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“El Real Valladolid es reflejo de la idiosincrasia de la ciudad”

por Jesús Domínguez
3 de septiembre de 2015
en Sin categoría
Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas

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Óscar Puente, alcalde de Valladolid, habla para Blanquivioletas de dos de sus grandes pasiones, el deporte y la casaca blanquivioleta; como aficionado, pero también, y sobre todo, como regidor

 

Óscar Puente Foto: Blanquivioletas
Óscar Puente
Foto: Blanquivioletas

Óscar Puente tomó posesión como alcalde de Valladolid el pasado trece de junio. Estos casi tres meses le han servido para tener su primera toma de contacto con el cargo y, en el apartado deportivo, para tener que afrontar más de una papeleta. Con pretendida honestidad y transparencia, ha ido enfriando cada una de las patatas calientes que se le han presentado.

Mañana, viernes cuatro, comenzarán las primeras Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo desde que es regidor. Antes, ha concedido una entrevista en exclusiva a Blanquivioletas para hablar de dos de sus grandes pasiones, el deporte en general y el Real Valladolid en particular.

 

La primera pregunta es obligada. ¿Aficionado por pasión o por obligación?
Ahora no lo soy, pero he sido muchos años socio. Soy aficionado al fútbol, y en particular al Real Valladolid, desde que tengo uso de razón. Recuerdo haber ido al antiguo estadio. Dicen que este es el de la pulmonía, pero yo recuerdo como uno de los días de más frío de mi vida un partido con mi padre cuando era pequeño en el viejo Estadio Zorrilla. Soy aficionado y con familia muy implicada en el club. No soy sospechoso de ir al fútbol por obligación, y de hecho el otro día le canté los cambios al presidente antes de que se produjera. Los clavé, incluso el de Mojica. [risas]

 

¿Cómo ves al club como aficionado?
Está en una situación complicada, un poco en el alambre, como todos los clubes que están haciendo un poco de ascensor, dependiendo mucho de subir a Primera… Yo creo que, si consiguiéramos subir y asentar un poquito el proyecto, el club va a salir adelante bien, y por tanto es importantísimo conseguir el ascenso.

 

¿Y como alcalde?
Como un elemento importante de la ciudad y como una parte de la vida de mucha gente, que vive pendiente del fútbol toda la semana y pendiente del Real Valladolid, que tiene a través del fútbol una vía de escape a muchos problemas y situaciones muy difíciles, como algo que genera riqueza a la ciudad… Lo veo como algo muy interesante y positivo para la ciudad.

 

¿Qué es eso positivo o interesante?
El fútbol, indudablemente, tiene una trascendencia hacia afuera muy grande. Un equipo de Primera o de Segunda División en España es un equipo con una proyección internacional muy grande, con mucho espacio televisivo en televisiones de todo el mundo… Hace poco recibimos aquí a un colegio de Estados Unidos que tenía un equipo de fútbol que tenía un convenio con el Real Valladolid y que venía a Valladolid por el fútbol. El fútbol es algo muy grande, es un lenguaje universal. Creo que es importante para una ciudad como Valladolid tener un equipo en Primera División, creo que lo merece por lo que es y por lo que representa como ciudad y por cómo es el club que tiene detrás.

 

Sin embargo, en ocasiones, al Real Valladolid se le achaca falta de cercanía con otros agentes de la ciudad.
Algo que yo no oculto es que me gusta ver canteranos en el primer equipo. Y eso se ha producido en las etapas en las que ha habido una mayor relación entre el club, la base y la ciudad. Ahora eso no se ve. No sé si es el síntoma o la causa, pero creo que es bueno que una ciudad que ha tenido jugadores muy importantes que han salido de la cantera, como los Minguela, Eusebio, Onésimo cuente con la base. Yo creo que eso genera identidad, y la identidad es muy importante, porque sobre todo permite que la ciudad se identifique más con el club. Para mí sería atrevido dar otras razones, aunque sí que veo que cuando sale el equipo, salvo Óscar, el resto son todo jugadores de fuera. Creo que es importante que el club recupere esa esencia.

