Seguro que no han sido pocas las veces que te has levantado por la mañana y notas que tienes la boca seca, con esa sensación de que tenemos la lengua pastosa, los labios se nos han agrietado y tenemos dificultad para hablar (o nuestro es más grave o ronco) y para tragar. Probablemente pienses que se ha debido a que nos hemos resfriado, hemos roncado o hemos descuidado nuestra higiene bucal, y no podrías estar más equivocado, ya que las explicaciones a este problema son variadas y, lo mejor de todo, prevenibles. Entender por qué ocurre es el primer paso para poner fin a esas mañanas incómodas y recuperar un descanso verdaderamente reparador.
La boca seca no suele ser grave, pero sí puede interferir en tu bienestar diario, tal y como explica la doctora Dimple Jangda, especialista en salud intestinal, “además de la sensación pegajosa en la boca, se pueden presentar mal aliento, alteraciones en el sentido del gusto y dolor de garganta”. Conocer los factores que la provocan permite aplicar soluciones sencillas y efectivas, y no siempre son los típicos sospechosos como el frío o los ronquidos los que nos provocan este problema.
Calor nocturno, alcohol y hábitos que afectan tu boca seca
Aun que puede parecer que no guarda relación, lo cierto es que uno de los primeros culpables de que nos pase este problema es la propia temperatura de la habitación en la que hayamos dormido. Y es que si dormimos en un ambiente que es demasiado cálido, esto hace que se nos resequen las mucosas, a la vez que disminuye nuestra producción de saliva. Obviamente, la solución a esto es bastante sencilla, y es la de bajar el termostato antes de que nos acostemos, que nos hidratemos bien antes de dormir y, en caso de que sea necesario y tengas la posibilidad, usa un humidificador para que el aire se mantenga algo más húmedo por la noche.
El alcohol, incluso en cantidades moderadas, también contribuye a la boca seca, algo que ya ha sido avalado por la Universidad de Odontología de Kyushu, la cual dice que el alcohol actúa como diurético, promoviendo la pérdida de líquidos y reduciendo la humedad en la cavidad oral. Por ello, evitar bebidas alcohólicas antes de dormir nos puede ayudar (y mucho) a prevenir esa sensación de que en vez de lengua tenemos una chancla en la boca cuando nos despertamos.
Otro factor a tener en cuenta es el tipo de colutorio que usamos, y es que los enjuagues bucales con alcohol pueden alterar la calidad de la saliva y empeorar la boca seca, mientras que aquellos sin alcohol ayudan a mantener la higiene sin resecar la boca. De la misma manera, fumar es un enemigo silencioso en todos los aspectos, y en este no iba a ser menos, ya que el tabaco reduce la producción de saliva y contribuye directamente a la sequedad matinal.
Respirar por la boca y condiciones de salud que agravan la sequedad
Otro de los problemas por los que podemos pasar es que tengamos la nariz congestionada, un problema muy común en invierno y que también puede causar que nos levantemos con la boca seca al haber estado respirando por ahí durante todas las horas que hayamos pasado durmiendo. Esto hace que se nos sequen las mucosas y que tengamos la sensación de que tenemos la boca pastosa, algo que solo podremos solucionar tratando la propia congestión nasal o usando un antihistamínico.
En caso de que tu problema con la boca seca sea persistente, puede ser un indicador de un problema algo más serio, por lo que siempre es recomendable que acudas a un médico para revisar que no padezcas ni de trastornos de las glándulas salivares, apnea del sueño, diabetes o deficiencias nutricionales. También hay ciertos medicamentos que pueden contribuir o aumentar este problema como lo son los antiinflamatorios, los antidepresivos o los antihipertensivos.
