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Adiós a Nieto, el presidente de las mil anécdotas

Fallece Demetrio Nieto Padrones, histórico dirigente del CD Don Bosco y corazón guerrero del barrio de Pajarillos

por Jesús Domínguez
20 de diciembre de 2025
en Fútbol provincial
Nieto

Foto: Rosa M. Martín - Blanquivioletas

Derbi vallisoletano en Las Salinas para acabar el año

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Valladolid manda en el fútbol modesto

El fútbol de Valladolid se ha teñido de luto con el fallecimiento de Demetrio Nieto Padrones, presidente del CD Don Bosco, que deja una huella imborrable en el deporte local y en el barrio de Pajarillos, por el que tanto peleó. Tildarle de histórico se queda corto: Nieto lo es; lo era ya en vida, por cuantas horas dedicó a mejorar la vida de las personas que tenía alrededor, lo cual suena a tópico, pero cobra sentido si uno recuerda que al otro lado de la tapia del Don Bosco había “una lacra”, como él la llamaba (sin ponerle el apellido ‘de la droga’) y que abrazó a todo aquel que pudiera estar desarraigado.

Nieto era (es y será siempre) el presidente de las mil anécdotas. El que sonreía y echaba el cuerpo para atrás al decir “hombre” cuando te veía y alargaba la ‘e’ en un signo de alegría. El que decía a la gente que estaba en la banda que había que portarse bien, “que ya está aquí la prensa”. El que no te dejaba pagar ni un café en el club social y el que colgaba cualquier recorte que saliera en los periódicos del Don Bosco en sus paredes. También, el que, sin maldad alguna, con la ilusión de todo abuelo, te decía si estaban jugando uno de sus nietos en ese momento por si podía salir en la foto.

🖤 Lamentamos informar del fallecimiento de Demetrio Nieto Padrones, eterno presidente @BoscoValladolid ✨️

Su carácter, su compromiso con los más humildes, su ilusión… siempre estarán entre nosotros y en el fútbol vallisoletano @FCyLF

DEP Querido Nieto 💫 pic.twitter.com/gZexSiBMAa

— RFCYLF (@FCyLF) December 20, 2025

Nieto y el penalti más caro del mundo

Uno de esos chascarrillos que Nieto siempre contaba era el del penalti más caro del mundo, como lo definía él mismo. Sería osado decir que era su favorito, porque encerraba un drama que vivió pegado a su club durante años, pero tiene que ver con los tiempos en los que la droga campaba a sus anchas en el Poblado de la Esperanza. Se encontraron entonces, preparando las líneas antes de empezar uno de sus partidos, con una bolsita llena de polvos de color blanco. Para no incriminarse, decidieron dibujar el punto de penalti con su contenido, un hecho que se convirtió en símbolo.

Porque allí donde la “lacra” se movía a espuertas, donde se veían situaciones duras de drogodependencia, el fútbol brotó entre la maleza con la misma firmeza de alguien de Pajarillos: en un entorno áspero y quizás rudo, pero con el tallo firme. Uno crecido así gracias a que Nieto regó esa planta como a la parte esencial en su día a día que era. Hace una década, en una charla con este portal, hablaba él mismo del barrio: “Había muchos problemas, sociales, raciales y de todo tipo. El resto de Valladolid nos tenía como algo al margen, aunque en el barrio de Los Pajarillos también había personas normales”.

Demetrio Nieto
Demetrio Nieto, rodeado de su familia

El presidente de la discomovida

Esa normalidad la defendía el presi a capa y espada y delante de quien se le pusiera por delante. Porque tras su carácter socarrón se escondía un guerrero de gran corazón, que bromeaba mucho, pero trabajaba en serio. Con esa firmeza acogía a más de veinte nacionalidades diferentes en su club y presumía de tener la cuota más baja del fútbol provincial, no por captar a más gente, sino porque sabía de la situación personal de muchos de quienes pasaban por el Don Bosco y por la Casa Aleste y concebía el club desde lo social y desde lo más básico del deporte. Puede que en la calle ya no se juegue, pero, en el Bosco, sí.

Como no todo el mundo podía hacer siempre frente a las cuotas, él salía en verano con la discomovida que tenía con su hijo y los beneficios los donaba a las arcas del club, buscando compensar un ‘agujero’ que para Nieto tenía todo el sentido del mundo. Era su afán que cualquier niño que quisiera jugar al fútbol tuviera un lugar donde hacerlo. Fruto de ese pensamiento, brotó una serie de reportajes de Blanquivioletas, publicados hace una década, que son una de las experiencias más gratificantes que ha vivido como periodista quien firma estas líneas.

📽 Un día para el recuerdo del fútbol vallisoletano @FCyLF en el que decir ‘Gracias’ a Nieto @BoscoValladolid 👏 pic.twitter.com/MsCoiDPIfy

— RFCYLF (@FCyLF) April 29, 2025

“Ni mejores ni peores; diferentes”

Nieto (que era más que fútbol; organizaba también la Carrera Popular Don Bosco, que recorre desde hace más de dos décadas las calles de Pajarillos) solía decir que en su club no son ni mejores ni peores, sino diferentes, afirmación que da título al libro escrito por Hugo Díez, hijo del Bosco, que narra fielmente muchas historias más de las aquí contadas. Por suerte, el fútbol vallisoletano llegó a tiempo de reconocérselo mientras estaba un poco malito, en un homenaje sorpresa más que merecido que recibió el pasado mes de abril, al que asistieron cientos de personas que lo adoraban.

Aquel baño de multitudes resultó lógico: Nieto se lo merecía, aunque su socarronería no escondiera la humildad que tenía y él pudiera pensar lo contrario. Fue, de algún modo, esa muestra de gratitud que hacía falta a alguien con tan buen corazón. A alguien que te hacía sentir en el Don Bosco como tu casa, y que abrigó también a este escribiente, que todavía ahora, terminando este texto, no quiere creer que se haya ido su presidente. Allá donde estés, gracias por convertir Valladolid en un sitio mejor también para mí, presi.

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