En cuatro de las últimas cinco derrotas Álvaro Rubio no fue titular
La mala racha del Real Valladolid cada vez es más notable. Acumula tres derrotas consecutivas y ha pasado de afianzarse en los puestos de ascenso directo a alejarse de ellos. Pero esto es muy largo y hay tiempo para cambiar el rumbo. Para ello Rubi tendrá que encontrar al encargado de llevar el timón, ya que en las últimas jornadas lo ha perdido. Justo cuando Álvaro Rubio ha pasado de la titularidad al banquillo.
Los aficionados blanquivioletas no comprenden cómo su equipo no obtiene buenos resultados con la plantilla que tiene. La mayoría de los fichajes realizados por Braulio Vázquez ilusionaron al público de Zorrilla, que comienza a desesperarse al ver el bajo rendimiento del conjunto vallisoletano. Y, claro, buscan los motivos de este bajón en las últimas semanas.
Seguramente haya más de una razón que lo explique, pero hay un hecho que, sin duda, llama la atención. Que el Real Valladolid no está realizando su mejor temporada es tan cierto como que cuando se ha encontrado más cómodo ha sido con Álvaro Rubio en el once inicial, disputando la mayoría de los minutos de los choques.
Casualidad o no, la mala racha en la que se encuentra el equipo blanquivioleta se ha producido tras la decisión de Rubi de sentar al riojano en el banquillo. Frente al Tenerife comenzó esta situación. El técnico catalán dio la alineación y Álvaro Rubio no estaba en ella.
El Real Valladolid salió al césped del Heliodoro Rodríguez López como pollo sin cabeza y, por si faltaba algo, una acción infantil de Jonathan Pereira dejaba a los castellanos con diez en el minuto veintinueve. El capitán entró al campo cerca de la media hora de juego, con 0-0, y no pudo ayudar a evitar una derrota que se veía venir (2-0).
Rubi creyó que la clave de esa derrota podía estar en la ausencia del ’18’, por lo que en la jornada siguiente, contra el Sporting de Gijón, volvió al 4-3-3 con el riojano en el trivote. ¿El resultado? Victoria importante por tres goles a cero, y con buenas sensaciones en el juego blanquivioleta. Como la cosa fue bien, el entrenador catalán apostó de nuevo por los tres centrocampistas en el Villamarín, pero el Betis se impuso por cuatro a cero. El único tropiezo, de los últimos cinco, con el capitán como titular.
No se rindió y, una vez más, jugó con ese 4-3-3 que tantas alegrías le ha dado. Ante el Numancia no iba a ser diferente, aunque cierto es que la expulsión de Ripa al poco de empezar allanó el camino a los blanquivioletas. Pero ahí estaba Álvaro Rubio, conduciendo el timón del Real Valladolid hacia otro sencillo triunfo (4-0).
Desde entonces, ha tenido que ejercer de capitán desde el banquillo, ya que no ha disputado ni un minuto. Rubi continuó con el 4-3-3 en Ponferrada, pero le cambió por Sastre y la permuta fue, valga la redundancia, un desastre. El equipo comenzó su declive cuando podía asentarse en los puestos de ascenso directo. Contra el Albacete y el Girona deshizo el trivote y hubo más de lo mismo. Los vallisoletanos han estado perdidos, sin rumbo, y acumulan tres derrotas consecutivas. Todavía tienen tiempo de revertir la situación, pero ya no hay margen de error.