Álvaro Rubio no disputará este miércoles el segundo amistoso de pretemporada, aunque ya ha superado sus molestias en el aductor

A sus 36 años, y teniendo en cuenta que en el presente cumple diez en el Real Valladolid, no cabe duda de que Álvaro Rubio es un referente. El gran capitán, como más de uno de los que le han precedido. El espejo en el que deberían mirarse muchos. También, el ejemplo del trabajo y el sacrificio.
Esta pretemporada, sin embargo, no ha podido hacerlo al uso; sin cesar. Unas molestias en el aductor le han tenido varios días a un menor ritmo, obligado. Aunque ya está recuperado, no estará en el amistoso contra el Celta B; volverá a vestirse de corto el sábado ante el Pontevedra, siempre que el míster así lo quiera, como siempre apostilla el riojano.
Estos problemas Rubio se los espera, desde que le operaron hace algunos años siempre tiene “alguna recaída, sobre todo en pretemporada”, que no pasan a mayores. Que no juegue este segundo encuentro es porque “no es cuestión de cargarlo”. El sábado, sin embargo, “la idea es estar al cien por cien”, tras sumar varias sesiones más con el grupo desde este jueves.
Dolencias al margen, la valoración que hace hasta el momento de la preparación es positiva, si bien ahora viene ese otro tipo de trabajo en forma de partidos “cada poco tiempo, que es lo que te hace coger el ritmo”. “No descartamos hacer más trabajo físico, pero lo duro ya lo hemos pasado, ahora sigue siendo duro, pero con balón”, comentó el mediocentro.
Es positivo también porque está viendo “fenomenal y con muchas ganas a los chavales del filial”. No obstante, ahora llega el momento de la verdad, de ver “cómo se comportan”, dice en su condición de padre, también casi en lo deportivo. De esos chicos, algunos son nuevos y también él quiere verlos más. A otros como Anuar, con quien comparte cuarto en la concentración, ya los conoce; ya sabe de su nivel.
Con todo, para Rubio “está claro que faltan jugadores por venir”, que terminarán de configurar la primera plantilla, con una menor participación de esos jugadores del Promesas. “Los que han venido lo están haciendo fenomenal, se les ve con muchísimas ganas. Es gente con hambre y eso es bueno para el equipo”, confirmó, mientras espera esos refuerzos.
Han de venir porque ahora mismo el primer plantel cuenta solo con catorce hombres, y porque “va a ser un año muy exigente”. Nada que le sorprenda. “Ya sabemos que nos van a pedir el ascenso, que estando aquí la exigencia es máxima. Tenemos que ser conscientes y hacerlo lo mejor posible”, espetó, para terminar su comparecencia pública en Mondariz, el capitán y profe del Real Valladolid.
