Ninguno de los últimos cinco máximos goleadores logró hacerse un hueco entre las dos primeras plazas de segunda división. De ellos, tan solo Nino logró el ascenso ocupando la tercera posición clasificatoria.
Llega este fin de semana a Valladolid ‘El Ciclón’ Ulloa, actual máximo goleador de segunda división con veinte tantos, ocho más que el celtiña Iago Aspas y el cordobesista Borja García y nueve por encima del oscense Juanjo Camacho y el blanquivioleta Javi Guerra. Lo hace enrolado en las filas de un Almería que arriba a la capital del Pisuerga en la cuarta posición, a dos puntos de su próximo rival.
A falta de catorce jornadas para que finalice la campaña, el de Río Negro es el claro favorito para alzarse con el trofeo al mejor francotirador, algo que, sin embargo, no lleva aparejado necesariamente un éxito tal que permita al goleador en cuestión jugar en primera división la campaña siguiente.
Y es que de los cinco últimos máximos anotadores, tan solo uno, Nino, logró hacerse con un hueco en la máxima categoría al año siguiente de alzarse con el galardón. Después de hacer veintinueve goles en la campaña 2008/09 con el Tenerife, disputó la siguiente temporada entre las estrellas, si bien su ascenso se materializó a través de una tercera plaza que actualmente no asegura más miel que el play-off a quien la ocupa.
Sucedió entonces al xerecista Jordi, que a su vez había sido heredero de Marcos Márquez, hoy jugador de la UD Salamanca y por aquellos tiempos de la Unión Deportiva Las Palmas. El primero estuvo custodiado en el podio por el propio Nino y Juan José Luque, que a pesar de descender a Segunda División B con el Granada 74 se ganó a título individual un contrato en primera de la mano de un Málaga mucho menos glamuroso que el actual.
El primer jugador ascensor que aparece en la tabla de anotadores de ese curso es Antonio Hidalgo, que con el propio Málaga anotó catorce goles. Numancia y Sporting, por su parte, no fueron capaces de meter a un punta en el top ten, algo que distaba mucho de los cuatro jugadores de entre estos diez mejores que habían ascendido la temporada precedente.
Mientras los goles de Marcos Márquez apenas habían servido a la UD Las Palmas para salvarse, Víctor Fernández, su segundo de a bordo, consiguió que sus diecinueve goles ayudasen a marcar un hito hasta el momento irrepetible con el ‘Valladolid de los Records’. Tan solo dos menos hizo Joseba Llorente, cuarto en la tabla de goleadores y compañero de ataque del pacense.
Por su parte de Almería y Murcia, segundo y tercero, destacaron Míchel con trece tantos e Iván Alonso con catorce. Éstos cuatro, sin embargo, no fueron los únicos asesinos del gol que jugaron la siguiente campaña en primera; más bien al contrario, pues los otros seis goleadores destacados se forjaron su contrato con otros clubes de la máxima categoría gracias a su buen hacer de cara a puerta.
En la temporada en que Nino destacó por encima de todos con sus veintinueve goles fueron Xerez y Zaragoza los que ascendieron antes que su Tenerife, con Ewerthon y Momo como máximos anotadores. El primero fue segundo en la tabla con un gol menos que el chicharrero y el segundo quinto con diecisiete tantos.
Entre medias apareció nuevamente Marcos Márquez y Alejandro Alfaro, jugador tinerfeñista. Más abajo, cerrando la tabla de goleadores, se dejó ver Antoñito, xerecista -como Momo- con catorce, los mismos que un Víctor Casadesús que desde entonces es a todos los efectos jugador mallorquinista.
Aquella temporada, la 2008/09, fue la primera de Ulloa en España y la primera en la que vio puerta con facilidad desde que llegó de Argentina. Logró dieciséis goles, por los catorce de la campaña siguiente, en la que fue el noveno mejor cañonero. Su facilidad para agujerear la meta rival no sirvió al Castellón para salvarse, pero sí a él para dar el salto a primera con el Almería.
Con él dieron el salto semejantes como Christian Stuani -del Albacete Balompié al Levante, segundo con veintidós goles- y Salomón Rondón -de la UD Las Palmas al Málaga, fuera de los diez primeros con apenas diez tantos-, pero no Jorge Molina, primus inter pares, o Toché, tercer principal goleador. De los ascendidos, Real Sociedad, Hércules y Levante, únicamente destacó Rubén Suárez, décimo y autor de trece goles.
La pasada temporada, primera desde el cambio de formato del ascenso, lograron dar el salto de forma directa Betis y Rayo Vallecano. Sus principales anotadores, Rubén Castro y Emiliano Armenteros, pudieron apenas ser tercero y sexto en la tabla, aunque con la nada desdeñable cifra de veintisiete y veinte goles, respectivamente.
Por encima del bético se situaron Jonathan Soriano, hoy en Austria, y Javi Guerra, con treinta y dos y veintiocho dianas; y entre ambos Álex Geijo, cuyo ascenso se forjó finalmente en el play-off en el que actualmente Almería y Real Valladolid se encuentran. De forma directa logró subir otro cañonero, el bético Jorge Molina, autor de diecinueve tantos, último de los goleadores destacados la pasada temporada que hoy juegan en primera.
Recapitulando los anteriores datos, puede comprobarse como tan solo uno de los últimos cinco máximos goleadores ascendió con su equipo a primera división, lo que para algunos puede poner en tela de juicio del valor del goleador. Ampliando las miras a los tres principales de cada campaña, el porcentaje de éxito del equipo en que destaca un único francotirador tampoco mejora, pues son apenas tres de los quince jugaron la siguiente temporada en primera división.
De una forma más global, cogiendo los diez primeros anotadores de cada una de esos cinco cursos, aparecen quince jugadores que saborearon las mieles del ascenso en las filas de sus equipos de entre los cincuenta. A título individual, diez más consiguieron un contrato en la máxima categoría, con el caso particular de Jonathan Soriano.
De los quince equipos ascendidos en los cinco últimos años, apenas el ‘Valladolid de los Records’ y el Betis la pasada campaña lograron meter dos hombres entre los diez mejores cazadores de la categoría. De todos ellos, cuatro equipos ascendieron sin un goleador destacado, curiosamente en las temporadas que finalizaron en año par, como la actual.
Esto último, a falta de catorce jornadas para la conclusión de la liga regular, parece poco probable que se repita, pues Celta y Deportivo sí tienen a un delantero cada uno entre los máximos anotadores, como Real Valladolid, Almería, Córdoba y Elche (en su caso, dos), equipos que pugnan con Hércules y -en menor medida- Alcorcón por alcanzar a los gallegos.
Podría pensar alguien por este particular que igual que goles son amores, goleadores son rompecorazones; pero fallaría si se quedase en la estadística sin ahondar en la competitividad existente entre los ocho primeros equipos de la categoría -e incluso entre los que por debajo se encuentran-. Ciertamente, el tener un gran anotador ayuda a tener éxito, qué duda cabe, pero es el conjunto el que forja ascensos. Y en eso el Real Valladolid, con hasta trece goleadores, tiene mucho ganado.
			