A partir del 1 de enero de 2026, todas las empresas y autónomos en España deberán adaptarse a un nuevo sistema que cambiará la forma de emitir sus facturas, algo que ya ha dejado de ser un rumor después de que la Agencia Tributaria haya confirmado que la digitalización y el control en tiempo real serán obligatorios, y cualquier incumplimiento podría derivar en sanciones económicas.
También es importante tener en cuenta que esto no es algo que afecte solo al colectivo de los autónomos o a las grandes empresas, sino que todos por igual van a tener que implementarlo, es decir, que tendrán que modernizar el sistema de facturación que estaban empleando hasta ahora con una serie de herramientas que garanticen una mayor transparencia y trazabilidad de este tipo de documentos.
La gran novedad es el sistema VeriFactu, una plataforma que obligará a que cada factura se envíe en tiempo real a Hacienda y cuente con un código QR oficial, algo que permitirá a la Administración tener control inmediato sobre todas las operaciones económicas y reducir de forma significativa el fraude fiscal. La medida, según los expertos, es definitiva y no habrá distinciones entre pymes o grandes empresas, ya que tal y como ya hemos remarcado, todos los emisores de facturas deberán cumplirla y ajustarse a la misma.
VeriFactu: qué cambia en la emisión de facturas
Con VeriFactu las empresas vana tener que adaptar los softwares que estén empleando actualmente para la facturación en sus negocios, de tal forma que cumplan una serie de requisitos que desde el año que viene van a ser obligatorios. De esta forma, todas las facturas se registrarán automáticamente en tiempo real y deberán seguir unos formatos digitales estandarizados, gracias a lo cual la Agencia Tributaria va a poder verificar al momento la validez de la información que en ellas se muestre y sea capaz de detectar cualquier intento de modificación o eliminación que se haga de manera posterior.
Es importante saber cuáles son los plazos que tienen tanto las sociedades mercantiles como los autónomos para implementar este nuevo sistema, siendo que las primeras lo deberán tener activado desde el 1 de enero de 2026 y los segundos contarán con algo más de tiempo, ya que el plazo para los trabajadores por cuenta propia es hasta el 1 de julio. Es por ello que los especialistas están recomendando que se inicie con esta transición durante lo que queda de 2025, sobre todo por parte de las empresas, de tal forma que puedan evitar los errores en sus facturas y las posibles saturaciones del sistema.
Con qué se van a encontrar los empresarios y los autónomos con este cambio
El nuevo sistema promete varias ventajas claras. En primer lugar, permitirá una reducción del fraude fiscal gracias a la trazabilidad inmediata de todas las facturas; a lo que hay que sumarle que se modernizará el proceso de facturación y se disminuirán los costes administrativos asociados a la gestión documental, al tiempo que facilita las inspecciones con datos precisos y en tiempo real.
Sin embargo, también supone una serie de retos, ya que las empresas deberán asegurarse de que sus programas de facturación sean compatibles con VeriFactu, protegidos ante posibles vulneraciones de datos y seguros para garantizar la privacidad de los contribuyentes. La especialista en ciberseguridad María Aperador insiste en que la elección de software homologado será clave para cumplir con la normativa sin riesgos.
También hay que tener en cuenta que las facturas ya no podrán emitirse de una manera improvisada, tal y como pasaba en ciertas ocasiones, sino que cada documentos va a tener que cumplir con unos estándares que se exigen desde la propia Agencia Tributaria, algo que va a obligar tanto a compañías como a autónomos a reorganizar los procesos internos para garantizar que todo esté correcto y operativo para la fecha prevista.
