Javi Chica, Samuel, Chus Herrero y Johan Mojica son las caras nuevas de la zaga del Real Valladolid. De ellos, solo el primero parece perfilarse como claro titular

Si la portería sigue esperando el inquilino que comparta hábitat con Dani Hernández, prontas fueron las incorporaciones a la defensa del Real Valladolid. Johan Mojica fue el último en llegar, pero con el tiempo suficiente como para hacer una pretemporada, digamos, idónea, que le ha permitido conocer ya el ideario de Rubi y llegar al arranque liguero físicamente en condiciones y adaptado al grupo.
Además del lateral colombiano, cedido por el Rayo Vallecano, han llegado dos centrales, veteranos, como son Samuel Llorca y Chus Herrero, y otro hombre de banda, de la contraria, la derecha. Javi Chica, que jugó las tres últimas campañas en uno de los máximos rivales del Real Valladolid por el ascenso, el Real Betis Balompié, es el único que tiene la titularidad aparentemente segura, toda vez que en el primer plantel no hay otro jugador que se desenvuelva naturalmente en esa posición.
El canterano Xavi Carmona caminará a caballo entre el filial y el primer equipo, con sobrada capacidad para cubrir una eventual vacante, pero, a priori, con el puesto de titular en la lontananza.
Rubi conoce a Chica y Chica quiso a Rubi, lo que demostró llegando a rechazar ofertas de Primera. Esta confianza, forjada en la temporada que compartieron en el filial del Espanyol, unida a la soltura mostrada por el catalán en pretemporada en el modelo que pretende el técnico y a esa soledad relativa hace entrever que la relación, de nuevo, será dichosa, pues es Chica un lateral sólido en defensa y correcto en ataque, sobre todo estático.
Todo lo demás es segunda unidad. Lo que no ha de desprestigiar el nivel de los fichajes. Al contrario, debe poner en valor el nivel de la zaga blanquivioleta, toda vez que se trata de jugadores conocidos y contrastados, quizá, con la excepción de un Mojica que está aún por explotar y cuyo principal hándicap, espalda al margen, es que llega en calidad de cedido.
También Samuel Llorca está de prestado, aunque, en su caso, los problemas físicos de gravedad que le han impedido alcanzar continuidad en las últimas temporadas invitan a ser cauto con él. Si alcanza un estado físico óptimo, al que estaba acostumbrado a competir, pugnará en igualdad de condiciones con Jesús Rueda y Marc Valiente, presumibles titulares por su condición de indispensables en el periplo reciente en Primera.

Puede ser un recambio de lujo para la categoría, que conoce y en la que fue en el pasado uno de los mejores jugadores en su posición. Y, cuando actúe, que a buen seguro lo hará en no pocas ocasiones, dará al equipo consistencia en el juego aéreo y un punto de agresividad bien entendida del que carecen Valiente y Rueda. Y, si atendemos a su pasado, es garantía de carácter y liderazgo.
Contundente y expeditivo el cruce, vendrá a ser el escudo antiaéreo del equipo. Chus Herrero, mientras tanto, será navaja suiza; el hombre multiusos con el que todo entrenador querría contar. Parte, se supone, como cuarto central, último en cualquier lista, en su posición natural y en las restantes de la zaga, en las que también se puede desenvolver. Pero él ya ha advertido: quiere jugar.
Viejo conocido de Rubi, como Chica, ha llegado para evitar cometer los errores del pasado reciente, en el que el tercero en discordia era un solomillo insípido, más apto para convertirse en juguete del perro que en defensa de primer nivel. Como Samuel, tiene un importante historial en la categoría y una eficacia probada, que dirían de un detergente.
Limpio cuando juega, es de los que no manchan. O, dicho de otra manera, es un activo importante en el vestuario, sume más o menos minutos, un tipo que se viste por los pies y que, lejos de causar problemas, intentará solucionarlos. También sobre el campo, ya que para eso ha fichado: allí donde haya un roto o un descuido, aparecerá él para hacerse valedor de un puesto y de que la letra de Sabina le siga yendo al dedo.
A pesar de ser los nuevos, y en teoría los débiles, cabe destacar que no ha sido demasiado habitual ver a Rueda y Valiente juntos en pretemporada, lo cual podría no ser indicativo de nada, pero, a la vez, podría siquiera sembrar una duda con respecto a la condición de inseparable de la pareja. Por aquello de ser del el último amistoso, el once del Rayo puede significar que Marc y Jesús empezarán siendo de la partida, pero, aun siendo así, una cosa es segura: durante el año habrá minutos para todos.
También para el último de los defensas arribados en este mercado estival, el cafetero Mojica. Primo-hermano de Zakarya Bergdich, su rol de partida será el de actuar como lateral, aunque se puede desenvolver también como extremo, allí donde el franco-marroquí hizo ruido la pasada temporada y parece haberse asentado esta pretemporada, ya a las órdenes de Rubi.

Como ‘Caballo Loco’, ‘El Correcaminos’ es un jugador rápido, capaz de desordenar y alborotar a la defensa rival en un abrir y cerrar de ojos. Pero tiene un problema, y es que también en labores defensivas tiene al desorden y al estruendo, como demostró el año pasado en el gol copero regalado a Daniel Larsson.
Si Chica es el ataque estático, principalmente, no es descartable que Mojica ocupe con frecuencia un puesto en el once por mor de su dinamismo. Al fin y al cabo, para eso ha llegado, pues Carlos Peña es de un perfil diferente. En ese caso, puede aprovechar las asociaciones interiores de Omar para romper por fuera o para convertirse definitivamente en el gemelo de Bergdich, creando una doble figura sin parangón desde que Son Goku se fusionó con Vegeta.
De un modo u otro, si algo hay que destacar de cómo se ha movido en el mercado el Real Valladolid es que ha sabido detectar las amenazas de la zona defensiva y, si no las ha convertido en fortalezas, sí al menos parece haber paliado las lagunas, tan fáciles de detectar como difíciles de subsanar con las apreturas económicas ‘Solo’ falta que la teoría se convierta en una buena práctica y que los nuevos, como segunda o primera unidad, acaben celebrando el ascenso al final del curso.
