El extremo compareció ante los medios de comunicación tras la sesión del lunes, en la que solo faltaron los internacionales Mojica y Bruno Varela

Un clavo saca a otro clavo. O eso dice el refrán. Por eso, el Real Valladolid quiere olvidar cuanto antes el fiasco vivido ante la Ponferradina en la tarde del domingo y se puso manos a la obra para preparar el partido copero del próximo miércoles ante el Real Oviedo.
Gaizka Garitano tuvo a su disposición a todos los jugadores que están en Valladolid, incluido Manu del Moral. Los titulares ante la Ponferradina trabajaron a un ritmo menor; a excepción de Rodri, que participó en la intensa sesión con los que fueron suplentes o no jugaron. Los únicos ausentes fueron los internacionales Mojica y Bruno Varela, que se reincorporarán al resto de sus compañeros durante la semana.
Para el choque ante los carbayones, el técnico de Derio no podrá contar con David Timor, puesto que en el último partido de Copa del Rey fue expulsado y debe cumplir la sanción en este encuentro. En cambio, sí podrá alinear a Juanpe, si así lo desea, puesto que su expulsión, al ser en competición liguera, la deberá cumplir el próximo sábado ante los cachorros del Bilbao Athletic.
Los blanquivioleta volverán a trabajar este martes en sesión vespertina y, tras ella, Garitano dará la lista de convocados. La entidad pucelana ha comunicado que el equipo no viajará hasta la capital asturiana hasta el propio miércoles por la mañana.
“Hay que sumar siempre”
Tras la sesión de entrenamiento, Guzmán Casaseca atendió a los medios de comunicación en la sala de prensa de Zorrilla. El extremeño dibujó un poco cómo vio él el partido ante la Ponferradina, haciendo especial hincapié en la expulsión de su compañero Juanpe. “El partido fue un poco condicionado por la expulsión y por el penalti, que hizo todo más difícil. El equipo se sobrepuso y con diez hicimos buen trabajo. Yo cuando salí tenía media hora para intentar ayudar y aportar al equipo, para meter ese golito que nos hubiera dado un punto”, resumió.
El extremo tiene claro que el equipo trabajó durante los noventa minutos y que tuvo oportunidades para poner el empate en el luminoso. “Con diez estuvimos más cerca del 1-1 que del 2-0. Hubo una jugada de Juan [Villar] y otro par a balón parado, un posible penalti de Moyano que me han dicho los compañeros que pueden pitar mano…”, declaró.
En los tres partidos disputados hasta el momento, el Pucela ha obtenido tres puntos, ya que solo ha ganado un partido de tres. El balance es malo, en propias palabras de Guzmán y es un bagaje “corto”. “Tenemos en mente que somos el Valladolid y tenemos que sumar los tres puntos, pero si no se puede, al menos, sumar uno. En estos tres partidos no hemos estado a la altura, nadie hubiera firmado tres puntos de nueve”, apuntó.
Pero mirar al pasado no sirve de nada para lamentarse, tan solo es bueno para aprender. El vestuario está deseando que llegue el partido del miércoles para poder hacer borrón y cuenta nueva. “Si el fútbol tiene algo bueno es que te da revancha cada siete días; esta vez a los tres. En esta categoría no puedes mirar para atrás porque es muy igualada, pero tienes que seguir”, subrayó. Además, los propios jugadores saben cuál es uno de sus puntos débiles y que deben mejorar. No es otro que los primeros minutos de cada partido. “No estamos saliendo bien a los partidos y no hemos salido como nos hubiera gustado”, reconoció el pacense. “Nos está lastrando y lo sabemos. Tenemos que dar la vuelta a eso porque esos minutos marcan los partidos y si algo tenemos que mejorar es el comienzo“, argumentó a este respecto.
Sin duda, el objetivo para el choque ante los de Oviedo no es otro que ganar, puesto que la derrota los apearía de la Copa del Rey en esta primera fase. Preguntado por si la situación del equipo les hace tener más presión, Guzmán fue contundente: “Tenemos que ir a Oviedo a ganar y el sábado tenemos que volver a ganar. Al final, cuando estás en un equipo tan bueno y con las aspiraciones que tenemos, presión hay siempre y hay que afrontarla y debemos jugar con ella”.
