El nuevo Real Valladolid se ejercitó por primera vez con varias caras nuevas, diferentes ausencias y con un buen ambiente en la grada de Los Anexos

La verdad es que el día (la tarde) acompañaba. La temperatura, agradable, invitaba a tomarse un refresco en la terraza o en la grada de Los Anexos mientras el primer equipo del Real Valladolid afrontaba su primera sesión de la pretemporada.
“Volver a empezar, otra vez; volver a encontrar los viejos amigos”, decía la dichosa canción del anuncio de El Corte Inglés. Seguía hablando de zapatos y libros, algo que se puede cambiar por la taquilla y las botas en algunos casos, pues varias han sido las caras nuevas con las que ha echado a andar el ‘Rubi Team’. Chica, André Leão y Roger se ejercitaron por primera vez en un césped que volvió a pisar Dani Hernández, ya conocido para Xavi Carmona, Iván Casado, Julio y Anuar y nuevo para Jorge Hernández –los cinco últimos, del filial–.
El ambiente fue menor que el de pasados estrenos, aunque no faltaron los muchos niños con ganas de hacerse una foto o de que los jugadores les firmasen un autógrafo, ni los Incondicionales, que pusieron la nota ruidosa y de color, con sus cánticos, antes y durante la sesión, y sus banderas, que ondearon a un viento que se tornó incómodo conforme se fue acercando el ocaso.
Con un poco de retraso, conforme mandan los cánones, por aquello del saludo habitual del entrenador, el equipo recibió el aliento de la afición desde la salida de vestuarios. Luego se puso a trabajar y sin guardarse nada en un primer entreno en el que el balón estuvo presente, junto a los habituales ejercicios físicos, que se hicieron notar en las piernas de los jugadores.
Además de los rumores que envuelven al plantel, habituales en el periodo estival, y más con una plantilla escasa de efectivos –estuvieron solo doce ‘fijos’ del primer equipo–, sobrevoló el césped de Los Anexos un murmullo bastante generalizado, que envolvía al toldo que el club ha puesto en torno al campo de entrenamiento a fin de asegurarse la privacidad de futuras sesiones, toda vez que el Real Valladolid solo abrirá al público sus entrenamientos un día a la semana.
Mañana, por ejemplo, el equipo se ejercitará en doble sesión, a las nueve y a las siete, sin mirones. Así, los jubilados, curiosos y niños tendrán que esperar a la próxima semana para volver a ver las caras de los diecisiete que han comenzado y para hacerlo por primera vez con aquellos que aún se han de incorporar, como Samuel Llorca, cuyo fichaje es inminente (ha pasado reconocimiento médico y salió de Zorrilla a la misma hora que los que serán sus compañeros) o Bergdich, que ya está en España, pero estuvo ausente con permiso de la entidad.
Como él, con la connivencia de la dirección deportiva y el cuerpo técnico, no se entrenaron Heinz Barmettler y Valdet Rama, los dos primeros descartes de la ‘era Rubi’, ni el central Marc Valiente, que ha sido intervenido quirúrgicamente para retirarle la placa colocada tras su fractura de pómulo de febrero de 2013, lo que le tendrá de baja entre cuatro y siete días, en función de la evolución.
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Roger, presentado

Antes de ponerse a las órdenes de Rubi, con quien coincidió ayer en la presentación de las nuevas equipaciones, Roger fue presentado como nuevo jugador del Real Valladolid. En su primera comparecencia ante los medios, el delantero destacó que se siente capacitado para sustituir a Javi Guerra, de quien hereda el nueve del gol, y se marcó como cifra anotadora los doce tantos que anotó el pasado curso en Zaragoza.
El director deportivo, Braulio Vázquez, señaló, por su parte, que es un jugador al que conoce desde hace “muchos años”, que Roger (pronunciado como palabra llana, como si fuera Federer) “ha crecido mucho futbolísticamente” y “tiene todas las cualidades para triunfar” en Valladolid.