 

Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas
Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas

¿Qué opinas de la importancia del fútbol como agente social?
Hace un poco daño a la vista ver algunos sueldos, ahora, por ejemplo, que se está cuestionando el sueldo de los políticos. Por ejemplo, el mío, que son 80.000€ al año, cuando tengo 3.200 trabajadores a mi cargo, un presupuesto de trescientos millones de euros que gestionar, responsabilidad sobre una ciudad de más de 300.000 habitantes… y sin embargo se observa con total normalidad que Pogba quiera cobrar 450.000€ a la semana. Es verdad que no se puede simplificar y decir que un jugador de fútbol solo se dedica a dar patadas a un balón, porque hace cosas que tienen un mérito importante, que requieren de una coordinación, de mucho esfuerzo y mucho trabajo, pero sí que creo que a veces chirrían un poco ciertos salarios.

 

No obstante, hay fútbol más allá de esos sueldos, de ahí esa importancia.
El problema es que esos sueldos muchas veces se abonan eludiendo obligaciones fiscales. Los clubes tienen una deuda muy importante con Hacienda, incluido el propio Real Valladolid. Sorprende que una parte de la población se escandalice tanto con un sueldo de 80.000€ y, sin embargo, no lo haga con otros más elevados que se pagan muchas veces soslayando las obligaciones fiscales de esos clubes. Se supone que están pagando por lo que esos jugadores generan, pero no deben generar tanto cuando no son capaces de hacer frente a las obligaciones con el resto de la sociedad, en concreto con las fiscales. Al margen de esto, es indudable que el deporte tiene un componente de espectáculo, de pasatiempo, de salud, de cultura… El deporte en la infancia y en la juventud es vital. Yo fui muy deportista, y siempre lo digo, el deporte te saca de muchos problemas. Te quita de fumar, bebes menos, te cuidas más, en momentos clave en los que la vida te puede llevar por un camino o por otro, juega un papel crucial. El deporte hay que apoyarlo, hay que apoyar la práctica deportiva como algo más que ese espectáculo y ese pasatiempo.

 

Una afición “exigente, entendida, objetiva y agradecida”

¿El Real Valladolid debe involucrarse con la sociedad, con el resto de agentes de la ciudad?
Sí, claro. Hay un club en España que dice que es más que un club, que es el Fútbol Club Barcelona, pero yo creo que eso le sucede a todos los clubes de fútbol y de otros deportes, pues todos generan pasiones, sentimientos, generan también movimientos sociales, de solidaridad… Es importante que busquen ese encuentro con la ciudadanía, y que de ahí surjan colaboraciones, sinergias, cosas que yo creo que pueden revertir en beneficio mutuo, de la sociedad y del club. Yo creo que esa interrelación debe existir.

 

Si utilizamos Real como sinónimo de visible, de palpable, ¿por qué el Valladolid es Real? ¿Qué tiene de propio o de distinto?
Lo que tiene de distinto va con la propia idiosincrasia de la ciudad; el club es un reflejo de lo que es la ciudad. Somos una afición que es así en el fútbol, pero lo es también en el teatro. Es una afición exigente, entendida y agradecida, porque devuelve lo que se le da, pero no da nada gratis. Hay aficiones que van al campo y dicen “yo le voy a dar al club todo lo que tengo aunque no me dé nada”. Nosotros no, nosotros damos mucho, pero queremos recibir algo a cambio. El Valladolid es lo que es su ciudad, es un club que representa perfectamente lo que somos, gente muy auténtica, gente poco dada a los artificios, a los juegos florales… somos gente muy de verdad, lo que damos lo damos de verdad, pero también somos exigentes, y eso creo que es bueno. A mí hay mucha gente que me dice “es que somos una afición fría”, y no estoy de acuerdo. Valladolid tiene una afición que como vea al equipo darle un poquito, se entrega, pero también paga la entrada o el abono, y quiere que a cambio de eso el equipo le dé algo, y yo creo que eso es muy saludable. Eso nos homologa un poco con lo que son las aficiones en Estados Unidos, donde la afición va a divertirse, va a pasarlo bien, y tal, pero no va necesariamente a dejarse la vida en el partido, y entrega y devuelve en función de lo que le está aportando el equipo que juega.

 

Es curiosa esa percepción. No es tanto frialdad como exigencia o esa idiosincrasia propia de la ciudad, ¿no?
Claro. A la gente del sur le gusta cantar desde el principio; bueno, nosotros no somos así, somos… de otra forma. Y así nos expresamos. A mí me gusta ir al campo y ver cómo la afición se enciende cuando hay fútbol, pero, cuando no lo hay, tampoco es una afición chillona, que se enciende contra el equipo. Rara vez ves a la afición de Zorrilla con pitadas, con pañuelos… Es una afición más aséptica. No más fría, sino más objetiva. Y entrega mucho cuando se le da.

