El centrocampista cambia Zorrilla por el Ciutat de Valencia durante las dos próximas temporadas en una operación en la que ha entrado Roger

Foto: Raquel Gómez
Era un secreto a voces que solo requería la confirmación oficial por parte del Real Valladolid. Víctor Pérez firma por el Levante para las dos próximas campañas en una operación que resulta, cuanto menos, curiosa.
El centrocampista terminó su contrato el pasado treinta de junio. Después de acercar posturas, ha renovado, pero no se queda. Jugará de granota las dos siguientes campañas y regresará al Real Valladolid en la temporada 2016/17.
El paso de Víctor Pérez por Pucela está cargado tanto de luces como de sombras. Tres temporadas en los que le ha sucedido de todo al albaceteño, que llegó a Valladolid tras pertenecer a la disciplina del Huesca. El equipo por entonces estaba en Segunda, y, de la mano de Djukic, se convirtió en uno de los pilares fundamentales del ascenso. La afición temía que pusiera rumbo a otros clubes tras su buen hacer en la división de plata, pero finalmente comenzó su particular andadura por Primera. Bien es cierto, que con más pena que gloria por lo que estaba por venir.
Estuvo casi media temporada en el dique seco debido a una rotura en el peroné el día de la noche de Reyes. Su calvario no había hecho más que comenzar en cuanto a la enfermería se refiere. Apenas pudo disfrutar de la máxima categoría del fútbol español, pero sí pudo celebrar la ansiada permanencia ya recuperado. Ante el Deportivo, en Zorrilla y con tres jornadas de antelación.
La 2013/14 se presentaba como la oportunidad perfecta para terminar de explotar, para ser aquel mediocentro que convenció en todos los estadios de Segunda dos temporadas antes. Pero el infortunio siguió, para su desgracia, la del equipo y la de la afición, a su lado. Solo pudo realizar dos semanas de pretemporada, y cuando su reaparición parecía inminente, los fantasmas de las lesiones volvían a aparecer.
En septiembre, los médicos del Real Valladolid dieron la mala noticia de que Víctor Pérez debía pasar por quirófano. Otros cuatro meses ocupando la enfermería. El calvario para el albaceteño continúa y su debut en Primera ese año parecía alejarse cada vez más.
Con el inicio de 2014, volvió a los terrenos de juego, pero no con demasiada suerte. La falta de ritmo, la presión añadida por la situación del equipo y la disputa de partidos en posiciones que no eran la suya, no le hicieron mostrar el nivel que posee, lo que terminó por relegarle al banquillo.
De actor protagonista a figurante. Esa podría ser la metáfora para simbolizar el paso de Víctor Pérez por el Real Valladolid. Su carácter reservado, pero dispuesto a hablar en el terreno de juego, ha hecho que los aficionados pucelanos le considerasen la pareja perfecta de Álvaro Rubio en la medular.
Su atípica renovación no deja indiferente a nadie. Tras varios meses de lesiones importantes, nadie podía imaginar que iba a acabar fuera de la ciudad del Pisuerga. Pero los intereses del jugador y del club han llegado al mismo puerto: el acuerdo con el Levante, que implica a su vez la llegada de Roger, y el regreso del manchego en un futuro próximo.
La afición blanquivioleta pronto podrá ver a otro jugador más del Real Valladolid en Primera División, mientras que el club comienza una dura travesía por la división de plata. Dicen que el tiempo va que vuela, por lo que si todo va como lo reflejado en el contrato, Víctor Pérez volverá tras dos temporadas para comenzar otra -su segunda- etapa con la blanquivioleta adosada a su piel.
