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A Ignite le cojea la mesa

La espantada de Guillermo Almada pone en tela de juicio la estabilidad del proyecto emprendido en el Real Valladolid por Ignite el pasado verano

por Jesús Domínguez
15 de diciembre de 2025
en Opinión, Primer equipo
Enrique Uruñuela y Gabriel Solares, Ignite

Enrique Uruñuela y Gabriel Solares | Foto: Real Valladolid

Valladolid, Almada y Oviedo: el hambre y las ganas de comer

“El Real Valladolid está por encima de cualquier persona”

Sisi dirigirá al Valladolid ante el Eibar

Cuando Ignite Sports Spain se hizo cargo del Real Valladolid, Gabriel Solares y Enrique Uruñuela defendieron que para ellos el club era “un proyecto de vida”. Una que está afrontando su primera crisis institucional por culpa de Guillermo Almada, que ha emprendido su ‘huida’ con dirección al Real Oviedo, buscando el abrazo de Jesús Martínez y Grupo Pachuca después de los primeros “Almada, vete ya” que escuchó en Zorrilla. Vaya si se ha ido… aunque nadie aguardaba que lo hiciera de esa manera, dejando coja la mesa de Ignite, que le abrió la puerta al fútbol europeo el pasado verano.

A Solares le faltó tirar de refranero en su comparecencia del lunes y decir que “a enemigo que huye, puente de plata”, porque eso es lo que decidió ponerle al uruguayo. Si existen los pecados por pensamiento, obra, palabra y omisión, Almada los ha cometido todos al no respetar ni lo pactado ni tampoco lo que él mismo afirmaba estar cosechando para el medio-largo plazo. Habría sido difícil no sentirse cornudo -con perdón- incluso en el caso de que el Real Valladolid, de manera lícita y para algunos también lógica, se hubiera agarrado a que Almada es (era) su entrenador. Pero, para Solares, el simple pensamiento son cuernos. Y tiene sentido.

“Guillermo Almada está separado de sus funciones, esta institución está por encima de cualquier persona”
⬇ La comparecencia de Gabriel Solares ⬇https://t.co/DvLZlYnoFX

— Real Valladolid C.F. (@realvalladolid) December 15, 2025

“Una parte fundamental”

El manoseo de la palabra ‘proyecto’ lleva irremediablemente a reflexionar sobre si tiene realmente contenido en muchos casos, pero en este sí lo tenía: para Ignite Sports Spain, Almada era proyecto. Así se sostuvo desde el primer día que pisó el entrenador Zorrilla; que pasara lo que pasase sería él, que sus resultados le avalaban, que era bueno con los jóvenes y en el desarrollo de talento y hasta, en última instancia, hasta que cosechaba récords cuando sus equipos arrancaban. El Real Valladolid ya no estará entre esos hitos (más bien todo lo contrario) por culpa de su deslealtad.

“Es una parte del proyecto fundamental en este primer año”, indicó el copresidente en el homenaje a los socios abonados semanas atrás. Y no se comprometió a perpetuarlo en el cargo porque sabía -sabe- que el fútbol es esclavo de los resultados. Pero en ningún momento la sensación cambió respecto a él. Por eso, aunque haya a quien le cueste creerlo, por culpa de aquel reclamo de que se fuera del sábado, resulta comprensible pensar que Solares estará decepcionado e irritado con la situación, porque la cultura de esfuerzo y respeto hacia el club que se trataba de imponer partía y acababa en él.

almada malaga
Almada, bajo la lluvia de Zorrilla | Foto: LaLiga

Almada y la mesa de Ignite

A Almada no se le puede reprochar la cantidad de trabajo realizado (otra cosa es la calidad). También hay quien puede pensar que, bueno, que mejor así, que los resultados no era buenos y que quizás habría que echarlo igual. Como diría quien puede sucederle (Rubén Albés), “y si mi abuela tuviera ruedas, sería una bicicleta”. Uno puede tratar de retorcer cuanto quiera lo sucedido, que la realidad no será por ello menos torticera: lo que es seguro, lo que queda claro, es que su -por otra parte, lícita- ambición ha quebrado la confianza depositada. El resto no son más que castillos en el aire.

Si a Almada se le puede definir como la mesa de Ignite es porque era sobre quien reposaba todo lo demás, igual que cada uno en su casa coloca aquello que quiera encima de una. En este caso, sobre el entrenador uruguayo se habían puesto esas manidas bases, que las hay. Tras su decisión (y por las formas), se podría hablar hasta de una mesa hurtada, aunque, como otro vendrá, quizás lo más justo sería hablar de que la mesa cojea, no porque su sustituto vaya a carecer de título, conocimiento o capacidad, sino porque es el primer gran revés de Ignite, a quien, por esa cojera, el proyecto se le tambalea.

Gabriel Solares, Rafael Monge y Enrique Uruñuela
Gabriel Solares y Enrique Uruñuela, copresidentes, rodean a Rafael Monge, máximo mandatario de Artigas | Foto: Real Valladolid

La pata calzada y la prueba de estabilidad

Con perdón de quien se vaya a sentar en el banquillo en adelante: lo de calzar la pata puede salir bien o mal, pero es inevitable pensar que cuando uno ha tenido que hacerlo es que igual eligió mal la mesa o esta venía defectuosa. Puede que la fiabilidad aumente en adelante, pero, por lo pronto, la espantada de Almada puede quedar registrada en la cabeza de más de uno como síntoma de poca estabilidad. De Ignite Sports y de su acierto (y el de Orta) en la decisión del sustituto depende que el Real Valladolid se siente a comer y diga “mucho mejor” o que su afición maldiga al IKEA y no solo (con perdón) al difunto.

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