 

Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas
Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas

Algo parecido sucede, por ejemplo, con la Semana Santa, con los toros o con el teatro, que existe esa ‘sobriedad’.
Sí. Yo fui once años actor de teatro y hablando con gente de fuera nos preguntábamos por qué Valladolid ha sido muchos años laboratorio de estreno de muchos espectáculos teatrales, y es porque el público de aquí es un público que no te regala nada, pero que, si lo haces bien, se entrega. Es un banco de pruebas muy bueno; aquí nadie te regala el aplauso, puedes ir a otros sitios, que te aplaudan mucho y creer que ya tienes un buen espectáculo, salir afuera y pegarte la ‘galleta’, porque a lo mejor ese público te está regalando cosas. En Valladolid no, en Valladolid el público entiende y responde cuando le das algo que merece la pena. Yo he visto al público del Teatro Calderón muchas veces en pie, pero hay que darle algo. Esa es nuestra forma de ser, somos gente que damos, pero siempre con un motivo. El vallisoletano es un tipo muy racional, no frío.

 

Pasado, presente y futuro

¿En algún momento el actual equipo de gobierno se plantearía poner una calle al Real Valladolid?
Es algo que no es descartable. Es una propuesta que yo he escuchado, incluso en redes sociales, y no se puede descartar en absoluto. Es un club con la suficiente historia, la importancia y el arraigo en la ciudad como para que esa propuesta se pueda estudiar en serio.

 

¿Qué opinión le merece a la alcaldía el proyecto del Valladolid Arena?
Es un proyecto que nosotros siempre hemos apoyado, pero hay que ser consciente de que en este momento la realidad lo hace inviable. No sé en el futuro, dentro de siete, diez años, pero en este momento hay muchas circunstancias que han ido confluyendo para que se convierta en un proyecto de difícil viabilidad. La primera, la situación económica general que vivimos, en la que es muy difícil que haya inversores privados que pongan esa cantidad de dinero, porque no olvidemos que era una operación en la que lo público se limitaba a la cesión del suelo y lo privado era lo que hacía toda la inversión. Segundo, que el pilar principal, que era un centro comercial asociado al Valladolid Arena, tiene muy difícil desarrollo, teniendo en cuenta que se ha implantado a escasos metros de allí un macrocentro comercial como es InterIkea. Y tercero, que ahora mismo encontrar a alguien que ponga cincuenta o sesenta millones a fondo perdido para hacer una infraestructura deportiva a cambio de un centro comercial que dudosamente va a tener una cuota de mercado suficiente es una idea poco realista. Hay que ser honestos, en este momento el proyecto del Valladolid Arena no es un proyecto viable, al menos en el corto plazo.

 

Volviendo al Real Valladolid, hablabas de ese recuerdo del viejo Zorrilla, con los pies congelados. ¿Tienes algún otro recuerdo grabado especialmente?
Tengo muchos recuerdos muy buenos. La época del ‘Pato’ Yáñez y del ‘Polilla’ Da Silva es una época que tengo grabada, y hay otra que como aficionado disfruté muchísimo, que es la época de Cantatore. Yo a Cantatore lo tengo en un pedestal. No ha jugado el Real Valladolid al fútbol jamás como ha jugado con él. Era un equipo previsible, que sabías a qué jugaba y cómo jugaba, con qué orden, con qué intensidad… Y luego era un tipo de estos de los de verdad, que también encajó muy bien en esta ciudad, que nunca daba la nota, que nunca decía ninguna tontería en rueda de prensa como otros entrenadores, un tipo serio… Y luego ya la época de Mendilibar, ese ascenso espectacular, que fue tan meteórico. Son las tres etapas de las que tengo un mejor recuerdo.

