Sin noticias de Conor Gallagher. El ex del Chelsea, que llegó como una de las grandes ilusiones del pasado verano para la medular, se ha convertido en 10 meses en un jugador residual. Sin hueco en el once de Simeone, en cada aparición se le nota falto de ritmo e incluso perdido sobre el terreno de juego. El Mundial de Clubes, la clara evidencia de que no encuentra su hueco en el esquema del Cholo. Suplente en los dos primeros partidos, su única aportación ha sido la tarjeta amarilla que vio ante Seattle.
Callagher, perdido
Es la palabra que refleja el sentimiento del aficionado del Atlético de Madrid entorno a su jugador. Llegó el pasado mes de agosto a la entidad como una gran incorporación. Una inversión de algo más de 40 millones para tapar los agujeros que había en la medular colchonera. Tras la gran versión que mostró en el Chelsea e incluso en los Three Lions, es cierto que, por culpa de la adaptación al país o al club, no hemos visto ni de cerca esa versión. Fruto de ello, pese al gran número de participaciones de Conor desde el inicio la temporada pasada, el nivel ha dejado que desear.
En 49 partidos, incluidos los dos del Mundial, ha sido titular en 27 de ellos, la gran mayoría en Liga. Sin dunda, un gran porcentaje de titularidades que, sin embargo, no se han correspondido con lo esperado. Cierto es que al comienzo de la temporada, su presencia en el once fue más habitual. Por el contrario, en los últimos meses, sus titularidades han descendido notablemente. Concretamente, ha sido suplente en los últimos siete encuentros.
Con un rol más escorado hacia la banda izquierda, en muchos tramos de los partidos se le nota perdido sobre el césped. Con un ritmo inferior al resto de compañeros y sin ese protagonismo en el juego que nos tenía acostumbrados cuando aterrizó en Madrid. Por detrás de jugadores como Koke, De Paul o Pablo Barrios, autor de su primer doblete como colchonero, ahora mismo no tiene hueco en el once.
Un Mundial muy gris
La cita estadounidense es la evidencia de que está un punto o dos por debajo del resto de compañeros y rivales. En el primero, ante el PSG, el inglés estuvo en la línea de sus compañeros. Tardío en la presión, cometió varias faltas duras por llegar tarde. Afortunadamente se libró de la amarilla. Sin embargo, ante Seattle no tuvo tanta suerte. Cuando apenas llevaba 10 minutos sobre el terreno de juego, esta vez sí, vio la amarilla tras una dura entrada. Un síntoma más de que le falta ritmo.
Botafogo será la prueba de fuego para el “4” rojiblanco. Ante un equipo muy físico y rocoso, muy probablemente, el inglés parta desde el inicio. Con la obligación, no solo de ganar, si no de hacerlo por tres goles o más si quiere estar en octavos de final, el Cholo necesitará la mejor versión de una de sus apuestas personales la pasada temporada. Un jugador por el que se pagó más de 40 millones y que, de momento, salvo algunos destellos, tiene aún mucho por demostrar en el cuadro colchonero.
 
			