El conjunto franjiblanco se llevó los tres puntos ante los bercianos y se empeña en seguir luchando, a la espera de que Apelación haga justicia

Hace ya un puñado de años, más cuarto de siglo, en Estados Unidos se grabó una de esas típicas comedias absurdas que llevaba por título en español ‘Este muerto está muy vivo’. Este pasado sábado, el Villa de Simancas le hizo honor, no por lo de absurdo ni por lo de comedia, sino por el típico tópico que lanzan como indicativo siempre que pueden: mientras hay vida hay esperanza.
Así, ganó al Atlético Bembibre, conjunto que le precedía –y precede– en la clasificación. Y sigue ni tan siquiera soñando, sino luchando, con el halo de vida que le queda, por recuperarse. Porque, seamos francos: pintan bastos. Pero la mano puede mejorar si de repente, en el siguiente reparto de cartas, le cae la que vienen aguardando desde hace semanas: los tres puntos que por reglamento le corresponden de la alineación indebida del Puente Castro.
Los de Álex Iglesias empezaron dominando y controlaron el primer tiempo. Así, fruto de una buena jugada entre Pavesio, Nacho Atienza y Villa, tras una asistencia del segundo sobre este, llegó el uno a cero, con un disparo cruzado a la jaula en el minuto 36. Pero como el sino simanquino es sufrir, y el viento propiciaba el azar, antes del descanso llegó el empate.
Apenas cuatro minutos después –poco dura la alegría en casa del pobre, se podría decir, siguiendo con tópicos varios y refranes–, Alejandro González agarró el balón a la altura del banquillo local y soltó un zapatazo que, ayudado por el viento, se metió en la puerta defendida por Giovanni.
En la segunda parte, mientras a los simanquinos les entró el miedo a ganar, los bercianos tuvieron miedo a perder. No se les vio a estos demasiado arrojo e ímpetu por llevarse los tres puntos, pero a punto estuvo de llegar el uno a dos, con un remate de cabeza en un saque de esquina que repelió el palo.
Cuando todo parecía indicar que el partido iba a acabar en empate, el corazón latió. Poco, pero con fuerza. Como diciendo “aquí estoy, aunque no lo parezca; aún vivo”. En un balón sin aparente peligro hacia una nueva carrera del nueve simanquino, el portero del Bembibre y su defensa no se entendieron y dejaron que Villa empujara a la red. PUM. PUM. PUM.
El Simancas aún vive después de que el fútbol le devolviera en el minuto 88 lo que le quitó en Parquesol. Es lo que tiene el caos, que es justo, que decía aquel. Hablando de justicia: se espera que esta semana el Apelación determine si corresponden a los franjiblancos los tres puntos del enfrentamiento ante el Puente.
Si se los dan –deberían–, el corazón latirá más fuerte. Porque, decíamos, este muerto está muy vivo. Aunque el paciente está grave, todavía no ha llegado el juez para decretar su defunción. Conviene añadir: ojalá no lo haga cuando todavía queda ese hilo de vida.
Villa de Simancas: Giovanni; Marcos, Riki (Sergio, min. 76), Jaime, Tabarés (Jairo, min. 74); Pavesio, Christian; Fran (Brita, min. 65), Nacho (Saúl, min. 65), Física (Samuel, min. 89); y Villa.
Atlético Bembibre: Alejandro Álvarez; Rubén, Aitor, Edgar, Cristian (Diego, min. 89); Héctor, José Manuel (Jorge, 79); Alejandro González, Óscar, Adrián (Jesús, min. 72); y Andrés.
Goles: 1-0, min. 36: Villa. 1-1, min. 40: Alejandro González. 2-1, min. 88: Villa.
Árbitro: Francisco Rivera García. Amonestó a Tabarés por parte del Simancas y expulsó a Héctor por parte del Atlético Bembibre, en el minuto 89.