 

Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas
Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas

¿Hay algún jugador que disfrutases en especial?
Había dos que me gustaban especialmente, que eran el ‘Polilla’ Da Silva y el ‘Pato’ Yáñez. Esos centros del ‘Pato’ y esos remates del ‘Polilla’… Esas entradas por banda, daba igual izquierda o derecha, ese desborde, esos remates del ‘Polilla’… Era un tándem de los que uno retiene en la memoria. Fernando Hierro también me gustó muchísimo, dejó una impronta tremenda. Eusebio, Torrecilla, Juan Carlos… Porteros como Fenoy, que durante muchos años le dio identidad a la portería, no era como ahora, que los porteros van y vienen, él estuvo unos cuantos años. Por ejemplo, de Iván Campo se ha hablado poco, pero es uno de los defensas que más me han impresionado por las facultades que tenía. Se recorría desde la punta de su área hasta la otra con velocidad y con una fuerza espectacular.

 

En su caso, parece que uno se queda más con sus goles en propia o con su etapa en el Real Madrid.
Sí. Ahí te das cuenta de lo que es un salto a un grande, que aquí tú ves a un jugador y crees que es imposible jugar mejor, que va sobrado de fuerza o de técnica, y luego va al Real Madrid y por la razón que sea, que yo creo que fundamentalmente es mental, y no cuaja. A mí me parece que fue un gran jugador, también jugó en Inglaterra… Luego te das cuenta de lo importante que es cuajar. Yo cuando veía el fichaje de Illarramendi por el Real Madrid me asustaba, o el de Canales, y ahí están. En cambio ves casos como el de Fernando Hierro, que para mí es un ejemplo de cómo hay que dar el salto a un grande; es un jugador que pudo haberse ido un año o dos antes, pero el Real Madrid le compró y le dejó crecer y madurar aquí, y por eso Fernando se fue de aquí cuajado como jugador y como hombre, y por eso yo creo que triunfó, como Eusebio en el Barcelona. En el fútbol a veces va todo demasiado rápido.

 

Y si hablamos de partidos, ¿cuáles recuerdas más?
En Zorrilla tengo alguna decepción. Recuerdo un partido que íbamos ganando dos cero al Madrid a descanso, cuando jugaba Ronaldo en el Madrid. Ese fue un día que salí del estadio con muy mal sabor de boca. Aunque no fue del Valladolid, tengo el recuerdo de otro en Zorrilla, la final de la selección española sub 21, que se me ha quedado grabado. Más allá no sería capaz de quedarme con uno.

 

¿Eras de los que se levantaban y se iban si la cosa iba mal?
No, no. Pero lo paso mal. Sobre todo en los últimos años he disfrutado poquito. Antes era un equipo que, bien o mal, estaba ahí, se aguantaba, aguantaba la categoría con cierta solvencia y te daba ratos de disfrute; veías un patrón de juego… Eso llevamos unos años sin verlo. El año pasado, por ejemplo, yo no sabía muy bien a qué quería jugar el equipo. El otro día, en cambio, con todos los defectos, a mí me gustó el equipo. Vi un equipo ordenado, que sabía lo que quería y que por momentos jugó bien al fútbol. Es verdad que hubo ciertos momentos de zozobra, sobre todo cuanto ellos se quedaron con diez y marcaron, pero a mí el equipo me gustó cómo estaba trabajado, creo que tuvo un orden que no tuvo en toda la temporada pasada, probablemente con menos calidad, pero más competitivo. Con los fichajes… Y a mí me parece que este año hay un entrenador solvente.

 

Justamente esa era la siguiente pregunta, cómo ves al equipo este año.
Muy bien. Yo el primer partido no lo vi, pero en el segundo me fui del estadio muy contento, sobre todo teniendo en cuenta que faltaban jugadores para determinados puestos. Me parece que el equipo está trabajado, que el entrenador sabe lo que quiere y mi impresión ha sido buena. El otro día me gustó, disfruté. El partido estuvo bonito, estuvo vibrante y por momentos el equipo estuvo muy bien. Me parece que lo que se vio el otro día es que le falta sobre todo pólvora arriba, ese último pase… pero creo que precisamente es en la zona que más se ha reforzado. A mí me parece que hay equipo para ascender.

