Los de Jonathan Prado logran su primer triunfo a domicilio del curso a costa de un voluntarioso conjunto naranja

Foto: Víctor Álvarez
Llamado a alcanzar altas cotas, al Real Valladolid B le está costando por el momento acabar de cogerle el pulso a la Liga Nacional juvenil. Sí, es verdad, cualquiera lo diría, teniendo en cuenta sus contundentes victorias en casa y que se encuentra ya en la cabeza de la categoría. Pero no ha alcanzado aún el punto de maduración a domicilio que le permita dominar, controlar y vencer en un alto grado de regularidad.
Al final, esto forma parte del proceso formativo. De un equipo joven, que en la mayoría de los casos se estrena en la categoría, y que debe aprender todavía para ser lo que apunta. Aunque está en el buen camino. Así lo demostró ante el CD Parquesol en el primer partido ganado fuera de casa por uno de los cuatro primeros equipos del Real Valladolid. En un encuentro en el que se vio exigido por la voluntad naranja y en el que hizo por momentos las dos primeras cosas, dominar y controlar, para acabar haciendo la tercera: vencer.
Desde el inicio, los de Jonathan Prado trataron de llevar la manija, hecho que les permitió crear la primera tímida ocasión a los dos minutos, en las botas de Poncela, que disparó manso a las manos de Pablo, portero naranja, en el intento de aprovechar el buen balón llovido desde el costado izquierdo. Tras eso, intentaron desplegar su fútbol combinativo con la incesante oposición de los de Álvaro Calvo, intensos en la primera línea de presión y pegajosos en la marca una vez superada esta.
La línea de atacantes parquesolina era la primera a la hora de defender, intentando embarrar la salida de balón blanquivioleta. Cuando esta superaba esa primera etapa, replegaban en campo propio, juntos, aunque sin encerrarse, intentando especialmente evitar la circulación en zonas interiores, en las que Pablito conducía y lanzaba a las alas.
El Real Valladolid B empezó a crecer gracias a la fortaleza de Xavi en el centro del campo y a que Raúl y Guille, más que el citado Pablito, se asociaban en un carril intermedio para dejar el exterior a Nieto, que galopaba con brío en el costado izquierdo. De esta manera, el lateral dispuso de una ocasión pasada la media hora, como antes la había tenido Cirria por el otro lado en un centro-chut que se fue envenenando hasta convertirse en una vaselina peligrosa para Pablo.
No dispuso de oportunidades claras en Parquesol en la primera mitad, aunque se hartó de correr y de intentar ganar disputas y segundas jugadas. Quizá el mayor peligro estuvo en una carrera de Rober por la parte interior, después de uno de tantos envíos frontales, pero la defensa blanquivioleta, bien comandada por Fer, desbarató la ocasión.
No varió mucho el guión en el segundo periodo, aunque fueron más los pulsos dramáticos. El Real Valladolid B dominaba el partido y parecía tenerlo controlado, a falta de crear una amenaza mayor sobre la puerta rival, aunque por momentos perdió ese control y fue él quien se vio amenazado. Inconscientemente, se destapó, y pudo costarle caro.
El Parquesol siguió poniéndole ganas y fe, y así, en el minuto 64, provocó una pérdida fatal de Sastre, en la figura de un Iván que se lanzó veloz a por el uno a cero. Sin embargo, se encontró con la negativa de Javi, que sacó una buena mano, de mayor mérito si cabe por el hecho de que ya se vencía y porque Sastre, a la hora de rehacerse, se interpuso entre el atacante y el esférico y el balón tropezó en él.

Foto: Víctor Álvarez
Acto seguido, en el 66′, Xavi marcó el cero a uno de un fuerte derechazo desde la frontal, que probablemente Pablo no pudo ver debido a la posición de sus centrales. Quizá, en el instante en el que llegó, el gol no resultó del todo justo, no por esa ocasión antes relatada del Parquesol, sino porque el partido se encontraba en un terreno incierto, en el que aun teniendo más posesión, los blanquivioletas no acababan de estar cómodos.
Con el paso de los minutos, tras el paso de Cirria a la banda izquierda, otra vez los de Jonathan Prado crecieron por ese costado, fuerte por la presencia de Nieto, porque Pablito viró hacia allí y por el propio Cirria. De esta manera, llegaron los minutos de mayor productividad en ataque del Real Valladolid B, que desembocaron en varias ocasiones que sus atacantes no acertaron a culminar.
Como el fútbol tiene estas cosas, en el minuto 87 pudo llegar el empate. El balón acabó en las botas de Jon, que disparó a puerta, donde Javi repelió bien el tiro, y el rechazo le cayó a Iván, pero su remate se fue alto. Y, como antes, como si de la ruleta rusa se tratara, en la siguiente acción llegó el gol visitante, obra de Manu, que de un testarazo culminó una bonita acción de Pablito y Cirria.
Esta vez sí, el tanto fue justo, ya que premiaba los buenos minutos de los blanquivioletas, aunque quizá los naranjas no lo entendieran así, teniendo en cuenta que se repitió las dos veces la misma situación. Incluso, para el siempre exigente cuerpo técnico del Real Valladolid B la alegría puede que no sea completa, teniendo en cuenta esas dos veces que su equipo estuvo expuesto, primero a una eventual derrota y luego a un posible empate.
Sin embargo, no se puede ocultar que al final ganó quien dominó y controló el encuentro durante más tiempo. Un Real Valladolid B que se aloja en los primeros puestos después de su primera victoria a domicilio, que volvió a hacer gala de una amplísima gama de recursos técnicos y que volvió a mostrar que si alcanza una mayor regularidad fuera de casa va a estar muy muy arriba.
CD Parquesol: Pablo; Vega (Jony, min. 46), Fer Mateo, Mario, Marcos (Albertito, min. 66); Edu Bacigalupe (Jon, min. 62), Santos; Mansilla (Paes, min. 59), Manu (Díez, min. 54), Iván; y Rober.
Real Valladolid B: Javi; Álvaro (Sastre, min. 59), Fer, Pablo, Nieto; Xavi, Raúl (Jorge, min. 76); Cirria, Pablito, Guille (Manu, min. 57); y Poncela (Adrián, min. 86).
Goles: 0-1, min. 66: Xavi. 0-2, min. 88: Manu.
Árbitro: Francisco Rivera García. Amonestó a Marcos, Mario y Pablo, los tres del CD Parquesol.
