valió ni más ni menos que para darle el liderato a su equipo.
Sin embargo, si hay un motivo por el que el Parquesol no se consolida en los puestos de ascenso es su mal bagaje a domicilio. Ha perdido en dos campos importantes –Cultural y Puente Castro– sin dar una buena imagen, y también ha caído en los feudos de la Ponferradina y el Santa Marta B, en este caso rivales de la parte baja, contra los que no consiguió ser superior.
Y es que es evidente que el plantel de Manu Olivas aguarda grandes virtudes, que arrastra del año pasado: la fortaleza en defensa con Arroyo como principal pieza, la pegada de sus arietes y la picardía necesaria para pelear con cada rival, por muy fuerte que sea, si bien es cierto que, con el balón, deja carencias a la vista.
Y esto se nota en aquellos partidos –sobre todo con ventaja en el marcador– en los que los naranjas rechazan defender con el balón y controlar el partido, para acabar sufriendo más de lo necesario. Y eso que, tras la marcha de Gallegos –director del centro del campo la pasada campaña– opciones para ello hay. Es cierto que, por ejemplo, Gonza es titular indiscutible, pero futbolistas como Garci y, sobre todo, Dani Luengo –que ha terminado la primera vuelta con menos de 300 minutos disputados– ya han demostrado más de una vez que son capaces de dar un aclarado al barullo. Sin duda, un plan B que será necesario para no abandonar la pugna en la segunda vuelta.
Las caras del equipo más goleador
Con todo, si hay algo que define al Parquesol es su acierto de cara a puerta porque es el equipo más goleador de la categoría (37 goles). Y si hay un artífice de todo esto, ese es Sobas, que ya ha superado la decena en el año en el que se ha asentado en el primer equipo. Es más, ha conseguido anotar en siete de los ocho partidos que su equipo ha disputado en casa, y en muchos casos ha servido para abrir la lata. Aunque, por supuesto, con la ayuda de sus compañeros.
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Minutos, goles y amarillas La dupla: Sobas-Mata. Suman 19 goles, lo que supone la mitad de dianas de su equipo. El extremo se ha convertido en una máquina de hacer goles (12), escoltado por su compañero Mata, que lleva siete. El ariete, que aterrizó este verano en el Saso tras un año anodino en la Sur, disfrutó de su transformación hasta ser un imprescindible para Manu Olivas, gracias a su constancia y su trabajo tanto de cara como de espaldas a la portería. A su lado, David y Pérez, pese a no llegar a sus cifras, también han contribuido en ataque.
 - El constante: Rui. Sin hacer mucho ruido, el defensa ha sumado prácticamente todos los minutos de la primera vuelta (1.343). Aunque no ha estrenado su cuenta goleadora, en su último año de juvenil demuestra galones cada fin de semana y es una figura relevante en el vestuario.
 

- La sorpresa: Mario Álvarez. Cualquiera diría que hace un año era cadete. Indiscutible, eso sí, en la zaga, de la misma manera que ha pasado a serlo este curso. Empezó con pocos minutos, pero en el último tramo de la primera vuelta logró siete titularidades. Su versatilidad en el carril derecho y su personalidad, pese a ser juvenil de primer año, han cautivado a un Manu Olivas que tiene en su mano potenciarlo de la mejor manera posible, jornada a jornada.
 - El seguro: Arroyo. No es novedad hablar del todocampista por excelencia del Parquesol, otro año más. Es capaz de sacar balones de su área a cañonazos y de rematarlos como misiles en la portería contraria. Ya lo ha hecho más de una vez este curso, como también ha marcado de falta directa. Ha vuelto a ser el dueño del centro del campo y de la zaga, y es el máximo fan del lema ‘o pasa el balón o el jugador, pero nunca los dos’.
 
Enero y febrero, meses claves
En la segunda vuelta, el Parquesol comenzará con la visita de la Cultural, viajará a Burgos y recibirá al Real Valladolid. O, lo que es lo mismo, se medirá con los tres primeros clasificados, como prueba primordial para mantener su candidatura. Después, la regularidad decidirá quién será el único equipo que se ganará el ascenso, que todo apunta a que estará muy caro.
- CASA: Cultural, Real Valladolid, Burgos UD, Ponferradina, Puente Castro, Zamora y Santa Marta.
 - FUERA: Burgos CF, UD Sur, Diocesanos, Fútbol Peña, Burgos Promesas, Calasanz, Numancia B y Segoviana.
 
Solo hay un objetivo, subir, y solo hay un camino, la unidad. Este Parquesol demostró en la primera vuelta que la tiene y, con sus virtudes y defectos, es consciente de que está a media liga de hacer historia y regalar a Valladolid un segundo equipo en División de Honor teñido de naranja.
La primera vuelta del CD Parquesol, en estadísticas

			
