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Garri vuelve a casa para ocupar el carril zurdo del Pucela

El lateral zurdo vallisoletano regresa de su cesión en el Celta Fortuna para tratar de hacerse un sitio en el Real Valladolid

por Miguel Ruiz
11 de junio de 2025
Garri Valladolid

Garri, un chico de la casa | Foto: Real Valladolid

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No siempre hace falta fichar fuera para encontrar soluciones a problemas recurrentes. De hecho, si hay un problema recurrente en el Valladolid de los últimos dos años está en un perfil zurdo que va a recibir un apoyo esperadísimo en poco tiempo. Iván Garriel, Garri, vuelve a Valladolid para tratar de hacerse con una banda izquierda sin dueño firme demasiado tiempo.

A veces las soluciones están dentro del club o, en el caso de Garri, muy cerca de Valladolid. El regreso a casa del jugador de Íscar parece poder ayudar al conjunto pucelano a paliar esa problemática compleja en el perfil izquierdo tras su cesión al Celta Fortuna. Una realidad que reabre una carpeta que el club no debería pasar por alto de manera tan sencilla y que puede darles un respiro en la búsqueda de perfiles válidos.

Con la salida confirmada de Adam Aznou, que vuelve al Bayern München tras su cesión, y con el futuro aún incierto de Henrique Silva, Garri representa una opción real, competitiva y de futuro para reforzar una posición que históricamente ha generado más preguntas que respuestas y con alguien de la casa que puede dar estabilidad y, sobre todo, un crecimiento sostenido en ese lateral.

Iván Garriel, vallisoletano del 2005, lleva el escudo del club tatuado desde muy pequeño. Literal y metafóricamente. Creció en las categorías inferiores del Pucela, pasando por todos los escalones necesarios para pasar desde Los Anexos hasta lograr debutar con el primer equipo en la 2022/23, en un partido de Copa del Rey ante el Arenas de Getxo. Desde entonces, su proyección no dejó de crecer a pesar de que la confianza de los técnicos del primer equipo no le hayan dado bola.

Garri y el Celta Fortuna, una experiencia positiva

Esa realidad hizo que el club optara por cederlo este curso al filial del Celta de Vigo, el Celta Fortuna, para que tuviera minutos en Primera RFEF, una división que podía curtir al lateral y le podía abrir la puerta de seguir compitiendo, esta vez en casa. El movimiento le ha sentado bien a Garri aunque el Celta de Vigo finalmente no ha dado el paso de quedárselo en propiedad.

Garri Celta Fortuna

En el filial del equipo gallego, Garri ha sido importante. En total 32 partidos jugados, con 1.700 minutos a la espalda y siendo titular en 19. Ha mostrado una evolución llamativa, tanto en el plano físico como en el táctico, ganando cierta regularidad en defensa, uno de los aspectos que más debía pulir de cara a ser un perfil más interesante para la élite.

Un lateral que puede responder a la necesidad del Valladolid

Sin ser Garri un lateral que llame la atención por sus estadísticas ofensivas, sí es un futbolista que cautiva por su consistencia. Con buena capacidad para leer el juego, el lateral se posiciona bien y no suele complicarse la vida en situaciones que puedan comprometer al equipo. Su progresión en campo rival es poco llamativa pero eficaz, y, sobre todo, entiende los momentos del partido para tratar de ser coherente consciente de lo que se le pide en cada uno. Aunque la apuesta pueda parecer grande, tener un aliado consistente en la línea defensiva en un perfil zurdo tan débil como el visto en el Pucela, puede ser oro en una categoría tan exigente como la Segunda División.

El nuevo cuerpo técnico deberá valorar si el plan pasa por traer un lateral zurdo con experiencia o si confía en un bloque joven en el que Garri podría encajar en este último enfoque con una experiencia diferencial con lo vivido esta última temporada. Siendo como es un jugador de club, con identidad blanquivioleta, que conoce el entorno, la presión y el vestuario, podría ser una decisión interesante contar con él al cien por cien para que la banda izquierda tenga un activo fiable y presente desde el inicio de la planificación de la temporada 2025/26.

En una temporada tan larga como la que se avecina, con más de cuarenta partidos oficiales entre Liga y Copa, tener un jugador como Garri en la rotación es una ventaja competitiva que no se debería despreciar a la ligera. Si el Valladolid quiere construir desde su base, Garri es un pilar que está ahí y quiere seguir estando. Formado, maduro y con hambre, ha hecho los deberes para merecer la oportunidad de defender la banda izquierda en el Zorrilla. Veremos si se la dan.

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