Manuel Retamero desmenuza los pormenores de la victoria del Real Valladolid en Elche.
Si la semana pasada no era justo el futbol con los meritos de Real Valladolid y Celta de Vigo, esta sí lo fue, y es que aunque seguimos algo lejos del ascenso directo, logramos una victoria necesitada en un campo difícil y ante un rival duro. Aun así, debemos de afianzar esta victoria con otra no menos obligada ante el Almería que nos haga asegurarnos más el play-off y acercarnos, por qué no, al ascenso directo.
Mal escenario, mal comienzo
No era el mejor escenario el Martínez Valero para lograr tres puntos de necesidad con el pasado reciente entre ambos contendientes y por ser el Elche un equipo muy difícil de ganar por su forma de tratar y encarar los partidos, en algunos casos sobrepasando el límite del reglamento. En ese sentido, quizá el árbitro se mostró demasiado permisible en la primera parte.
Kike Mateo avisó en los primeros minutos y nos anunció lo que nos esperaba durante el partido. Una caída dentro del área con tarjeta amarilla y un empujón de Rueda fuera del mismo, que de haber sido señalizado por el colegiado hubiera visto tarjeta roja.
Primera parte con dudas y errores
El Real Valladolid fue fiel a su estilo, iniciando desde atrás con Álvaro Rubio entre los centrales -que buscaban amplitud-, con los laterales escalonados y adelantados. Buena iniciativa para que Rubio tuviera una mejor visión de cómo enlazar el juego vallisoletano. Pero no había demasiados movimientos, velocidad y sobre todo intensidad en nuestro equipo, quizá incómodo por el juego que ofrecía el Elche, con muchas faltas, protestas y con sus jugadores muy encima. Su arma más peligrosa era aprovechar una recuperación de balón y fabricar un contraataque muy cercano a nuestra portería. Además, por nuestra parte parecíamos no tener un día de mucha seguridad defensiva.
Gol al filo del descanso
Y es que realmente el Elche no llegaba con peligro y si lo hacía era porque nosotros no estábamos siendo contundentes. Con pases con pérdida de balón en zonas en las que el contrario era muy peligroso, llegó el gol de Nicki Bille tras una mala cesión de Marc Valiente, que ante la presencia cercana del contrario y con la posición del cuerpo cayéndose intento ceder el balón a Jaime, dejándoselo muy cerca al jugador danés, que con mucha velocidad encaró a Rueda y batió a Jaime. Errores defensivos que un rival como Elche no desaprovecharía.
Segunda parte para enmarcar y justicia para los nuestros
El paso por el vestuario hizo ver las cosas diferentes. El equipo salió con mucha intensidad, mordiendo al contrario, estando encima, presentando nuestras credenciales, que no son otras que, además de tener el balón, darle sentido al mismo buscando la portería rival, en este caso defendida por Juan Carlos.
Allí estaba Guerra para hacer el primero, aprovechando una gran conexión entre Víctor Pérez y Bueno. No acababan ahí nuestros números en cuanto a ocasiones, una tras otra se fueron sucediendo. Jofre, Víctor Pérez, Guerra…
El Elche no tenía opciones de demostrar su agresividad, y todo se debía a que nuestro equipo metió la directa y cuando quería llegar el contrario, nosotros ya estábamos cantando otro ¡¡¡uyyyyy!!!, viendo tan cerca el segundo.
Solo nuestra falta de contundencia atrás nos daba algún susto, pero el Elche había desaparecido por completo. Ya con la entrada de Óscar que se sumaría a las ocasiones y juego blanquivioleta, el equipo busco más aún la victoria, y la encontró con la llegada de Sisi para empujar el balón tras recibir un pase desde la izquierda al que no llegó antes nadie. Resultado más que justo para las propuestas de uno y otro equipo.
Gran vuelta de Oscar y piña del equipo
Destacar la gran importancia de la vuelta de Oscar que tuvo unos grandes minutos a los que sólo les falto el gol. Se sumo al gran juego del Real Valladolid, dando buena cuenta de que ya está de vuelta para aportar la gran calidad que tiene. Además, el equipo volvió a generar muchas ocasiones de gol.
Por encima de todo se vio una imagen preciosa, que fue ver a todos al final del partido felicitándose y abrazándose con la felicidad de un grupo sensacional que debería ser recibido en Zorrilla con mucho apoyo, todo el que merecen, para llevarles mejor hacia la victoria ante el Almería.