Miguel Ángel Gómez reconoce que ha habido acercamientos a la familia dueña de Udinese y Watford, aunque explica que no hay nada firmado

La confirmación este lunes de la llegada de cuatro colombianos del Watford al Real Valladolid B dejaba entrever una posible relación entre la entidad blanquivioleta y la familia propietaria del club británico y del Udinese italiano. Poco después, El Desmarque desvelaba que Gino Pozzo había estado en la ciudad, confirmando esa posible relación. Una que Miguel Ángel Gómez, en la presentación de Jordi Masip, no descartó, sino todo lo contrario.
El director deportivo reconoció un “acercamiento” –así lo tildo en varias ocasiones– entre el Real Valladolid y una de las mayores redes de jugadores del fútbol europeo, propietaria también hasta 2016 del Granada CF, con quien ha seguido trabajando hasta su ruptura este mismo año.
“Mi idea no es ir lamentándome; sabemos que partimos en una situación de desventaja con respecto a otros clubes y estamos buscando soluciones imaginativas. Por eso hemos buscado un aliado, con el que no hay nada firmado ni nada detrás. Es un aliado para ayudarnos a mejorar nuestro nivel”, empezaba a explicar Gómez.
Definió esta opción como una “vía de posibles soluciones” que se abrió con la llegada de Sulayman, que pertenece al mismo fondo de inversión. “Estamos buscando gente que nos quiera ayudar. Gino [Pozzo] estuvo aquí, estuvimos comiendo juntos, visitó las instalaciones y vio el proyecto. No hay un acuerdo escrito, pero sí una gran actitud para ayudar al Real Valladolid”, aseveró el andaluz, que descartó también la existencia de alguna vinculación económica como la que hubo en el Granada: “Allí era el propietario; aquí el propietario es Carlos Suárez”.
En todo momento hizo una valoración positiva, por razones como su red de ojeadores, “muy potente para captar talentos”, unos que “necesitan ver compitiendo en alto rendimiento y cuyo proceso de adaptación a Europa puede no ser tan dramático”. En este caso, resultó “fácil” ofrecer el proyecto emprendido en Zorrilla y emplazarse –por lo menos el Pucela– a ver cómo funciona la primera temporada.
Volviendo al desembarco de jugadores a préstamo en el filial, Gómez recordó que cuando llegó al Real Valladolid “el filial no tenía entrenador y había jugadores que tenían decidida su salida”, lo que ha llevado a que casi no hayan tenido que “dar bajas” y, en cambio, deban reforzar el plantel (algo, por otra parte, habitual en este tipo de contextos).
Y aunque dio valor al sexto puesto del pasado curso, no pareció convencido con la línea que le precede. “No hay que olvidar que el filial debe ir produciendo jugadores para el primer equipo. Queremos incrementar el nivel del filial por si el primer equipo tiene que tirar de ahí y ayudar a la gente que tiene nivel”, dijo con tono descreído. Como si el destino de algunos salientes o el número de futbolistas que han pasado por Los Anexos y están a las órdenes de Luis César no diera cuenta de que esa línea ya estaba marcada antes de convertir a Gino Pozzo en ‘El Aliado’.
