El Real Valladolid y el Charlton Athletic vienen de confirmar el fichaje de Zakarya Bergdich por la entidad londinense para los próximos cuatro años

Con un #WelcomeZak. Así recibe el Charlton Athletic a su nuevo jugador. Es de recibo, por tanto, decir “goodbye” a ‘Crazy Horse’, al caballo loco que galopó durante un año y medio la banda izquierda del Real Valladolid, después de que la entidad blanquivioleta y su nuevo club hayan anunciado el acuerdo de traspaso que lleva a Zakarya Bergdich a la entidad londinense, que se prolongará durante los próximos cuatro años.
El internacional marroquí ya ha posado incluso con su nueva casaca en la que será su nueva casa, The Valley. La página web de los llamados addicks, además, recoge las primeras impresiones de su nuevo entrenador, Guy Luzon, después de su fichaje: “Estoy muy contento con la confirmación de su fichaje. Es un jugador con mucho ritmo que hará las delicias de la afición del Charlton. En el Genoa jugó contra algunos de los rivales más duros del fútbol europeo”.
Precisamente ahí, en Génova, en la Serie A, estuvo durante el segundo tramo de la campaña pasada, cedido, y jugó once partidos, en los que acumuló 749 minutos.
Con anterioridad, vistiendo la remera blanca y violeta, el carrilero de origen galo disputó veintidós encuentros en Primera División y diecisiete en Segunda, en los que anotó cinco goles. Gran parte de esos casi 2.500 minutos que jugó en el Real Valladolid –contando la Copa, los supera; 2.472 en liga y 263 en el ‘torneo del KO’– lo hizo como extremo, a pesar de que su llegada se dio para ser un recambio de Peña en el lateral izquierdo.
Con Rubi, incluso actuó en la banda derecha, contraria a su pie natural. Fuera en un lado u otro, el de Vilassar de Mar y antes Juan Ignacio Martínez trataban de aprovechar su físico como factor sorprendente, algo que tan solo logró el catalán, y de aquella manera, puesto que si bien ‘Caballo Loco’ era capaz de revolucionar un partido con su particular forma de correr y atacar, también contaba con una escasa clarividencia y una excesiva anarquía, sobre todo en el ámbito defensivo.
Dos temporadas después de estampar su firma con el Real Valladolid, con más nubes que claros, abandona la entidad para partir hacia las islas británicas, donde le esperan con los brazos abiertos. Aunque no ha trascendido la cantidad que el Pucela cobrará por su venta, la bienvenida a cualquiera que perciba por él a buen seguro será igual de calurosa que la de los addicks a su nuevo Crazy Horse.