 

Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas
Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas

Dejando al Real Valladolid a un lado, ¿tiene el Ayuntamiento de Valladolid algún plan previsto para apoyar a los clubes de la base?
En eso está trabajando desde que llegamos hace dos meses el concejal de deportes [Alberto Bustos], en reajustar todo el tema presupuestario de cara al año que viene, potenciar el deporte de base y reequilibrar las cantidades que se venían abonando hasta ahora. Aquí anteriormente había un desequilibrio muy grande entre el baloncesto y otros deportes, eso se ha corregido y se va a trabajar con criterios de equidad y, sobre todo, de apoyo al deporte que se irradia hacia la base. Es lo que más nos importa. Vamos a intentar también desde el punto de vista deportivo hacer una política coherente con lo que tratamos de ser nosotros, que es ser un gobierno que apoye más a los que más lo necesitan y le exija un mayor esfuerzo a los que más posibilidades tienen.

 

Dos meses de “agitación” deportiva

Desde el punto de vista deportivo han sido dos meses complicados. En primer lugar, ¿cómo se ha llevado la polémica con el balonmano y la intención del Atlético Valladolid de contar con un pabellón exclusivo?
Se ha resuelto bien. Yo creo que el presidente [Juan Carlos Sánchez-Valencia] había empeñado su palabra, y que quizás si no lo hubiera hecho yo creo que habría aguantado al final. Hay una directiva que da continuidad al proyecto que ya existía y además incluso se ha llegado a un entendimiento con el balonmano femenino que se va a materializar este fin de semana con una jornada compartida. Yo creo que se va a enfocar bien.

 

Al final, si se han podido entender los dos clubes de rugby, por qué no van a hacerlo los de balonmano, ¿no?
Bueno, el rugby yo creo que es otro mundo. Es una joyita que tenemos que cuidar mucho, porque nos distingue y porque realmente creo que hay un nivel ahora mismo en el rugby vallisoletano impresionante. Ahí es donde estamos marcando realmente la diferencia. Cuatro mil socios, muchísimos practicantes… Muchas veces se nos llena la boca diciendo que somos la ciudad del pincho, la ciudad del castellano, la ciudad taurina… Realmente, yo creo que somos la ciudad del rugby. Yo voy bastante a verlo, viene gente de fuera y están realmente maravillados con lo que está pasando en Valladolid con el rugby. Es un deporte que ahora mismo es una auténtica pasión.

 

Con todo, se puede decir que Valladolid sí es ciudad deportiva.
Sin ninguna duda. Si hay una etiqueta que la ciudad merece, que es incluyente y que a nadie puede ofender, es la de ‘Valladolid ciudad deportiva’. Valladolid es una ciudad que saca muchísima gente, que tiene una variedad de deportes enorme, muchas y muy buenas instalaciones… creo que es una ciudad con una connotación deportiva clarísima.

 

¿Qué importancia tiene para el Ayuntamiento de Valladolid la existencia de clubes como el CPLV de hockey, como el CD Valladolid Tenis de Mesa u otros que llevan el nombre de Valladolid incluso por Europa?
Para Valladolid tiene mucha importancia, y para el Ayuntamiento, especialmente, porque está para apoyar no lo que va solo o lo que va fácil, sino también lo que necesita un poco de colaboración de las instituciones para salir adelante, y a este tipo de deportes, precisamente por ser minoritarios y tienen dificultades, hay que mira con especial atención. En un sentido positivo de la palabra, ser paternalistas.

 

Y la situación con el baloncesto, ¿cómo se está llevando?

Óscar Puente || Foto: Blanquivioletas
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De la única forma posible. Dudo mucho que las decisiones que hubiera tomado otro gobierno hubieran sido diferentes, la única diferencia es que nosotros las hemos explicado y hemos contado qué es lo que pasaba, pero el margen de maniobra era nulo. Cuando tú tienes un club al que cualquier cantidad que le des te la embarga Hacienda, ya no puedes seguir dando dinero, y esto es lo que venía pasando en Valladolid desde diciembre de 2013. En el fondo, nosotros no hemos hecho nada distinto, en la forma, hemos salido y hemos explicado y hemos dicho “esto es lo que hay y hasta aquí hemos llegado”, que es lo que no quiso hacer el anterior equipo de gobierno para no tener que asumir su responsabilidad.

 

¿Qué tiene de atractivo en CB Ciudad de Valladolid?
Es un proyecto muy de Valladolid, de gente muy de la base y muy pensado para la base, que no está pensando en la ACB ni en grandes ligas, sino en que muchos niños y niñas jueguen al baloncesto en Valladolid y construyan un club a partir de unos valores sólidos. Es gente de aquí, gente sana… Yo creo que es un proyecto con un punto de partida muy interesante.

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