No es la primera vez que el filial hispalense milita en Segunda División. La última vez, hace nueve años, estuvo dos temporadas y salieron buenos futbolistas, con recorrido en la élite

Siempre se ha dicho que la historia es cíclica, que se repite. Quizá sea así, o quizá no. A veces repetir lo hecho en el pasado es muy complicado. Un ejemplo de esta dificultad es el Sevilla FC y su filial.
En la temporada 2006/07 ascendieron a Segunda División y las dos campañas siguientes compitieron en la categoría de plata con dos resultados muy dispares; en el primer año consiguieron un digno noveno puesto mientras que en el segundo terminaron últimos y no sumaron ni veinte puntos. Sin embargo, ambos cursos comparten alguna que otra similitud.
Un filial suele o puede ser la etapa final de formación de un club en la que ya se prueba a los chavales en una competición seria y de carácter profesional. Muy pocos están hechos para jugar en Segunda División, pero aquel Sevilla Atlético si estaba preparado para ese reto. Esos dos años tuvieron algo en común: se crearon jugadores con un gran futuro en la élite del fútbol.
Entre los que más han destacado cabe mencionar a Fazio y Perotti. Ambos jugadores ya compartían el vestuario del filial con el del primer equipo y es que los dos solían ser convocados con cierta regularidad por el primer plantel. Perotti, en su primera temporada en Segunda jugó 32 partidos mientras que en la segunda se fue hasta los 20, que suman 34 con las 14 participaciones que tuvo con el primer equipo. Fazio, por su parte, solo estuvo en Segunda un año, en el que jugó 22 partidos con el Sevilla Atlético, además de cinco con el equipo de Primera.
Ellos dos son los dos nombres de más calibre que pasaron esos dos años por el filial. Fazio suma un total de siete trofeos (tres Europa League, una Supercopa de España y otra de Europa y otras dos Copas del Rey), mientras que Perotti consiguió dos torneos: una Copa del Rey y una Europa League. Curiosidades de la vida, los dos futbolistas terminaron saliendo del Sevilla rumbo al extranjero y, tras pasar por varios equipos, comparten vestuario en la Roma, donde ambos son piezas clave para Spalletti.
Pero no fueron los únicos que abandonaron el Sevilla Atlético para emprender una carrera de éxito en Primera División. Tres exjugadores del Real Valladolid como son Javi Varas, Alejandro Alfaro y Marc Valiente fueron importantes en ese filial, aunque no llegaron a coincidir en el mismo tiempo los tres.
El portero fue el muro del equipo en el primer año. Ya por entonces era un cancerbero experimentado, de 25 años, y en que 41 partidos encajó 46 goles. Posteriormente subió al primer equipo y ha jugado en Primera con el propio Sevilla, con el Celta, con el Real Valladolid y con la UD Las Palmas.
Alfaro si coincidió con Varas, y mientras él detenía al rival, el atacante los sentenciaba: marcó siete goles y fue máximo goleador del equipo. Luego fichó por el Tenerife, que disputaba la Liga BBVA, regresó a Sevilla y salió a Mallorca. Allí fueron sus últimos partidos en Primera. Por su parte, el central catalán llegó a Sevilla un año más tarde que los anteriores para apuntalar la zaga. Dos años más tarde aterrizaría en Pucela y su historia ya es conocida.
Pero hay más ejemplos de jugadores que, tras pasar por el Sevilla Atlético, han encontrado un hueco en la élite del balompié. Futbolistas de la talla de Armenteros, Salva Sevilla, Cala o De la Bella formaron parte de la última experiencia de los franjirrojos en Segunda División. También cabe destacar al artífice de todo esto, el entrenador Manolo Jiménez. El mister sevillano dirigió durante tres temporadas al Sevilla FC y consiguió una Copa del Rey.
Son todos estos futbolistas un claro espejo en el que se pueden mirar los ahora integrantes del filial de los de Nervión. Los Iván López, Borja Lasso o Curro pueden ser los próximos ídolos del Sánchez Pizjuán y, que ahora y por adelantado, podemos disfrutar en Zorrilla.
